
La alegría y la felicidad son dos de las emociones que más ansían alcanzar quienes se hallan al borde de la muerte. Esto les permite apreciar la vida desde una perspectiva diferente, aunque existen quienes son tan pequeños que ni siquiera comprenden lo que les sucede.
Para la gran mayoría el sufrimiento por el que atraviesan los niños que padecen cáncer y sus familias suele pasar inadvertido, como también muchos ignoran que en los hospitales haya tantas personas que tienen un futuro incierto a causa de esta enfermedad.
Sin embargo, existe una asociación que sin afanes de lucro sí se preocupa por ayudar a esos niños y procura concederles un deseo, para que puedan olvidarse un poco de sus problemas.
Se trata de “Make a Wish”, que desde principios de los años 80, se ha convertido en un poderoso motivo para cambiar las lágrimas por sonrisas.
A nombre de Ava Sandlin (quien es la directora ejecutiva en el Valle de Texas), Erica De la Cruz, coordinadora regional de esta asociación, menciona que el objetivo principal es brindarles un tiempo de felicidad a los chicos con cáncer y tratar de generarles un ambiente ameno, diferente al que experimentan en su vida cotidiana (con doctores, operaciones, medicinas, jeringas y hospitales).
“Nosotros lo que hacemos es conceder los deseos de los niños que tienen condiciones médicas delicadas, a partir de que cumplen dos años y medio y hasta los 18 años de edad.
“ ‘Make a Wish’ es una fundación internacional con sede en Phoenix, Arizona. El primer deseo que se cumplió fue en 1981 para el niño Chris Greicius, quien tenía leucemia y quería ser policía por un día.
“Unas personas en la comunidad dijeron, vamos a concederle este deseo al niño, quien ya estaba desahuciado, y cuando ellos vieron la felicidad que esto le provocó surgió la idea de seguir haciendo esto”, relata.
Quienes colaboran para esta fundación aseguran que es una experiencia muy humana y edificante, la cual tiene para todos ellos un gran significado.
“Nos llegan a preguntar cómo podemos trabajar con niños que están enfermos, pero hay que decir que es algo muy bello. No es concederles un último deseo, sino darles un momento de alegría, para que se olviden de la difícil situación que están atravesando”, agrega.
–¿Es posible conceder los deseos de todos los niños con cáncer?
“Nunca hasta ahorita hemos tenido que negar un deseo por necesidad de dinero. El niño es elegible cuando los médicos así lo hacen patente. La oficina nacional nos da una lista y nos dicen el criterio que se debe aplicar para concederle a los niños su petición.
“Ellos pueden ser referidos ya sea por un doctor o las trabajadoras sociales en los hospitales. Pueden ser los padres, el mismo niño llamarnos y darnos esa información; con tal de que tengan todo el historial médico pueden encausar al niño a este programa para ver si es candidato”, detalla.
Por su parte, Norma Herrera, quien también se desempeña como colaboradora del organismo, señala que la oficina de McAllen (la cual se encuentra en funcionamiento desde el año 1997) cubre seis condados en el Valle de Texas y atiende los casos que se encuentran en este territorio, logrando cumplir desde que fue abierta más de 800 deseos.
Entre algunas de las celebridades que los niños en el sur de Texas han pedido conocer se encuentran la cantante colombiana Shakira; el luchador, John Cena y el basquetbolista, Kobe Bryant, por citar algunos ejemplos.
“Nosotros hemos estado muy bendecidos aquí en el Valle, que la comunidad siempre nos ha ayudado y tenemos eventos en escuelas y realizamos una gala cada año. Este 2014 va a ser el 27 de abril para recaudar fondos para los niños”, menciona Erica De la Cruz, quien coordina el deseo de los menores con logística, desde que salen de su casa, toman el avión y llegan a su destino.
UNA DOSIS DE MOTIVACION
Cabe mencionar que las peticiones que esta fundación concede pueden ayudar anímicamente a los niños al grado de superar su enfermedad, tal y como le sucedió a Juan, un niño texano de origen latino.
Relatan sus padres que fue diagnosticado con cáncer en el cerebro hace un par de años, cuando comenzó a presentar síntomas de mareos.
“Lo llevamos con el médico, le hicieron una revisión de rutina: oídos, nariz, garganta; esfuerzo físico leve y no presentó ninguna complicación. Se le hicieron análisis generales y no aparecieron anomalías, pero los mareos continuaron dos o tres veces después de los análisis.
“El último se le presentó un 19 de enero de 2012 y fue tan fuerte que casi le causa vómito. Se puso pálido, a punto del desmayo y nos alarmamos mucho”, recuerda.
Al niño, quien en ese entonces tenía 12 años, se le realizó una tomografía. Sus progenitores manifiestan que en ese momento vino a sus mentes el peor de los temores, pues apareció en el examen una mancha redonda.
El siguiente paso fue practicarle una resonancia magnética y un día después se confirmó que tenía un tumor de tres centímetros en su cabeza.
Para ese momento la palabra cáncer todavía ni siquiera se había mencionado, pero era tan grave la salud de Juan que no había posibilidades de primero hacerle una biopsia, sino que era necesario abrir el cerebro y extirparle el quiste de inmediato.
El neurocirujano les dijo a sus papás que había que operarlo pronto porque estaba en peligro de muerte. En menos de ocho horas ya estaba programado para la cirugía. Esto quiere decir que transcurrieron menos de cinco días desde que el menor había tenido su último mareo a cuando entró al quirófano.
“Estamos hablando de que en un fin de semana cambió completamente la vida de mi hijo. Fue la única operación que se le realizó en McAllen, la cual duró seis horas”, detalla.
La intervención fue un éxito, pero no se pudo extraer todo el tumor, pues estaba exactamente entre el cerebro y el cerebelo. Si lo extirpaban hasta la raíz podía entonces presentarse un daño cerebral.
“Quedó en su cabeza un residuo de 1.6 centímetros, el cual se tenía que combatir de otra forma. Después de eso vino el análisis del quiste y resultó ser cáncer. Los médicos le programaron una segunda operación en el Texas Children Hospital de Houston.
“Ahí lo intervino un médico cirujano pediatra especializado en estos casos, quien prácticamente ‘rasuró’ lo más que pudo de lo que quedaba del tumor, porque ya no había manera de cortar. Volvieron a cerrar el cerebro de Juan y el residuo quedó en 0.6 milímetros”, cuenta su papá.
Aún así seguía dentro del organismo del niño algo fuera de lugar, por lo cual vino un mes de radiaciones.
“Esto fue un verdadero tormento para él y para toda la familia, que lo veíamos deteriorarse cada vez más en la salud y empezar a perder completamente el cabello, a bajar de peso y a vomitar constantemente. Una verdadera tortura que nadie se imagina, que un hijo propio pueda pasar por esa situación. Yo le pedía a Dios como padre que me pusiera en el lugar de él, pero esas cosas no las decidimos nosotros”, comenta.
‘MAKE A WISH’ LLEGO A SU VIDA
Terminando las radiaciones a Juan le dieron un descanso de un mes, para comenzar enseguida con una serie de quimioterapias. Fue en ese periodo que se acercaron unas personas a platicar con el menor: eran las representantes de “Make a Wish” en McAllen.
“Hablaron con él, pues conceden los deseos niños especiales que están pasando por una situación de cáncer, van con ellos para cumplirles lo que elijan, como puede ser un juguete, alguna mascota, un viaje, conocer a un personaje favorito, un artista o cantante; en fin, le ofrecieron que cualquier deseo que él pudiera tener se lo iban a conceder y así fue como entró ‘Make a Wish’ en la vida de mi hijo, estando en la quimioterapia”, describe.
Cuenta el papá de Juan que le preguntaron qué quería de regalo y el menor comentó que ya había ido a Disney World, así que se le ocurrió pedir nada más ni nada menos que conocer Hawaii. Y “Make a Wish” prometió llevarlo ahí.
“Estamos infinitamente muy agradecidos con esta asociación que le hizo al niño su deseo realidad. Efectivamente lo acompañaron su mamá y una tía y fue como gracias a Dios se realizó su sueño en un viaje de seis días.
“Estando allá tuvo muchas experiencias y viendo unos videos que su mamá le tomó, al ver bailar ballets hawaianos –con faldas de flores y cocos–, danzando a la usanza de ese lugar, pude darme cuenta que fue algo precioso para él”, asegura.
–¿Qué opina de la labor de ‘Make a Wish’?
“A nosotros nos sorprendió que fuera una organización completamente privada, que recibe donaciones de quien quiera aportar para los niños, pero no tiene ayuda alguna del gobierno. No es una asociación gubernamental, es gente que está exclusivamente dedicada a ayudar, personas con un gran corazón que buscan concederles deseos a los niños con cáncer y lo hacen con bastante éxito”, manifiesta este padre de familia.
La vida de Juan mejoró y afortunadamente logró vencer al cáncer. En octubre pasado fue entregado en remisión, una forma de decir que había cumplido con su tratamiento de forma satisfactoria y de acuerdo a los estudios ya no hay células cancerígenas y donde había habido un tumor sólo queda una cicatriz.
“Efectivamente hemos tenido situaciones así, de que están los niños muy deprimidos y ya no quieren salir de la casa, pero hay veces que después de la entrevista, se ponen muy contentos y cuentan los días para su deseo”, ilustra Erica De la Cruz, coordinadora regional de “Make a Wish” en el sur de Texas.
Su compañera, Norma Herrera, agrega que es muy común que los niños con cáncer no quieran tomar los medicamentos, pero ya sabiendo que tienen una motivación tan grande, esto es más sencillo.
“Por las experiencias que tenemos aquí el deseo que piden con mayor frecuencia es ir a Disney World, que se les hagan fiestas de cumpleaños; regalos como laptops; que les amueblen la recámara, viajes, e incluso tuvimos una niña que quería ser una enfermera en una base militar.
“Y como somos una organización nacional cuando tenemos niños que quieren ir a conocer otra parte del país debimos comunicarnos con las oficinas de San Antonio y ellos nos pudieron ayudar a concederle ese deseo a la niña que les platico”, afirma De la Cruz.
De hecho, hace unos días Victoria, otra menor de la localidad quien actualmente se encuentra en tratamiento, pudo ver cumplido su sueño de ir a conocer a Cody Simpson, un cantante juvenil muy popular en Australia, quien estuvo de gira en Estados Unidos.
El emotivo momento puede encontrarse en el portal de videos de YouTube como: “Cody Simpson Makes a Fan’s Wish Come True”.
A la vez resulta bastante triste que una persona tan joven como Victoria esté corriendo ese riesgo de morir y así muchos niños se encuentran en fases terminales. Por ende, quienes conocen de cerca la labor que realiza esta fundación, manifiestan que es importante apoyar y sumarse como voluntarios.
Cabe decir que para ser beneficiarios en el Valle de Texas, los niños tienen que residir en esta área.
“La gente que esté interesada en conocer más a cerca de “Make a Wish” puede consultar nuestro sitio en internet riograndevalley.wish.org, que posee información en inglés y español, así como también estamos en Facebook como Make a Wish Foundation RGV, donde aparecen muchas de las historias de los niños a los que se les ha concedido un deseo”, invita De la Cruz.
‘MAKE A WISH’ MEXICO
Pero también es preciso mencionar que en la República Mexicana existe una representación de esta fundación internacional. En la dirección electrónica makeawish.mx pueden encontrarse conmovedoras historias de deseos concedidos y existe información bastante amplia sobre el trabajo que este organismo lleva a cabo.
Uno de los casos es el de Gloria, quien pidió ir de compras. Esta niña padece leucemia y se ha visto muy grave. Y es que su madre, Maritza García, manifiesta que el tratamiento médico ha sido muy fuerte.
Ha tenido que sobreponerse a una neumonía y a la aparición de moretones en su cuerpo. Además de que quedó completamente calva, le debieron realizar un lavado de sus pulmones.
De pronto ese terrible dolor se convirtió en un gran momento de felicidad cuando Gloria vio hecho uno de sus sueños realidad y muy contenta pudo tener toda la ropa que siempre quiso.
Una más de las muchas historias es la de Jesús, de 13 años, quien fue piloto de helicóptero, un deseo que tenía desde lo más profundo de su corazón.
“Make a Wish” le concedió su sueño y hasta recibió su uniforme de capitán. Fue llevado junto con sus padres a surcar los aires de la ciudad de Toluca. Mientras tanto el operador de la aeronave le indicaba los movimientos que debía realizar y los botones que debía oprimir.
Jesús pudo obtener una gran felicidad por ese día tan especial, en el que también recibió otros regalos que le hicieron las personas en el aeropuerto, como un helicóptero de juguete a control remoto.
Sergio es otro niño que libra una batalla por su vida. Fue diagnosticado con leucemia linfoblástica aguda y desde entonces no ha dejado de luchar, con unas ganas enormes por sobrevivir a un momento tan duro.
Sin embargo, este chico pudo celebrar el día del padre con su familia en playas del Caribe mexicano, en un viaje que se realizó en avión desde la capital del país.
En resumen, todos estos niños se han mostrado muy agradecidos por haber sido seleccionados y ellos mismos piden creer en que sí es una realidad el trabajo que hace “Make a Wish”.
Sus representantes en México aseguran que se está trabajando para que esta fundación tenga una mayor presencia en la República Mexicana, ya que por el momento sólo está cumpliendo deseos en el Distrito Federal y su área metropolitana, pero está abierta a todas las personas que quieran colaborar.
Por fortuna muchos niños vencen esta batalla contra el cáncer y por desgracia muchos otros la pierden, pero independientemente de los tratamientos a los que son sometidos, “Make a Wish” representa para ellos una luz en medio de la oscuridad.