El presidente de Colombia, Álvaro Uribe, reconoció que un oficial que participó en el rescate de secuestrados del pasado 2 de julio usó el emblema del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), por nerviosismo y “contradiciendo órdenes”.
“Este oficial, al confesarle ese error a los Altos Mandos, ha dicho que cuando el helicóptero se aprestaba a aterrizar, vio tal cantidad de guerrilleros, que se puso en una situación de mucho nerviosismo, que temió por su vida y que sacó el pedazo de tela con los símbolos del Comité Internacional de la Cruz Roja, que llevaba en su bolsillo, y lo puso sobre su chaleco”, relato el Presidente.
Uribe reveló que esta mañana el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, y los altos mandos militares se reunieron con delegados del Comité Internacional de la Cruz Roja para explicarles el hecho y ofrecerles disculpas por ello.
Aseguró que no se revelará el nombre del oficial involucrado y que tampoco será sancionado por su conducta.
“Asumo la responsabilidad. Le vamos a pedir al oficial que tenga el valor y que pida a sus compañeros de misión que lo perdonen”, explicó Uribe, quien destacó el éxito de la operación de rescate de secuestrados.
“Por respeto a nuestras Fuerzas Armadas que adelantaron esa operación sin disparar, con total cuidado para preservar la vida de los secuestrados y también para dar una señal en el respeto a la vida de los secuestradores, por respeto a nuestras Fuerzas Armadas pido que el nombre del oficial que cometió ese error, se mantenga en reserva, para no afectar su carrera y para premiar su capacidad de decir la verdad”, agregó.
Previamente, la cadena de noticias ‘CNN’ había informado sobre el uso indebido de emblemas de la Cruz Roja Internacional en la operación, luego de que una fuente militar les mostró un video y tres fotos que demostrarían el uso de estos emblemas.
La cadena, sin embargo, no pudo comprobar la veracidad de las imágenes porque se negó a pagar el precio que les exigía la fuente por ellas.
El uso indebido del símbolo de la Cruz Roja es considerado “un crimen de guerra”, de acuerdo con la Convención de Ginebra y la legislación internacional humanitaria.
El CICR había insistido en repetidas ocasiones en que “no recibió ninguna solicitud ni participó en la operación”, considerada un éxito por el Gobierno colombiano.