
Más de 40 mil fanáticos de Metallica –la más grande banda del subgénero del Trash Metal y uno de los actos más impresionantes en el mundo–, convirtieron el Estadio Universitario en un gigantesco manicomio donde los pesados riffs de guitarra y los aplastantes golpes de batería hicieron inolvidable la primera presentación de la banda en Monterrey, como parte de su tour mundial “Death Magnetic”.
Durante dos horas, los fanáticos que se dieron cita en el estado el pasado 3 de marzo disfrutaron de 17 canciones ejecutadas a alta velocidad, con lo que el grupo pagó una deuda que tenía con sus seguidores del norte del país, excluidos de sus tres anteriores visitas a México.
LA ESPERA VALIO LA PENA
A las 9:35 de la noche, después de las presentaciones del grupo mexicano Maligno y la banda norteamericana Mastodon (con shows que aunque buenos, serán fáciles de olvidar), el cuarteto integrado por Lars Ulrich en la batería, Robert Trujillo en el bajo, y los guitarristas Kirk Hammett y James Hetfield saltó al escenario para empezar la locura.
Los riffs machacones de “Creeping Death” mostraron que aunque han pasado más de 26 años de que este tema fuera incluido en el álbum “Ride The Lighnting”, el grupo sigue con la misma fuerza y contundencia de esos tiempos.
Sin descanso, el grupo soltó “Fuel” del disco “Reload”, otro de los temas más celebrados por los fans por la velocidad del ritmo de las dos guitarras y la contundencia de la batería.
Con unos cuantos saludos al público (donde intercaló frases en español), Hetfield invitó a los presentes a divertirse en grande, comparando el concierto con una gran fiesta entre viejos amigos.
El set incluyó los temas “The Thing That Should Not Be” y “The Shortest Straw”, y “Welcome Home (Sanitarium)”, de los multicelebrados discos “Master of Puppets” y “…And Justice for All”, considerados representativos de la vieja escuela de Metallica.
Sin perder el punch y la velocidad, continuaron con temas como “That Was Just Your Life” y “The End Of The Line”, así como “Cyanide” y “My Apocalypse”, pertenecientes a su última producción discográfica “Death Magnetic”, que no fueron tan bien celebradas por sus viejos fans.
En “Sad But True” (del disco “Metallica” o “Álbum negro”); las aguas volvieron a su cauce, cuando cada uno de los cuatro músicos mostrara, en un tema pesado pero lento, su experiencia y capacidad técnica.
“One” subió el nivel de adrenalina de los metaleros, preparándolos para la descarga final que inició con “Master Of Puppets”, considerada la mejor canción del grupo y uno de los mejores 100 temas del Heavy Metal según encuestas de las revistas Rolling Stone y Guitar Player.
“Damage Inc.”, también del disco “Master of Puppets”, puso frenéticas a cientos de personas que hicieron el slam en la cancha del Estadio Universitario, y que son círculos en los que unos a otros se avientan y golpean de manera intensa, habiendo algunos heridos de por medio.
En “Nothing Else Matters”, Hetfield y Hammett intercambian solos de guitarra, mientras Trujillo y Ulrichs en bajo y batería llevan el ritmo hasta un clímax.
Cerca de las 11:45 horas las notas de “Enter Sandman” (tema con el cual ganaron un Grammy en el año 2000), arrancó alaridos de la audiencia que como un ente único, hizo vibrar el estadio.
Después vino la despedida de Metallica del escenario… momentáneamente.
Apenas pasados unos minutos de que salieron del escenario, los integrantes del grupo regresaron para soltar una verdadera descarga de Metal fundido con “Am I Evil?” y “Motorbreath”, temas de su primer disco de 1983, “Kill´em All”, y con el cual iniciaron su viaje por el rock que los ha mantenido vigentes durante 30 años.
El encoré clásico de “Seek and Destroy”, (tema de su primera producción discográfica) fue alargado ad infinitum y desbordó los ánimos de los fans que, vueltos locos y como si fueran quemados con metal fundido, corearon y aullaron cada una de las estrofas, bailando y brincando sin cesar.
Faltando 15 minutos para la medianoche, esta velada de locura llegó a su fin.