
Apenas se vislumbran las señales de un nuevo día y Joe Ochoa, alcalde de Edinburg, ya piensa de qué manera ayudará a traer mejoras a su comunidad.
Sus manos se entrelazan una y otra vez, como sugiriendo que son pocas las horas y muchas las actividades por realizar.
No obstante, se dirige sereno a su despacho, atiende llamadas y diligencias programadas con antelación.
Sobre sus hombros descansan grandes responsabilidades y dificultades que casi siempre resuelve con una chispa de genialidad.
Sin cobrar un cinco a cambio -pues así lo establece la Constitución en Texas para el cargo de Mayor-, Ochoa sabe que llevar el timón de su ciudad requiere amor a la camiseta.
Cuenta: “Sencillamente esto es cuestión de voluntad. Es por el gusto de servir y mejorar cada aspecto de nuestra comunidad.
“Yo tengo mis propios negocios y no dependo económicamente del condado. Esto es mejor para todos porque no se da pie a la malversación de intereses ni a buscar las obras de relumbrón”.
Las modernas avenidas, zonas habitacionales, plazas comerciales, parques de diversión, escuelas, bibliotecas y centros laborales que hoy en día hacen ver a Edinburg como una de las ciudades con mayor proyección en el sur de Estados Unidos, no serían posibles sin la orientación de un buen gobierno.
Para ello Ochoa ha invertido años de su vida a mejorar este aspecto.
“Aquí ya voy para doce como alcalde. Estuve nueve años, paré tres y gané la reelección hace uno y medio.
“Antes de eso colaboré nueve años en las mesas directivas de algunas instituciones educativas”, explicó el también empresario farmacéutico graduado por la Universidad de Texas.
METEORICO DESARROLLO
En el marco del “Segundo encuentro de hermanamiento comercial” con la ciudad de Santa Catarina -localizada en la zona metropolitana de Monterrey-, Ochoa afirmó que su apego hacia la asistencia pública se produjo por mera necesidad.
“Por mucho tiempo los ciudadanos vimos que el progreso transcurría muy despacio y no había crecimiento.
“Esa fue una de las razones por la cual decidí meterme de lleno a la política. Sabía que debía impulsar la economía y la educación en esta área”, prosiguió.
En ese contexto, el alcalde texano comentó que su máxima satisfacción ha sido elevar la calidad de vida de los habitantes de su ciudad, la cual es otra a una década de distancia.
“Ha habido un crecimiento maravilloso: se trajo una escuela de investigación de la Universidad de Texas (que es un centro de salud académico); se han logrado ampliaciones en la carretera 281, Sugar Rwd y Trenton, por citar algunas.
“Asimismo hemos impulsado la enseñanza y mejorado nuestra infraestructura para albergar sanatorios como el Renaissance y el Children Hospital”, destacó Ochoa.
¿Quién diría que este hombre -cuyo grueso timbre de voz irradia respeto-, pasaba durante su infancia las vacaciones en una modesta vivienda de San Fernando, Tamaulipas, de donde era originaria su madre (ya fallecida).
“Yo vengo de una familia humilde que emigró a Estados Unidos hace muchos años y de suerte me pude educar.
“Tengo muy bonitos recuerdos de cuando estaba pequeño, que iba a las casas de mis primos en tiempos que el piso era de tierra y andábamos jugando con los marranos o los burros que estaban afuera”, evocó sonriente el
entrevistado.
Es por ello que la relación con México es muy importante para el mandatario, según
definió.
“Su gente es muy amigable y se presta mucho cuando uno va a tratar diversos
asuntos.
“Necesitamos extender nuestros lazos para traer a nuestros amigos mexicanos no nada más de compras, sino también de negocios”, dijo.
En ese sentido Ochoa manifestó que su gobierno está impulsando las relaciones bilaterales con municipios del vecino país y recíprocamente hospedando a sus inversionistas.
“El mejor ejemplo es que aquí existen filiales de compañías mexicanas algunas de ellas con más de 600 empleados. Tenemos un parque industrial al sur de la ciudad”, indicó.
Pese a no estar enclavada sobre la línea limítrofe, Ochoa subrayó que Edinburg cuenta con excelentes colegios para los hijos de los empresarios que arriban a esta localidad, así como un magnífico plan de vivienda.
“Aquí hay calidad de vida, tranquilidad y mucha facilidad para incubar negocios, somos una plataforma acorde a las necesidades de nuestros visitantes”, especificó el Mayor.
EL MURO
Desde el punto de vista diplomático Joe Ochoa reprobó la construcción del muro fronterizo que el gobierno federal financia para frenar la migración de indocumentados.
Lo consideró una amenaza que atenta contra la cultura hispana predominante en ambos lados del río Bravo:
“Yo estoy en contra y todos mis colegas en esta región también. La gran mayoría de los habitantes en el Valle de Texas tenemos familiares en México y muchos acostumbramos a visitarlos.
“Creo que el muro arrojará un impacto negativo porque se perderá en gran medida esa familiaridad que nos caracteriza a los dos pueblos”, apreció.
El Mayor también calificó de penosa la nueva disposición de La Casa Blanca de exigir a los “ciudadanos americanos” un pasaporte para poder salir de Estados Unidos.
A decir del alcalde “esto no es más que una pérdida de tiempo y dinero”, al igual que lo consideró insufragable para miles de personas que habitualmente suelen viajar México.
Mientras en el sur de la Unión Americana temas como éste polarizan la atención de medio mundo, cruzando el puente internacional la inseguridad ocupa las primeras planas de los diarios mexicanos.
Ante los hechos violentos acontecidos recientemente en la frontera de Tamaulipas (relacionados al crimen organizado), Ochoa descartó que sean exclusivos de esa zona.
Arguyó que es un asunto generalizado que bien podría suceder en otro lugar.
Pero a todas luces, dijo, repercute en las dos economías porque los turistas estadounidenses temen ir a México, al tiempo que los vecinos del sur prefieren quedarse en sus hogares antes de salir de compras al “mall”.