Entre los cuatro apenas suman 35 años, sin embargo tocan y cantan mejor que muchos adultos. “Artemio Alejandro y sus Traviesos” es una agrupación de música norteña originaria de Reynosa, compuesta por hermanos y primos quienes apenas son unos niños, pero ya cuentan con un talento innegable.
Y aunque en la música del noreste de México han existido otros conjuntos infantiles, pocos de ellos pueden presumir la calidad en la interpretación que ofrecen los integrantes de la familia Tirado Valenzuela, Caro Tirado y Hernández Tirado, quienes ya saben lo que significa cantar ante 40 mil personas.
Para estos pequeños la vida en el escenario no es algo extraño, pues desde hace tres generaciones su familia ha estado involucrada en la música. Su abuelo, Jerónimo Tirado, inició su carrera como parte de un “fara fara” (como se les conoce a las agrupaciones de música norteña en la región), mientras que su padre, Artemio Tirado, hizo carrera dentro del grupo “Energía Norteña”, hoy conocido como “Aferrado”.
PEQUEÑO VETERANO MUSICAL
Artemio Alejandro Tirado Valenzuela es el líder del conjunto. Aunque apenas tiene 11 años de edad, canta y toca el acordeón mejor que cualquier adulto.
No obstante su corta edad, podría decirse que es un veterano dentro de la música, pues desde los cinco años ha estado involucrado en este ambiente, donde ya grabó dos discos como solista y uno más con sus Traviesos.
Desde que tiene memoria la música ha estado presente en su vida. Sus primeros recuerdos son acompañar a su padre y a su abuelo a algunas de sus presentaciones donde comprendió que tenía que ser cantante.
“Yo empecé viendo a mi papá y a mi abuelo cuando iban a tocar a Quinceañeras, bodas y cumpleaños y desde entonces me fui animando”, recordó.
Fue por ello que con el apoyo de su abuelo y su papá, Artemio Alejandro aprendió a tomar el acordeón, instrumento que a la fecha domina como los mejores.
“Si te gusta puedes aprender a tocar el acordeón, recuerdo que la primer canción que aprendí a tocar fue ‘Arboles de la Barranca’, esa canción la aprendí a tocar en 30 minutos”, dijo.
Desde entonces, Artemio Alejandro ha mezclado sus estudios en la escuela primaria “Niños Héroes de Chapultepec” (donde cursa el sexto grado) con los ensayos y presentaciones.
De hecho, este joven cantante no oculta el orgullo que le produce que sus maestros y compañeros no sólo lo reconozcan como un artista, sino que lo apoyen en su carrera.
Admirador de grupos como Pesado y Duelo, Artemio Alejandro sabe que al grupo le falta mucho trabajo por realizar, sin embargo está seguro que con el tiempo van a ser famosos.
“Espero que lleguemos a ser alguien más importante y que se dé a conocer el grupo”, indicó.
Aunque apenas tienen unos meses juntos, Artemio Alejandro y sus Traviesos ya saben lo que se siente estar arriba de un escenario frente a 40 mil personas. Y es que el pasado mes de diciembre, estos niños fueron invitados a participar en la posada que año con año realiza el cantante Ramón Ayala en la ciudad de Hidalgo, Texas, que reúne a miles de personas.
Al recordar este momento, Artemio Alejandro no puede evitar volver a emocionarse.
“Me sentí un poco nervioso cuando entré pero poco a poco me fui tranquilizando y ya después me sentí más a gusto”, apuntó.
La música norteña es uno de los géneros más populares en la República Mexicana, sin embargo quienes generalmente la escuchan no son niños, sino personas mayores.
Esto lo sabe Artemio Alejandro, quien explicó que a diferencia de otros ritmos y géneros, las melodías que se tocan con acordeón y bajo sexto tienen algo especial que las hace diferentes.
“Es una música muy bonita, canciones de antes que son muy reconocidas y quiero que me siga escuchando la gente, que nos reconozcan”, apuntó.
TRAVIESOS PERO TALENTOSOS
Quien los ve antes de que suban al escenario jamás se imaginaría que este grupo de niños son unos músicos talentosos.
Oscar Manuel Caro Tirado y su primo Jesús María Hernández Tirado apenas tienen unos cuantos meses en la música, sin embargo pueden tocar el bajo sexto y el bajo eléctrico como los mejores.
Para ellos, aprender a tocar un instrumento, subir a un escenario y presentarse frente a un público aún no es un trabajo sino un juego, que aún así toman muy en serio.
Estos primos nunca habían participado en una agrupación de este tipo, de hecho el único que había estado más cerca del ambiente artístico fue Oscar Manuel, quien apareció en uno de los discos de su primo, Artemio Alejandro.
“Había una canción que se llamaba ‘el papelerito’ y en ella sale un niño gritando que vende el periódico, a mí me tocó hacer esa voz”, recordó.
En el caso de Jesús María, aprender a tocar el bajo eléctrico fue tan sencillo como decidir a tomar por primera vez ese instrumento, la noche del Día de Acción de Gracias, tras una cena familiar.
“Me gustó y le dije a mi tío y mi abuelo que me enseñaran a tocar para cantar con mis primos, me gusta mucho hacer música y nunca he batallado”, indicó.
Quienes ven y escuchan a los Traviesos interpretar su música, no pueden dejar de sorprenderse con la forma en la que cantan y tocan cada uno de estos niños, sin embargo, quien nunca pasa desapercibido es Juan María, segunda voz del grupo y encargado de la batería.
Este pequeño de mirada pícara y estilo desenfadado, apenas tiene seis años de edad, pero golpea la tarola y los platillos como los grandes.
De todo el grupo, este pequeño es quien parece que disfruta más el interpretar música, pues apenas se da cuenta que le van a tomar una foto, de inmediato ofrece alguna de sus estudiadas poses.
Juan María todavía no sabe si en un futuro seguirá el camino de la música, sin embargo por el momento no pretende dejarlo pues, aseguró, se divierte mucho.
De hecho, es difícil decidir cuándo son más felices todos estos pequeños, cuando corren y juegan minutos antes de iniciar una presentación o cuando se encuentran frente al público, deleitándolo con un talento pocas veces visto y que augura un camino lleno de éxitos.
