
La junta directiva del Distrito Escolar de Aldine ISD reclutó un par de votos a favor de Travis Upchurch de 79 años de edad, quien corría riesgo de perder su propiedad tras quererla expropiar como parte de la remodelación de un estadio de fútbol americano de 50 millones de dólares.
La familia Upchurch ha vivido décadas en un mismo domicilio, el cual ha pertenecido a generaciones pasadas desde 1905.
Para ellos estos últimos meses han sido de suma intranquilidad, ya que su hogar ha sido foco de interés por la secundaria Aldine ISD, institución que busca la reconstrucción del nuevo estadio de futbol “WW Thorne”, el cual está localizado a un lado de dicha vivienda y tiene fecha de inauguración el próximo agosto de 2024.
Se determinó que los dueños de la residencia han rechazado ofertas de venta desde la primavera del 2022.
“Viví aquí desde el día que nací hasta que fui a la universidad. Es especial, es parte de mí. Mi papá todavía vive aquí, tenemos tantos recuerdos de este lugar”, afirmó Tara Upchurch, hija del señor Travis.
El gerente del proyecto concretó que el uso de la propiedad sería con fines de llevar a cabo la construcción de un estacionamiento.
Se buscaba un equilibrio entre la necesidades comunitarias e individuales, ofreciendo así una cantidad de dinero que finalmente para la mesa directiva, desde el punto de vista de quien lleva más de 40 años viviendo en tal hogar, no fue algo digno de negociar.
Para muchos texanos la casa es donde está el corazón. El sentido de pertenencia a un sitio en específico puede ser arraigado a las experiencias y recuerdos que se crean eventualmente; fue así que la impotencia de Tara y su hermano se manifestó día con día tras luchar de manera constante por no perder el lugar donde crecieron. Ellos mismos sabían que en algún momento llegaría la ocasión en la que Aldine ISD propusiera ampliar el terreno de sus instalaciones; no obstante, no contaban que fuera en presencia de su padre.
“Lloré. No lo sé, creo que mi papá también lloró. Es muy impactante. Está cómodo aquí. Él ama su casa. Perderlo es difícil, es un lugar sentimental para nosotros”, expresó su hija.
SITUACIÓN AMENAZANTE
Y FINAL FELIZ
Los Upchurch pasaron meses de incertidumbre, desconociendo cómo iba a terminar esta historia. De día y noche tuvieron la incógnita si en algún momento Travis tendría que desalojar su propio domicilio, esto debido a la autorización de expropiación que se definió el 18 de abril del presente año, garantizando que la obra del estadio cumpliría con nuevas mejoras.
Esta controversia tuvo seguimiento hasta el mes de octubre. Fue entonces que la junta directiva de Aldine ISD presidió ante el caso, realizando una votación con el propósito de deliberar objetivamente las consecuencias detrás de conseguir una propiedad ajena al distrito escolar, y poniendo en consideración el hecho de dejar sin hogar a alguien que ha coleccionado memorias familiares por décadas.
Con algo de arrepentimiento los miembros de la comunidad escolar se posicionaron a favor de los Upchurch.
Con la suma de 7 votos, deliberaron abiertamente: “En primer lugar, esto nunca debió haber sido un problema”, aseguró uno de los integrantes.
Por lo que, previamente se confirmó la interrupción de planes para la propiedad ubicada en 1810 Aldine Meadows y finalizar cualquier propuesta de negociación monetaria.
Ciertamente no fue un proceso fácil para ninguno de los involucrados y a pesar del alivio de poder conservar años de recuerdos en su propiedad, para la familia sigue siendo algo complejo de digerir.
“Queremos estar seguros de que esto es auténtico, de que esto no sea sólo una especie de truco publicitario por parte del distrito escolar”, dijo a medios locales Travis
Upchurch, todavía incrédulo de que podrá vivir sus últimos años en su amado terruño.