Nunca antes en la historia de Texas unas votaciones primarias demócratas habían generado tanta expectativa como en las que participaron, el pasado martes cuatro de marzo, Hillary Clinton y Barack Obama.
Y no era para menos, pues los dos aspirantes a la candidatura rumbo a la Casa Blanca (aún por definirse), son en teoría la primer mujer u hombre de raza negra que podrían ocupar ese peldaño.
Pese a que en horas previas el senador por el Estado de Illinois logró polarizar la atención en las poblaciones hispanas y anglosajonas (con un peso muy específico en la contienda), el voto resultó dividido. Esa misma noche del “supermartes” incluso, aún no había un ganador declarado.
Obama aventajaba apenas por tres puntos porcentuales. Las preferencias arrojaban un 51 por ciento a su favor por 48 de Clinton, tal y como lo pronosticaron las encuestas de
opinión.
Sin embargo, en la recta final de los sufragios escrutados, la ex primera dama y senadora por New York obtuvo la victoria, aunque en número de delegados aún se mantiene por debajo de su contrincante.
De acuerdo a un conteo de la cadena televisiva CNN, tras este round –celebrado simultáneamente en los Estados de Vermont, Ohio y Rodhe Island–, Clinton acumuló mil 365 votos por mil 541 de Obama. Se necesitan al menos dos mil 25 para asegurarse la nominación presidencial.
En esa secuencia el sistema de elecciones en este Estado asigna dos tercios de los delegados a los resultados de las primarias y el resto se decide en asambleas con militantes de la cúpula partidista, cuyas conclusiones probablemente no se conocerán hasta dentro de algunos días.
BASTION DE CLINTON
Texas resultó ser una entidad decisiva para que la esposa del ex mandatario Bill Clinton continuara en la batalla, pues había sido derrotada en las últimas 11 elecciones primarias.
Se especuló que de perder aquí cabía la posibilidad de tirar la toalla debido a los astronómicos costos de campaña.
Según evaluó Hollis Rutledge, presidente del Partido Republicano en el Condado de Hidalgo, Clinton cuenta con grandes aportaciones económicas de un grupo de minoristas, mientras el apoyo financiero de Obama reside en miles de pequeñas donaciones (traducido en un mayor éxito para el de Illinois).
Se estima que en un día se ha recaudado hasta un millón de dólares (unos 10.7 millones de pesos) para emplearlos en la logística e imagen del precandidato demócrata.
No obstante, Texas favoreció (aunque por un estrecho margen) a Clinton, felicitada en la noche por Obama tras vencerlo además en Ohio y Rodhe Island.
Los alcaldes del Valle del Río Grande también cumplieron con este acto cívico.
En ese tenor Richard Cortez, mayor de McAllen, dijo que “la carrera rumbo a la presidencia es dura, pero quien gane tendrá que aportar remedios económicos, sociales y académicos para esta nación”.
El alcalde texano, quien arribó muy temprano al antiguo City Hall (sala de audiencias) demoró apenas cinco minutos para emitir su sufragio en una casilla demócrata.
Luego de darle el paso a una anciana y saludar a simpatizantes tanto de Clinton como de Obama, Cortez se retiró conduciendo su coche blanco.
MCCAIN, EN PLAN GRANDE
Por su lado, John McCain no se despeinó para cumplir su acometido:
Con un contundente triunfo sobre el ex gobernador de Arkansas, Mike Huckabee, el senador por Arizona obtuvo la designación del Partido Republicano para competir contra quien resulte ganador entre Clinton y Obama.
McCain consolidó su supremacía al superar los mil 191 delegados requeridos en su búsqueda de la jefatura de Estado.
De este veterano congresista de 71 años sobresalen sus intenciones por postergar la retirada de las tropas estadounidenses de Asia. Para los ultraconservadores resulta más convincente su propuesta e inclusive, el propio George W. Bush, actual presidente y quien le derrotó hace ocho años también en un “superpartes”, se ha pronunciado a favor de McCain.
De esta manera el candidato republicano ya piensa en las elecciones finales del cuatro de noviembre próximo, que sin duda serán de las más observadas en el mundo, a causa del escandaloso deterioro del Dólar frente al Euro y otros problemas emergentes como la crisis hipotecaria.
En tanto que Huckabee, quien ostentaba un lejano segundo lugar, felicitó al senador por Arizona al que calificó de honorable. Luego convocó a la unidad de su partido.
CIFRAS RECORD GRACIAS AL INTERNET
Convertida en un fenómeno político la “obamamanía” parece ser para los jóvenes, amas de casa y grupos étnicos minoristas un factor de esperanza con el que puede enderezarse el rumbo del país, abrumado por la guerra de Irak y la desaceleración económica.
Entretanto el movimiento en el que Clinton está inmersa promete “soluciones prontas más que bonitos discursos” y aboga a favor un cese a las actividades bélicas.
Falta ver cómo se desarrollan los siguientes comicios primarios en Montana y Dakota del Sur y Norte (el próximo tres de junio).
Lo que sí queda manifiesto es el impulso electrónico que han tomado los precandidatos demócratas.
De acuerdo a información de la Secretaría de Estado de Texas tan sólo en el período de elecciones tempranas o adelantadas como también se le conoce (efectuado entre el 19 y 29 de febrero) participaron 890 mil 188 votantes, cuando en las primarias de 2004 se registraron apenas 272 mil 722.
Para J. D. Salinas, juez del Condado de Hidalgo, este auge mediático electoral nunca antes visto en la Unión Americana no es más que producto del Internet.
Señaló que la opinión pública está bombardeada vía e-mail por los partidos políticos.
“La red ha jugado un papel más protagonista en los últimos años respecto a otros medios de comunicación. En muchos casos el mensaje penetra por ahí porque es una herramienta muy utilizada”, comentó en entrevista.
En resumen, mientras para Barack Obama lo más importante que debe tener un candidato es “el buen juicio, no la longevidad”, Hillary Clinton apuesta por un cambio de mentalidad “para afrontar los desafíos del presente y futuro”. Para ello, la ex primera dama se propone como la comandante en jefe.