
Poca gente conoce esta faceta del actor convertido en un exitoso inversionista, interpretando el mejor papel de su vida.
Desde aquella frase de “You talkin’ to me?” en la pelicula Taxi Driver, Robert De Niro saltó a la fama.
Su carrera fílmica había despuntado dos años atrás, en 1974 cuando obtuvo su primer Oscar como actor de reparto en El Padrino, pero en 1976, con Taxi Driver fue que llamó la atención del mundo por el papel de una atormentado taxista, donde compartió créditos con una niña de 12 años llamada Jodie Foster.
El Oscar como mejor actor le llegó muy pronto, en 1980 con Toro Salvaje (Raging Bull) donde personificó a Jake La Motta, pero dos años antes había hecho El Francotirador (The Deer Hunter) y luego vendrían otras cintas como Cabo de miedo (Cape Fear) y Despertares (Awakenings) , entre decenas de películas de menor intensidad y arte.
Pero poca gente conoce el lado privado de De Niro, considerado un tipo muy reservado en el plano personal, pero el actor ha brillado no sólo en el cine, sino también en el mundo de los negocios.
Su talento para asociarse, hace más de una década, con Nobu Matshuisa y visualizar el futuro empresarial del chef nipón, ha sido tan espectacular como su carrera en el cine.
Nos queda claro que la fama conquistada en el cine es la major carnada para atraer clientes a sus hoteles y restaurantes. Desde que abriera el Greenwich hotel, en el neoyorquino barrio de Tribeca, De Niro ha invertido en más de 30 restaurantes, una docena de edificios y varias empresas de diversos giros.
Es propietario además de una parte de la cadena Nobu, el Locanda verde, el emblemático restaurante dentro del Greenwich hotel abierto en 2009, el Tribeca Grill, un local donde se le puede ver a menudo y cuyas paredes aparecen cubiertas por recuerdos del actor o su lujoso penthouse de Greenwich, que alquila por 15 mil dólares la noche.
Entre su agenda de proyectos futuros, figura la construcción de un hotel en Londres de 83 habitaciones, concretamente en Covent Garden. Los trabajos deberían comenzar este año y terminar en 2019, después de una amplia reestructuración de los edificios vecinos.
Dentro del mundo del cine, su ambición empresarial le llevó a fundar a finales de los 80 el estudio de cine TriBeCa Productions y el festival de cine TriBeCa Film Festival.
Por supuesto que su vida personal y su carrera cinematográfica han potencializado el éxito de sus negocios pero, al final del día, esto no es algo que muchos actores de su nivel hayan logrado explotar en el aspecto empresarial, por lo menos no al estilo y al nivel del indomable ‘Toro Salvaje’.