El dramaturgo y director teatral riobravense Medardo Treviño, comparte con Hora Cero una pequeña parte de su historia y anuncia la presentación de ‘El Cascanueces de los niños libres’, adaptación al México real de la obra clásica navideña.
Con más de cuatro décadas dedicadas al teatro que lo han llevado a lugares tan distantes como Filipinas, Aruba, España, Francia, Guatemala, India, Colombia, Croacia, Cuba, Grecia, Venezuela y Estados Unidos, en donde ha recibido innumerables reconocimientos por su talento, el maestro dramaturgo Medardo Treviño toma un nuevo desafío en su carrera y prepara el montaje de una obra en la que los niños serán los actores principales.
El artista nació en Río Bravo, Tamaulipas, pero es un ciudadano del mundo; ha vivido en diversos Estados de la República mexicana, además del extranjero, siempre en la búsqueda de recursos que le lleven a explotar ideas y plasmarlas arriba de un escenario.
Medardo Treviño comparte con Hora Cero su desbordada pasión por la cultura y las artes en todas sus expresiones, en las que ha encontrado una vía para dar rienda a su espíritu, a sus recuerdos y a sus obras que lo han acompañado desde hace más de 40 años.
‘EL CASCANUECES DE LOS NIÑOS LIBRES’
“Teatro Testigo de la Vida”, es una cruzada que Medardo Treviño inició con la intensión de impulsar la dramaturgia y llevar el teatro a todos los rincones de México, incluidos aquellos más apartados, más vulnerables y que es donde más se requiere de este tipo de actividades, como son las ciudades de la frontera norte del país.
El maestro, formador de cientos de actores y artistas, inicia la entrevista confirmando que a partir de esta iniciativa es que surge la invitación de la reconocida escuela de la maestra Norma Angélica Valenzuela, Laboratorio de Artes Escénicas y del Instituto Reynosense para la Cultura y las Artes (IRCA), para la puesta en escena de “El Cascanueces de los niños libres”, que se basa en la obra original de ballet clásico, pero que su versión está totalmente adaptada a la realidad que se vive en el México actual, y que se presentará en Reynosa el próximo 19 de diciembre.
“El relato original cuenta la historia de un niño enfermo que durante un sueño es conducido por un cascanueces de tamaño natural a través de un mundo paradisíaco poblado por juguetes. Al despertar, en la mañana de Navidad, el niño encuentra a todos los juguetes que conociera “en persona” la noche anterior, a los pies del árbol. Pero en este caso, acababa de pasar un hecho violento en esa ciudad y entonces la maestra Norma se quedó protegiendo a sus niños metida en un banco mientras pasaba este hecho violento; y ella pensó que los papás, con toda razón, ya no llevarían a sus niños después de este suceso que pasó enfrente de su escuela, y para sorpresa de la maestra Norma, regresaron los papás con sus hijos al día siguiente y además, regresaron con más niños y entonces Norma me dice: ‘Maestro, por favor escríbame algo sobre El Cascanueces, una historia alrededor de todos esos niños que asisten a una fiesta prenavideña, tal y como está en la obra original, pero son niños que están en busca de la esperanza, son niños que están en busca del deseo de libertad, unos niños que creen que pueden con su pura sonrisa, cambiar el mundo, entonces se convierte en un proyecto social muy interesante”.
TRANSFORMANDO CONCIENCIAS A TRAVÉS DEL ARTE
¿Fue difícil adaptar la historia original al presente que se está viviendo en México?
-Es difícil, en el sentido de que a veces nos duele decir lo que está pasando pero nosotros como creadores, como artistas, es nuestra obligación crear conciencia, el hablar del aquí y del ahora, de cuál es la realidad, como creador tienes una obligación hacer una reflexión en la mente del espectador, en la mente de quien te está leyendo, o viendo un cuadro, o escuchando música, entonces, como creador también tienes la obligación de denunciar todo con lo que no estás de acuerdo; el teatro es una tribuna, y es un elemento importantísimo de comunicación de dos seres humanos que puedan verse fijamente a los ojos y decir: estamos a mano.
Convencido de que el arte es un vehículo transformador de conciencias, Medardo Treviño exalta que aún en estos tiempos tal álgidos existan este tipo de grupos en donde a través del arte, del teatro, los niños, jóvenes y adultos, puedan encontrar un desfogue a sus inquietudes.
“Que bueno que existen estos grupos como el de la maestra Norma, ‘Laboratorio de las Artes Escénicas’, en donde los niños están todos los días capacitándose. La labor, en este caso de Norma, de tenerlo aquí, en la colonia Juárez, donde no se les cobra un peso a los niños, ellos vienen, hacen sus ensayos, se les da una producción, se les trae buenos maestros, buenos actores. En esta puesta viene Beatriz Moreno actuando, viene Raquel Garza, nuestra paisana, una excelente actriz, mayormente conocida por su personaje de “Tere la secretaria”, que ha sido el personaje que más le ha dado. Entonces, que los niños compartan con estas grandes figuras, como un Andrés Escobar, pues que se les de esa oportunidad de aprender cosas y luego se van a convertir en seres sensibles; no se trata de crear profesionales, siempre lo he dicho, sino de crear seres sensibles a cualquier manifestación artística y es lo que está haciendo la maestra Norma y por eso estamos en este proyecto”.
UNA TAREA NO TAN DIFÍCIL
¿Cómo captar y atrapar el interés de los niños?
-Creo que tenemos mucho que aprender a los niños, ya que cuando ellos se interesan por algo, cuando es capaz de conmoverlos, son los seres más disciplinados y es cuando hay que aprenderles mucho más, porque son niños libres, por eso ‘El Cascanueces de los niños libres’, entonces, dicen lo que piensan, lo que sienten, se emocionan totalmente con lo que hacen, y porque la labor de nosotros como artistas es conmovernos a nosotros para poder conmover a esa gente.
“Es una tarea maravillosa; el mantener una comunicación con estos niños, cuando logras tocar el alma de ellos, hablarles con la verdad, el teatro es verdad, el teatro es respeto, el teatro es amor, entonces yo les digo a los niños: cualquier proceso artístico, siempre inicia a través de tu propia verdad. Sino crees en ese proyecto, ni lo hagas. Por eso se ha sumado tanta gente. Todos vienen a aportar, vienen a sumarse con todo gusto y de pronto implica un gasto, para el Laboratorio, para la maestra Norma, pero ella se asegura de convencernos, cuando encuentras un ser como ella, por supuesto que vienes, y todo lo demás pasa a segundo término porque además crees en lo que hace y entonces tu trabajo tiene un sentido social, que te hace pensar “para qué queremos un teatro que solo nos hace reír o carcajear o que nos dé somnolencia, solamente para que estemos como títeres, como zombies, y de eso precisamente habla la obra ‘El Cascanueces de los niños libres’, cómo el poder de pronto reprime, cómo el poder de pronto aniquila los sueños, cómo el poder destruye los sueños”.
Considerado como uno de los dramaturgos más importantes de México, el maestro Medardo Treviño explica que esta obra, aunque tiene la misma estructura del ballet clásico, pero con parlamentos, con una denuncia muy fuerte adaptada a la realidad que dice: “¿por qué los niños tenemos que enterarnos de esto? Los niños no entendemos lo que quieren hacer con una guerra injusta y ¿por qué nos meten en medio de esta guerra?, ¿y por qué de pronto tengo que ponerme pecho a tierra? ¿Por qué tengo que cuidarme de una bala que salga por ahí?. Necesitamos ser niños libres a través de las artes y ver que tengan la oportunidad de bailar, danzar, actuar, cantar y cambia el mundo”.
COMPROMETIDO A RETRIBUIR
Uno de los motivos principales que mueven al maestro Medardo Treviño a realizar este tipo de acciones es devolverle al teatro un poco de lo mucho que le ha dado.
“Gracias al teatro he viajado por todo el mundo. Yo conozco el mundo por el teatro, porque ni tengo el dinero ni tengo recursos para andar yendo a representar a México a La India, Aruba, Francia, Venezuela, Filipinas, España, Guatemala, Colombia, Croacia, Cuba, Grecia y Estados Unidos; me ha tocado estar en los festivales más importantes de teatro”, comparte quien ha obtenido 17 premios nacionales de teatro como dramaturgo y director, y que ha publicado 18 libros en diferentes editoriales de México y otros países.
“Con la energía que emanan esos niños, ¿cómo no luchar por ellos? ¿Cómo desde tu tribuna, no defender el arte? Tú como creador no vas a ser egoísta y decir: ‘No, pues yo ya soy Medardo Treviño y no tengo ninguna necesidad de venir aquí. ¿Cómo que no? Si yo he recibido tanto del arte, de las letras, si yo he conocido el mundo a través de mis palabras escritas, entonces en algún momento tienes que retribuir”.
A TODOS LOS RINCONES
En lo que es una tarea incesante, el hombre se da el tiempo para atender también el Taller de Dramaturgia “Teatro Testigo de la Vida”, que muestra el paisaje fronterizo, sus tradiciones, la religiosidad y las historias populares de esta región.
“Ahorita estamos haciendo una cruzada con la dramaturgia del norte, desde Matamoros, Reynosa, Nuevo Laredo, Escuela de Artes Escénicas Monterrey, Saltillo, México, Sonora, y anteriormente anduvimos en ocho Estados con el programa nacional de ‘Teatro Campesino’, formando compañías en Tamaulipas, Nuevo León, Chihuahua, Coahuila, Tabasco, Oaxaca, Michoacán, Colima y Ciudad de México. Han sido muchos años de labor social; ahorita hay 104 dramaturgos, ocho en Tamaulipas, no había dramaturgia propia, éramos uno o dos dramaturgos en el Estado, y ahora están surgiendo nuevos dramaturgos jóvenes, con grandes ideas, conscientes de que el teatro y las artes son fundamentales para que tenga armonía la sociedad en la cual vivimos, y para recomponer el tejido social”.
EL ARTE, VEHÍCULO DE SANACIÓN
Al recordar que sus obras se han traducido al inglés, francés, croata y actualmente varios de sus textos se están traduciendo al mixteco, el maestro hace énfasis en la más reciente labor que se está llevando por medio de las artes escénicas, que es a los anexos, tanto de hombres como de mujeres que están en proceso de rehabilitación, de sanción.
“La última suerte que acabamos de tener es, como en un anexo en el pasado mes de diciembre, vieron que trabajábamos en dramaturgia dentro de ‘Teatro Testigo de la Vida’, con una compañera de taller, yo dirijo la obra y se integraron unas 80 muchachas víctimas del fentanilo, y que estaban en proceso de recuperación, y estaban en proceso de crear una pastorela y entonces yo les sugerí que si en lugar de una pastorela tradicional, se armara una pastorela con hechos reales, actuales, y cambiar las situaciones que se presentan en la pastorela tradicional, para que a partir de ahí inicie el proceso de recuperación, de sanación. Tuvimos mucho éxito con esta actividad”.
Medardo Treviño se despide agregando que las artes son una salida para la situación tan terrible que estamos viviendo actualmente. Una de mis frases favoritas: “Encontrarle una solución aunque sea en la ficción dramática”.
Los esperamos el próximo 19 de diciembre, con “El Cascanueces de los niños libres”, espectáculo de primer nivel que se presentará en el Teatro Experimental del Parque Cultural Reynosa, en horarios de 5:00 y 8:00 pm. Participan 60 niños que aprenden clase, aprenden a actuar, a cantar y estos niños cumplen con todo ello, porque les gusta ya sea a ellos o a sus padres.