
Marco Antonio Vázquez Barreiro ha sido un eterno trovador desde que compuso sus primeras letras para llevar románticas serenatas a su novia y a las de sus amigos, hasta grabar 40 discos con más de 600 melodías que han deleitado a varias generaciones.
Consciente de la triste realidad que afecta a los artistas de la misma trayectoria que él, pero con poca promoción por parte de las compañías disqueras, creó su propio sello en 1993 para mantenerse vigente en el competitivo mercado discográfico.
Es famoso por éxitos como Creo, Te vi Llorando, Caricia y herida, Tu inolvidable sonrisa, por mencionar algunos, y en este año, el cantautor está presentando su más reciente álbum Después de Muerto Volveré, producido por su propia casa Romántico Musical, S.A.
En los albores de los 60, Marco Antonio, un joven de 22 años, procedente del barrio de Santa Julia del Distrito Federal, ingresó a un trío para desarrollar sus inquietudes musicales. Para ser aceptado, cantaba sus canciones, pero mentía a sus compañeros al decirles que eran de un reconocido compositor extranjero.
“Inicié como letrista dentro de la industria del disco. Hacía las adaptaciones del inglés al español para Los Apson Boy, Los Reno, Los Juniors y para varios grupos de esa época. Pero yo formaba parte de un trío a base de guitarras de caja, con nuestro estilo 100 por ciento romántico, como Los Panchos, a quienes admirábamos.
“Entonces, yo era el compositor del grupo, pero al principio les tuve que mentir porque no creían que eran mis canciones. Inventé que eran de un compositor argentino que me las daba para que se promovieran”, recordó el reconocido intérprete de boleros y baladas de todos los tiempos.
La mentira no duró por mucho tiempo. Al ver que su música era apreciada, Marco Antonio se confesó ante los miembros del trío y les dijo la verdad. Ya con la seguridad de su capacidad como compositor, emprendió su carrera en solitario.
VOZ Y SENTIMIENTO
La voz y el sentimiento que Marco Antonio Vázquez imprime en sus canciones, lo han distinguido a lo largo de más de cuatro décadas como cantante, pese a que por el nombre y apellido lo pudieran haber confundido con sus colegas contemporáneos Marco Antonio Muñiz o Alberto Vázquez.
“Al principio, me hice llamar Marco Barreiro, porque había otros solistas como Alberto y Rafael Vázquez. Además, también estaba Marco Antonio Muñiz y eso, hasta la fecha, ha creado algunas confusiones.
“ De todos modos ellos habían empezado unos tres años antes que yo y ya los identificaba la gente. Pero luego la compañía (Peerless) decidió que usara mi nombre original porque como compositor sí usaba Marco Antonio Vázquez, de tal manera que el público se diera cuenta que el cantante y autor eran la misma persona”, explicó.
Su primer gran éxito comercial fue Creo –letra que escribió pensando en su novia, ahora esposa, al igual que Te vi Llorando–, un tema que sonó mucho en esta región norte del país, a decir del propio Marco Antonio, pues le abrió las puertas también para programas locales de televisión y se dio a conocer hasta en la ciudad de San Antonio, Texas.
“Creo, es una canción que hasta la fecha prevalece entre el gusto de la gente. Fue muy curioso porque sobre todo en esta zona: Monterrey, Reynosa, Tampico y hasta San Antonio, Texas, era muy solicitada en el radio.
“Iba a cantarla como invitado a los programas como El Club del Martillito y Muévanse Todos y yo estaba muy contento, porque para haber sido el primer disco, me fue bastante bien”, señaló el romántico empedernido.
DUEÑO DE SU DESTINO
Vázquez dijo que en vez de deprimirse por la falta de promoción se le ocurrió independizarse y formar su propia firma para tomar él mismo las riendas de su carrera, con todavía muchos años por delante.
“Empecé a ver que la empresa ya no me daba promoción, que me tenían olvidado y a la vez esclavizado, fue como me aventé a poner mi propia firma Romántico Musical y fue así como me he mantenido activo y vigente”, indicó.
“Sé que ya no soy ningún chiquillo y sin embargo todavía tengo el dinamismo para continuar; la prueba está que creé mi propia marca desesperado porque ya no tenían interés en mí. Lamentablemente es el mismo problema que tienen otros compañeros de mi edad que se dedican a esto”, mencionó.
Hace 15 años que el compositor e intérprete tomó la sabia decisión, y aunque reconoce que también es un riesgo por la cuestión de la piratería, tiene a su favor que goza de absoluta libertad para realizar sus producciones, pues ha incursionado en otros géneros con el fin de llegar a otro tipo de público.
“Definitivamente hay que ampliar nuestro campo de acción. Soy de la mentalidad de que ´camarón que se duerme se lo lleva la corriente´. Sé que mis seguidores me tienen plenamente identificado como trovador, pero yo tenía la inquietud de hacerlo –al estilo ranchero y banda– y mis canciones están ad hoc para este tipo de música” , destacó Vázquez.
BENDITOS APLAUSOS
Comentó además que otra forma de retroalimentación que tiene para medir su popularidad, ha sido el comprobar la nutrida asistencia a sus actuaciones en diferentes puntos de la República Mexicana.
“Yo tengo un sistema para reforzar la credibilidad en mí mismo, por ejemplo: soy muy activo y siempre ando en diferentes ciudades con mis presentaciones en vivo. Entonces, cuando no me va muy bien en un disco, pero en cambio lleno los lugares a donde voy, me devuelve la fe gracias al cariño que me tiene la gente”, expresó.
Gracias a sus fanáticos del norte del país, Vázquez viene con frecuencia a esta ciudad, a Saltillo y a Reynosa a presentarse en diferentes teatros, pues son espacios cómodos y de alguna manera no se pierde la intimidad que caracteriza al espectáculo.
No obstante, observó que ya no hay tantos centros nocturnos como en el pasado, que eran los sitios ideales para crear esa atmósfera bohemia que tanto gusta a los románticos.
En todos estos años, Marco Antonio Vázquez ha sido distinguido con importantes preseas, ya que obtuvo El Discómetro de Oro desde 1966 hasta el 1969; El Heraldo en 1970 ; El Micrófono de Oro y Dos Calendarios Azteca, a nivel nacional, pues en el extranjero recibió Tres Discos de Oro en Hollywood.
DESPUES DE MUERTO VOLVERE
En cuanto a su nuevo disco, dijo que espera que tenga gran aceptación, porque le cuidó muchos detalles. El primer sencillo a promocionar, Después de Muerto Volveré, se lo dedica a su esposa, la persona que lo ha inspirado a componer la mayoría de sus temas.
“A este disco le tengo mucha fe. Lo hice con puras canciones mías a excepción de una que se llama Ave Negra, pero la que da nombre al disco, Después de Muerto Volveré, es una que escribí en un momento pensando en que si me llego a morir, que mi esposa no se vaya a volver a enamorar de otro.
“ Es sobre el celo que los latinos tenemos hacia nuestras mujeres; queremos que sean nuestras aún después de muertos. Lo chistoso es que yo no la quería grabar, pero mi director musical Chuy Pérez ´El Potro´, me convenció y de todo el disco, fue la que les gustó como primer sencillo”, indicó.
Otras figuras han elegido las composiciones de Marco Antonio Vázquez para interpretarlas, como es el caso de Vicente Fernández, Flor Silvestre, Los Freddys, Los Randal y Fito Olivares, entre otros.
A lo largo de su carrera, tuvo muchas alegrías, pero también muchos sinsabores como en una ocasión en sus inicios, compartía créditos con una vedette, que era la atracción del lugar, y una vez, cuando el público esperaba ver a la bailarina, apareció el cantautor y empezaron a abuchearlo.
Dijo que en ese momento se sintió muy mal, con una mezcla de entre tristeza y coraje, pero que se sobrepuso y empezó a tocar su guitarra tratando de ignorar los insultos, hasta que amansó a los espectadores con su música.
“Me presentaba en el teatro Lírico donde también salía una bailarina argentina muy guapa, pero en esa ocasión sólo hizo un número porque luego se iba a presentar en un programa de televisión. Entonces, cuando todos pensaron que ella regresaría a escena, salí yo con mi guitarra y empezaron los recordatorios maternos.
“Me pasaron mil pensamientos frustrantes sobre mi cabeza, pero finalmente Dios me iluminó y me aferré como nunca a mi guitarra, y aunque los gritos seguían, yo metí un requinto espectacular y empezaron a calmarse; al final, las rechiflas se transformaron en aplausos. Ese día viví los dos extremos de la vida artística: el abucheo y el aplauso”, manifestó.