Amazon se posiciona como la primera compañía de comercio virtual en extender sus servicios de paquetería con drones de última generación. La empresa –que también opera en California– busca ampliar su cobertura de paquetería aérea en Europa con aparatos no tripulados.
En Estados Unidos lo que durante décadas fue categorizado como un sueño futurista ya ha dado un salto a la era presente, sobrepasado las barreras ficticias con el uso de vehículos aéreos no tripulados (UAV), capaces de cumplir servicios a domicilio gracias al programa patentado por la empresa norteamericana de entregas, Amazon.
Esta franquicia ha trabajado desde 2013 con diferentes ideas para incursionar desde una perspectiva innovadora y capaz de cumplir un objetivo eficiente hacia los consumidores de compras y envíos.
Los drones se pueden ver como teléfonos inteligentes con la capacidad de volar, teóricamente son controlados por un piloto, aunque en el caso de Amazon se trabajó con ingenieros y científicos en el área para desarrollar la propia autonomía de estos dispositivos.
A finales de 2021 se dio a conocer que el modelo MK30 era el elegido para salir al mercado tres años después, pero sorpresivamente la fecha se adelantó ante la llegada del MK27-2, prototipo caracterizado por un estimado de 36 kilos de peso capaz de volar a la altura de 40 a 120 metros de altitud, alcanzando una velocidad aproximada de entre 80 y 96 kilómetros por hora y que cuenta con la capacidad de transportar paquetes con un peso aproximado de 2.26 kilos en un lapso de sesenta minutos de autonomía.
Se definió que este último es capaz de moderarse de forma independiente; sin embargo, para prevenir cualquier tipo de incidente respecto a la integridad de los civiles o los autos que transitan las calles, se incursionó la disposición de un personal pendiente de cada viaje.
El proyecto de nombre: “Amazon Prime Air”, se llevó a cabo a mediados del 2023 previo a que se contara con la autorización por parte de la Administración Federal de Aviación, (FAA, por sus siglas en inglés). El servicio no fue abierto a todo publico, ya que se implementó una restricción de clientes con accesibilidad a recibir envíos.
“Al lanzar este servicio estaremos invirtiendo en la comunidad, creando nuevos trabajos y construyendo relaciones con organizaciones locales, además de reducir emisiones de carbono”, se recalcó.
Uno de los requisitos definidos consistió en que los destinatarios debían contar con un perímetro suficientemente amplio en sus hogares para el recibimiento del paquete. Se detalló que el dispositivo electrónico no aterriza en la superficie sino que deja caer la caja a una altura de 3.6 metros, considerando siempre que el área esté despejada de personas o mascotas y siempre y cuando las condiciones meteorológicas lo permitan.
“El drone volará a la zona designada, descenderá al jardín trasero del cliente y se mantendrá estable a una altura segura. Después entregará el paquete de forma segura y entonces elevará su altitud de nuevo”, afirmaron los directivos.
Fue así que tras ocho años de espera la entrega vía aérea es una realidad para los cielos en las afueras de College Station, Texas, un poblado cercano a la zona metropolitana de Houston.
INFLUENCIA COMERCIAL Y SOCIAL
Desde que Jeff Bezos, fundador y director ejecutivo de Amazon, compartió públicamente sus intereses en posicionarse como una empresa sumergida en la tecnología robótica y la inteligencia artificial el público consumidor planteó la finalidad detrás de estos inventos con la pregunta sobre si ¿existe realmente una necesidad social en el uso robótico?
Pero algo veraz es que actualmente los usuarios disfrutan la comodidad de adquirir todo de manera instantánea y desde casa, por lo que acorde a esto la industria del ‘delivery’, se ha sabido establecer en conjunto de grandes empresas.
Es así que la expectativa de comprar productos o servicios y que los mismos lleguen hasta la puerta del hogar hoy en día se ha convertido en algo común y hasta indispensable para algunos, especialmente desde la pandemia del Covid-19, en que los servicios de paquetería se incrementaron de manera exponencial.
Puntualizando dicho factor, no es de sorpresa que las mismas franquicias busquen innovar conceptos en la entrega domiciliaria para ofrecer un nuevo servicio con fines de aumentar la eficacia de las entregas o meramente, sorprender con algo nuevo a la industria comercial.
Es de esta manera que entra en discusión y debate: ¿qué es lo que despierta el interés de Amazon en seguir trabajando año tras año por el desarrollo de tal programa?
Parte del proceso ha sido implementar lo último en inteligencia artificial (IA), por lo que el propósito es sencillo y no sólo se busca mejorar el proceso de compra para los clientes, sino también el de sus empleados.
La extensión tecnológica que se incursiona brinda la posibilidad de identificar y almacenar el inventario un 75 por ciento más rápido de lo acostumbrado.
Hasta ahora se estima que las cifras del presupuesto que se ha gastado en el reparto de paquetes rondan los dos millones de dólares.
“Hemos perfeccionado la tecnología y estamos construyendo la infraestructura necesaria para asegurarnos de que el servicio ofrece las mayores comodidades a nuestros clientes”, destacó la empresa multimillonaria.
ENTREGAS INTERNACIONALES
Fue a las afueras de Seattle, Washington, que se llevó a cabo uno de los eventos anuales de la empresa: “Delivering the Future 2023“. Donde el vicepresidente de Prime Air, David Carbon, remarcó el próximo lanzamiento de drones en un tercer estado de EE.UU, además expandir la red de servicios hasta Europa en los países de Italia y Reino Unido para finales del 2024.
Para la misma fecha también se confirmó la llegada del MK30, el último diseño que se ha trabajado con propósito de volar el doble de lejos que el MK27 (el modelo anterior), que promete ser más ligero, menos ruidoso, pequeño y con mejoras en la operación de condiciones climáticas. Esto en la espera de poder ampliar las entregas en más ubicaciones y mejorar la atención al cliente.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL ¿UN ARMA DE DOBLE FILO?
La IA es una tecnología que este año ha dado mucho de qué hablar. Se ha expandido coloquialmente en el mundo donde los usuarios son capaces de tener fácil acceso a las herramientas que brinda.
Esta ciencia ha traído bastantes juicios sociales dentro de su desplazamiento en el mundo, pues se cuestionan los modelos del tipo ChatGPT y otros chatbots, los cuales incrementan el temor a la difusión de temas no verídicos, el rendimiento cognitivo de los navegantes y a mayor escala, dejar sin puestos de empleo a una parte de la población mundial.
El director ejecutivo de “Tesla“ y “X“, Elon Musk, habló recientemente sobre la problemática que la IA puede generar en el campo profesional y declaró que se trata de, ‘potencialmente la mayor amenaza contra la civilización’, expresando abiertamente a pesar de ser uno de los empresarios que apuesta millones por esta tecnología.
La problemática se resume en tres riesgos: existencial, moral y el desplazamiento laboral y económico.
Parte de los miedos racionales –socialmente– expuestos en conversaciones sobre la inteligencia artificial o la transición robótica es la posibilidad no muy lejana a que estas ciencias superen las capacidades intelectuales del ser humano y no solo afecten los ámbitos laborales, sino que sean una amenaza de seguridad, tal como ya ocurre en otras latitudes como en la Guerra de Rusia y Ucrania, con el empleo de drones asesinos quitando miles de vidas.
Es importante considerar que entre más sea desarrollada esta tecnología, el mismo poder que la caracteriza podrá transformarse en un peligro a largo plazo, por lo que la misma ética humanista nubla los juicios respecto a la gravedad que puede ocasionar al caer en las manos equivocadas.
El compromiso no solamente recae en las empresas que trabajan en el desarrollo masivo de estos aparatos y la información que estos deciden externar, sino que, como consumistas se debe ser consiente que pese a que las inteligencias artificiales y los robots pueden ser cautivantes, se debe mantener un criterio que respalde la integridad normativa y la decisión responsable sobre su manejo.