
Alrededor de 400 migrantes afroantillanos estuvieron en la localidad, tras su accidentado trayecto en el municipio de San Fernando, Tamaulipas. Ahí fueron bajados de los autobuses en los que se transportaban. Con sacrificios llegaron a la frontera tamaulipeca y después viajaron hacia Monterrey, Nuevo León, para luego trasladarse a Del Rio, Texas, desde donde, para su mala suerte, ahora están siendo deportados a su país de origen. Muy pocos decidieron quedarse en esta región, entre ellos algunas embarazadas. Por JAIME JIMÉNEZ Y JOSÉ MANUEL MEZA.
La caravana haitiana, conformada por mujeres y hombres adultos; adolescentes y niños se dio a conocer públicamente en la región al amanecer del pasado 17 de septiembre, cuando fue detenida por elementos de la Guardia Nacional, quienes no dejaron que continuaran su camino a bordo de los 13 camiones en los que venía desde la zona sur del país.
Fue así que los inmigrantes decidieron seguir a pie hasta la cabecera municipal de San Fernando, Tamaulipas. Ese mismo día algunos grupos pequeños de familias y amigos caminaron a Reynosa, bajo el sol ardiente y soportando el calor que superaba los 33 grados centígrados. El llanto de los niños dejó entrever el hambre, la sed y la fatiga que llevaban, pero a pesar de eso, siguieron avanzando.
Poco antes del mediodía de ese viernes llegaron los primeros haitianos a Reynosa, algunos de aventón y otros a pie. Conforme iban arribando se dirigieron a la Central de Autobuses para comprar su ‘ticket’ con destino a Ciudad Acuña, Coahuila.
Al ser divulgada en redes sociales la situación en la que se encontraban los haitianos, algunos activistas fueron a ayudarlos. Nelly Peñaloza, quien es altruista independiente en la ciudad de Reynosa, fue al encuentro de la población haitiana llevándoles agua embotellada, sándwiches, fruta, entre otros artículos básicos.
Mediante una transmisión en “Facebook Live” donde aparecen una madre y sus dos hijas pequeñas llorando, esta defensora de los derechos humanos convocó a la población para que se unieran en apoyo, conmoviendo a muchas personas.
Se sumaron esfuerzos de la población de San Fernando, de Reynosa, de Matamoros e, incluso habitantes de ejidos cercanos a la carretera por dónde transitaron los migrantes, quienes también les brindaron auxilio.
Grandes cantidades de comida, agua embotellada, jugos y fruta ofrecieron algunos ciudadanos de buen corazón. Otros prepararon paquetes que contenían un rollo de papel higiénico, toallas húmedas y sanitarias, pañales, pasta dental y jabones.
Hubo quienes les regalaron carriolas para que los bebés haitianos no caminaran y fuera menos tortuoso su trayecto.
Mientras tanto, otro grupo masivo de migrantes se quedó a dormir en el Centro de Convenciones Manuel Cavazos Lerma de San Fernando. Ahí les proporcionaron las mismas atenciones con comida, agua, ropa y demás apoyos.
COLOCAN RETÉN
Un acto no muy común en la frontera se presenció por el paso de estos migrantes caribeños. En el entronque de la carretera San Fernando-Matamoros-Reynosa fue colocado un retén con equipo antimotín conformado por elementos de la Guardia Nacional (GN).
En ese lugar fueron detenidos decenas, quienes con engaños fueron deportados a otros estados de la República Mexicana.
Algunos haitianos dijeron que fueron dejados en Villahermosa, Tabasco, solamente con un permiso de 15 días para transitar libremente en el país mexicano, por lo que tuvieron que emprender el camino de nueva cuenta hacia la frontera sur.
El gobierno federal se opuso al tránsito de indocumentados, así que envió más efectivos del INM.
La noche del sábado 18 de septiembre un grupo de migrantes que había quedado rezagado optó por dormir en la plaza pública del ejido Alfredo V. Bonfil, también conocido como “Periquitos”, el cual se localiza a 65 kilómetros del centro de Reynosa.
Varias horas estuvieron bajo el cuidado de la Policía Estatal, pero estos se retiraron de madrugada. Aproximadamente a las 5:00 horas del domingo 19, los ciudadanos haitianos se levantaron, recogieron su basura y dejaron en orden las cosas que no pudieron llevarse.
Cuando se disponían a caminar hacia Reynosa ya los esperaban agentes migratorios de México para llevárselos. Fue ahí cuando el INM usó la violencia física en contra de ellos.
ONG ACUSA ABUSOS
La Asociación Internacional de los Derechos Humanos en este municipio denunció que elementos del Instituto Nacional de Migración (INM) sometieron con maltrato a los haitianos.
Por los hechos hasta el momento no hay una denuncia formal, sin embargo, la ONG exige que las autoridades federales se apeguen a lo que marca la Constitución y respeten los derechos civiles de los extranjeros de libre tránsito.
El presidente de esta asociación, Fortino López Balcázar, expresó que los agentes aplicaron la ley de manera desmedida.
“Ejercen mucha violencia contra ellos, los golpean, les echan gas lacrimógeno, los someten, los ahorcan para que no griten. Existe una grabación, no se ve cuando está sometido, pero sí se escucha que la persona ya no puede gritar, le tienen presionando la garganta”, lamentó el entrevistado.
De hecho, dicho organismo acudió a rescatar a un grupo de migrantes conformado por 17 adultos y un menor de edad. Los extranjeros se ocultaron en una brecha del kilómetro 80 de la carretera San Fernando-Reynosa por temor a ser detenidos por elementos de INM y la GN, que había sometido con violencia a sus compatriotas.
La ONG reprobó esos actos inhumanos que están fuera de la ley, por lo que organizaciones y asociaciones presentarán las denuncias ante las Comisiones Nacional y Estatal de Derechos Humanos.
Estas personas sin estancia legal en México fueron llevadas al albergue Senda de Vida, donde les hicieron la prueba del Covid–19. Posteriormente les indicaron donde dormir y les proporcionaron alimentos.
SIN CUPO EN CASAS
DEL MIGRANTE
La realidad es que la migración por Reynosa se encuentra excedida, por los ciudadanos centroamericanos que ya tienen meses en la ciudad. El albergue Senda de Vida avisó que ya no tenía espacio, pues cuenta con una capacidad máxima de 900 refugiados y está dando prioridad a embarazadas y menores de edad.
En ese albergue pueden encontrarse también hondureños, guatemaltecos, salvadoreños y mexicanos que vienen del sur del país huyendo de la violencia en sus estados y buscan internarse en los Estados Unidos.
Este pasado domingo los últimos en ingresar fueron 19 haitianos, pero se fueron sumando hasta llegar a los 150, quienes arribaron caminando a la ciudad.
“Nunca habíamos tenido este nivel de saturación, es mucha la necesidad de los migrantes que necesitan un espacio para dormir y alimentarse, hemos hecho todo lo posible para ampliarnos, recibir a las familias, pero ya estamos en un límite los últimos en pasar fueron grupos de haitianos que llegaron con los pies lastimados”, platicó el pastor evangélico Hector Silva de Luna, director de Senda de Vida.
Mientras que en la Plaza de la República, a escasos metros del puente internacional Reynosa-Hidalgo, cohabitan a la intemperie unas 2 mil personas en tiendas de campaña, la gran mayoría también de países centroamericanos.
Durante el pasado fin de semana, la comunidad haitiana que arribó a Reynosa después de dormir en la antigua garita del kilómetro 30, caminó y descansó frente al Parque Cultural. Después continuó su camino hacia al Puente Internacional Reynosa Hidalgo.
“El objetivo de todos es llegar a Estados Unidos, hacer allá una vida; vienen huyendo de sus países, de mucha violencia y caos, los ayudaremos hasta donde se pueda”, recalcó Silva.
Debido a la saturación del refugio ya escasea la comida, por lo que solicitan alimentos para satisfacer a la población migrante.
LAS EMBARAZADAS
El titular del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes (ITM), con sede en Reynosa, Ricardo Calderón, confirmó que hasta el momento se han contado cinco mujeres haitianas en estado de gestación, quienes llegaron en el contingente registrado el pasado fin de semana y ahora permanecen en el albergue Senda de Vida.
“Existe un programa de control prenatal en el cual estamos participando, trasladando a las embarazadas a la Jurisdicción Sanitaria para que lleven su control y puedan recibir los medicamentos y la atención médica que requieren”, dijo.
Los haitianos que arribaron a la ciudad fronteriza el pasado fin de semana están sanos y libres de enfermedades, afirmó.
El ITM y el director de Senda de Vida han sostenido pláticas con representantes del Instituto Nacional de Migración (INM) para la autorización de la compra de sus boletos de autobús, aunque debido a que la frontera de Ciudad Acuña con Estados Unidos ha sido cerrada, es posible que la estancia de los haitianos en Reynosa se prolongue.
El gobierno de los Estados Unidos empezó a bloquear el acceso para evitar el incremento de inmigrantes que vienen de Centroamérica o el Caribe.
Ahora mismo se están empleando los vehículos del Departamento de Seguridad Pública de Texas para poder retirar a los indocumentados.
Con las nuevas medidas no solamente para las personas de nacionalidad haitiana, tendrán un futuro incierto, al mismo tiempo que el cruce de ilegales por la frontera mantiene rebasada la capacidad de la Patrulla Fronteriza para poder procesar a todos, siendo un tema complejo de poder resolver.
HAITÍ, LA MALDICIÓN LOS PERSIGUE
Éste es uno de los 13 países que forman las islas del mar Caribe. En la región es la única nación de habla francesa, pero al mismo tiempo está catalogado como la más pobre del continente americano.
De acuerdo con el último censo tiene una población de 11 millones 395 mil personas. Haití se ubica en la zona central de las Antillas y comparte frontera con República Dominicana.
Su gobierno está constituido como una república semipresidencialista, pero ésta ha sido suspendida varias veces por los golpes de Estado. El primero ocurrió con el ex presidente Jean–Bertrand Aristide y el último el pasado 7 de julio, con el asesinato de Jovenel Moïse.
De acuerdo con un informe de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés), el 80 por ciento de su población vive por debajo del umbral de pobreza. El país básicamente depende de los servicios primarios, como la extracción de materias a partir de recursos naturales.
Esto ha provocado un grave problema de deforestación. En 2006 solamente el 2 por ciento de todo el país tenía una superficie arbolada.
Su sector industrial más importante es el textil, pero en sí la nación depende de las ayudas de otros países y del Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que incluso, sectores como el agropecuario y la pesca no han crecido más allá de los niveles de subsistencia.
El país ha sido duramente castigado por malos gobiernos, de dictaduras como la de François Duvalier y su hijo, Jean-Claude Duvalier.
Los fenómenos naturales no han sido ajenos para los habitantes de esta isla, ya que el país caribeño es constantemente golpeado por fuertes terremotos y huracanes, profundizando la pobreza.
El 12 de enero de 2010 hubo un sismo de magnitud 7 en la escala de Richter que causó más de 300 mil muertos. Un millón de personas se quedaron sin hogar.
La inestabilidad se ha agudizado con el empoderamiento de bandas criminales pertenecientes a la federación G9, una organización que extorsiona, roba, secuestra y ataca a personas que apoyan la clase burgués.
Según datos de la Organización Mundial para las Migraciones (OIM, por sus siglas en inglés), la violencia ha ocasionado el desplazamiento interno de más de 17 mil personas.
Y todavía no hay una cifra exacta de cuántas personas han abandonado el país para emigrar a los Estados Unidos, pero desde 2018 han estado llegando a México grandes contingentes.
De hecho, a comienzos de 2020 la casa del migrante Nuestra Señora de Guadalupe en Reynosa, estuvo llena de inmigrantes de esta nacionalidad.
La inestabilidad económica, política y social se encuentra ahora mismo a flor de piel y a eso se le agrega la migratoria. A 13 días del crimen de Moïse, el médico Ariel Henry, fue nombrado nuevo primer ministro. Tiene frente así la difícil tarea de unificar a un país en crisis. v
ESTA MIGRACIÓN NO LA PARA NADIE
por JOSÉ MANUEL MEZA
México tiene en su lado sur una de las fronteras más porosas del mundo. Dividida entre los estados de Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Tabasco y Chiapas comparte mil 149 kilómetros de franja limítrofe con Belice y Guatemala.
Históricamente ha sido la puerta principal para la movilidad masiva de inmigrantes. Por ahí han pasado los casi 5 millones de centroamericanos que radican en los Estados Unidos. Esto representa prácticamente la cantidad de pobladores de todo el país de Nicaragua o El Salvador.
En términos llanos esa cifra es una masa humana que se desplazó paulatinamente por la frontera sur mexicana a lo largo de varias décadas, pero a partir de 2020 creció de manera vertiginosa.
De acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para entrar a México hubo 41 mil 303 personas que solicitaron legalmente un proceso de asilo en el último año, pero esta cantidad es mínima comparada con el desplazamiento de hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, nicaragüenses y ciudadanos de otras nacionalidades que ingresaron de manera irregular, la gran mayoría con rumbo a los Estados Unidos.
Tan sólo en el mes de junio, 188 mil 829 personas fueron detenidas por la frontera terrestre del sur de Texas, de acuerdo con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
De hecho, para los estadounidenses, el asunto es tan grave que cerca de un millón de extranjeros han surcado la frontera sin papeles desde que Joe Biden asumió el cargo, según cifras reveladas por la Cámara de Representantes.
El reciente caso de Haití, en la zona fronteriza de Ciudad Acuña, Coahuila, con Del Rio, Texas (y el de hace unas semanas en el Puente Internacional Anzaldúas de Mission), han encendido las alarmas entre la opinión pública.
Un sector de los norteamericanos está preocupado por la llegada masiva de más personas, mientras las principales cadenas de noticias de ese país ahora le dedican una amplia cobertura a lo que el Partido Republicano cataloga ya como una invasión.
POR MIGRACIÓN DESORDENADA REGRESAN DEPORTACIONES
por JOSÉ MANUEL MEZA
Las caravanas de inmigrantes han tenido complicados episodios. En octubre de 2018, cuando Hora Cero publicó el tema “Caravana, la crisis que se avecina”, se documentó el clima de violencia desbordada en la frontera sur, cuando miles de indocumentados entraron por la fuerza al país, anunciando también la crisis humanitaria que podía suscitarse en la zona norte.
Bastó una amenaza del ex presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de subir los aranceles a las exportaciones mexicanas, para que el gobierno de la República comenzara a mandar más efectivos del Instituto Nacional de Migración (INM) y del Ejército Mexicano a bloquear el paso de los migrantes.
La situación duró algunos días, terminando con batallas campales, entre elementos federales y extranjeros, entre ellos contingentes conformados por familias. Las escenas le dieron la vuelta al mundo.
Pero por razones humanitarias los inmigrantes continuaron su paso. México les otorgó documentación para poder transitar libremente, en tanto que el gobierno estadounidense creó los llamados Protocolos de Protección al Migrante (MPP, por sus siglas en inglés), que obligaron a los solicitantes de asilo a esperar su proceso migratorio en un tercer país.
Antes de eso ciudadanos de naciones como Cuba, Venezuela e, incluso, Haití, eran admitidos en los puentes internacionales norteamericanos, pero cuando se formaron las enormes caravanas, Trump detuvo todo, provocando un caos generalizado en la frontera con México.
Ciudades como Reynosa pasaron a tener en días miles de migrantes de distintas naciones habitando en sus calles y colmando los refugios humanitarios. Albergues como Senda de Vida tuvieron que ampliar sus instalaciones para poder dar cobijo a un mayor número de personas.
Otras ciudades como Tijuana, Baja California; Juárez, Chihuahua; Piedras Negras, Coahuila y Matamoros, Tamaulipas, presentaron una situación muy similar a la de Reynosa.
Se encontraba todavía en campaña el actual presidente de la Unión Americana, Joe Biden, cuando prometió a la población migrante mejores condiciones de vida. En el primer día de su gobierno detuvo la construcción del muro fronterizo y ese gesto fue tomado como un mensaje en Centroamérica, provocando nuevamente los tumultos de gente emigrando hacia el norte del continente.
A finales de julio podía parecer extraño que agentes de la Patrulla Fronteriza fueran los que estaban dejando libres en la calle a los extranjeros sin papeles de residencia, a quienes siempre han perseguido de manera férrea, pero a los que les estaban extendiendo un permiso para ingresar a la nación con un fechado para decidir su caso en una corte migratoria.
Sin embargo, ahora, el gobierno Demócrata de Biden parece que ha cambiado de opinión. Con las nuevas caravanas, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) ha decidido deportar a 15 mil haitianos que están solicitando asilo en la fronteriza ciudad de Del Rio, Texas. Muchos se están retornando a México.