Leopoldo “Polo” Palacios se define como una persona sencilla que disfruta de servir a la gente y contribuir a tener una mejor calidad de vida.
A pesar de que su historia no ha sido plasmada en prestigiosos diarios o revistas, no por ello deja de ser interesante, porque a final de cuentas logró convertirse en uno de los 10 primeros hombres de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en probar los motores a propulsión de chorro, célebres por incrementar la potencia de las grandes aeronaves.
Y en su etapa de mandatario de esta ciudad pudo aterrizar loables proyectos como el Puente Internacional Pharr-Reynosa, considerado uno de los más importantes del mundo en materia de importaciones y exportaciones.
Sabe que sus 75 años no han pasado en balde y cada instante lo vive con intensidad: sea con su familia, en el servicio público o en su modesto despacho, donde imparte cátedra como consejero de Alcohol y Drogas (para personas con libertad condicional en Texas).
“Fui a la escuela y me recibí como mecánico completo de aviación. Paradójicamente nunca volé un avión, sólo trabajaba en ellos; no obstante, viajé mucho porque debía poner motores a prueba día y noche”, explicó Leopoldo.
Al respecto, el mayor (equivalente a alcalde) de Pharr reveló que uno de sus mejores recuerdos es cuando cambió por primera vez la máquina de una aeronave.
“Me emocionaba mucho pensar que un mexicano de Pharr de 19 años había compuesto un avión grandísimo, de cuatro motores, que luego andaba volando. Es una experiencia indescriptible”, comentó.
Modelos como el Super Constellation, el HC-130 y el B29, utilizado durante la Segunda Guerra Mundial para transportar la bomba atómica, eran reparados por este hombre de raíces y acento latino.
En 1957, tras estar a punto de estrellarse cuando falló uno de los papalotes de una nave donde desarrollaba tareas experimentales, Leopoldo terminó sus funciones al servicio de la Fuerza Aérea. Había prometido regresar a casa si salvaba la vida.
Desde entonces comenzó a trabajar para su ciudad. Durante 20 años ha desempeñado diversos cargos, entre ellos los de regidor y alcalde.
Su máxima satisfacción ha sido cambiar la calidad de vida de los habitantes de Pharr.
“Es increíble la mejoría que ha experimentado nuestra comunidad a lo largo de dos décadas. Hoy por hoy seguimos creciendo y trayendo empresas y trabajo para que haya más dinero para todos. Esto es muy satisfactorio”, manifestó.
RECHAZO AL MURO
Aún con todos los méritos y logros que ha obtenido, Leopoldo no esconde el amor por sus raíces hispanas.
Su padre, un hacendado que escapó de la Revolución Mexicana cuando estaba en su pleno apogeo, emigró a Pharr, que entonces era un pueblo perdido en el mapa geográfico.
La bonanza que el patriarca encontró en el sur de Texas impidió que regresara; sin embargo, su descendencia siempre ha estado íntimamente ligada a su cultura de origen.
Por tal razón, el izamiento de una barrera en la franja fronteriza con México (que el gobierno estadounidense construye para disminuir la migración ilegal) “es una bofetada” para Leopoldo, porque aunque él nació en el lado norte, sus genes son los de un mexicano.
“A mí me ofende la edificación del muro de la vergüenza, porque mi papá vino de Burgos, Tamaulipas, y por mis venas corre su sangre. Hay gente que tiene sentimientos que creo no les va a gustar que le pongan una cerca. Es como darle una guantada a un hermano”, expresó Palacios.
Si las cosas siguen por el mismo cauce –tomando en cuenta el astronómico descenso de las reservas estadounidenses a causa de la costosa guerra de Irak–, Leopoldo manifestó que las economías de las comunidades en ambos lados de la frontera serán desfavorecidas.
“Igual y nuestros visitantes dicen ‘ya no voy a ir a Estados Unidos, los voy a castigar para que sepan que nosotros también contamos’.
“Esto lo vemos en últimas fechas que ha decaído la entrada de vehículos por nuestro cruce internacional”, evaluó el edil, quien además consideró que los indocumentados utilizarán escaleras más altas para conseguir su tan anhelado objetivo.
Entrevistado en su negocio localizado sobre la calle Cage, en el corazón de Pharr, Leopoldo coincidió con sus homólogos alcaldes del Valle de Texas en crear un programa de trabajadores temporales, pues la medida antimigratoria girada desde la Cámara de Representantes no tiene vuelta de hoja.
“Por la educación profesional de las nuevas generaciones muchos ya no quieren trabajar en el campo y ahí es donde los migrantes, que no cuentan con escuela ni profesión, pueden venir a hacer esta labor.
“Creo que se debe implementar un programa para que los trabajadores estén aquí legalmente y paguen sus impuestos. De esa manera todos salimos ganando”, señaló Leopoldo, quien cumple su segundo período como mayor.
“CABRITO Y MACHACA CON HUEVO”
Este alcalde, de impetuosa voz, subrayó que lo que más le gusta de México es la calidez de sus ciudadanos y su variedad culinaria.
“El ambiente es muy alegre y bonito. La gente es muy amistosa y cariñosa. Pienso que con el Puente Internacional Pharr-Reynosa le hemos dado mucha vida a nuestras comunidades en ambos lados del río Bravo”, consideró Leopoldo.
El cabrito, dijo, es la comida que más disfruta cuando visita nuestro país, mientras por la mañana prefiere un buen almuerzo de machacado con huevo.
“Mi padre me decía: ‘nunca se le olvide de donde venimos m’ijo’. Por ello, creo que es muy importante tener buenas relaciones con nuestros amigos mexicanos, porque aunque nos divide el río muchos somos parte de la misma familia”, comentó.
En ese contexto, el mayor de Pharr descartó que se agudicen los vínculos diplomáticos tras la construcción del muro.
Cuando se le preguntó si no tiene temor de cruzar hacia el lado mexicano por la militarización de su frontera, Leopoldo respondió que “el que nada debe nada teme”.
“Si uno no hace mal pues ¿a quién le vas a temer? Yo estoy de acuerdo con el difunto Benito Juárez: el respeto al derecho ajeno es la paz”, citó.
El edil dijo desconocer qué realmente sucede en materia de seguridad en México. Apuntó que no le corresponde a él hacer comentarios al respecto.
Por último, el mayor mandó un mensaje de hermanamiento a los habitantes del país donde nacieron sus padres:
“Quiero saludar a la gente de México y decirle que aquí tienen a un alcalde que igual es mexicano; somos amigos y los esperamos con los brazos abiertos”, finalizó.