
Se fue la “dama de pelo de plata y carne morena”, la cantante Chavela Vargas falleció el pasado domingo 5 de agosto debido a problemas renales y cardiorrespiratorios, tras una larga estancia en un hospital de Cuernavaca, Morelos.
La cantante murió a la edad de 93 años, a consecuencia de una falla orgánica múltiple. La pérdida fue confirmada a través de su cuenta de Twitter oficial donde se publicó la leyenda:
“Silencio, silencio: A partir de hoy las amarguras volverán a ser amargas… se ha ido la Gran Dama Chavela Vargas”, se lee.
La intérprete de canciones rancheras como la “Llorona” y “En el último trago” fue internada desde hace siete días en el Hospital Inovamed, donde permaneció con un diagnóstico de “paciente grave” y con el pronóstico clínico reservado.
Anteriormente, Chavela Vargas había sido internada por dos días antes de llegar a México, procedente de Madrid, España, donde presentó su disco “Luna grande”.
La cuenta de oficial de Twitter de la cantante agrega: “Aquí termina mi historia que comenzó de la nada, dame la mano #LLORONA, que vengo muy lastimada”.
Más tarde se publicó otro mensaje que decía: “Chavela se fue y lo hizo como las grandes: con su medallón de chamana y con su jorongo rojo puesto. Viva ‘LA CHAMANA’”.
SU AMOR POR MEXICO
La cantante de origen costarricense se ganó el cariño de los mexicanos por su potente voz y la emotividad de sus interpretaciones; “México me lo dio todo, es mi patria”, citó en su autobiografía.
Cultivó grandes amistades en el ámbito cultural, como el compositor José Alfredo Jiménez, el director de cine español, Pedro Almodóvar, el cantante de la misma nacionalidad, Joaquín Sabina y Frida Kahlo, con quien aseguró, sostuvo un tórrido romance.
En una entrevista Chavela dijo que al escuchar el canto de los pájaros “Voy dejando de vivir sin morirme, así, dejo de vivir, viviendo”.
La interprete habló entonces sobre la muerte e hizo una metáfora sobre la vida como un camino: “Ya vengo de vuelta, sé a dónde fui y para dónde voy”.
La cantante lanzó en abril de este año el título “Luna grande”, como un tributo al escritor español Federico García Lorca, con cuyo fantasma, dijo, conversó en Madrid.
POCOS CON ELLA
Arropada con su jorongo rojo yacía Chavela Vargas en la capilla A de la agencia funeraria ubicada en Félix Cuevas, al sur de la ciudad, acompañada únicamente por unas cuantas personas entre las que se encontraba su representante María Cortina, Ana Paula Meza (hija de Cortina), Mary Farquharson (productora de los dos últimos discos de la cantante), así como gente de su disquera CoraSon.
No había familiares presentes, tampoco personalidades del medio del espectáculo, debido a que el cuerpo de la intérprete se encontraba en calidad de resguardo.
Cortina comentó que Chavela nunca quiso que la velaran porque las funerarias le parecían sitios muy fríos, en cambio quería que la despidieran en una plaza pública con toda su gente, dijo refiriéndose a sus seguidores.
De sus familiares no ha tenido noticias, asegura que en los 10 años que pasó al lado de Vargas no conoció a ninguno y lo único que sabe es que “Pedro Almodóvar estuvo muy pendiente en los días que ella estuvo en el hospital, a diario preguntaba por su estado de salud y escribió una carta para ella”, comentó.
En cumplimiento a su voluntad, el cuerpo de la cantante fue llevado a la Plaza Garibaldi donde le rindieron homenaje que contó con la participación de las también cantantes Lila Downs y Eugenia León, así como de los músicos de la intérprete de “La llorona”, Los Macorinos.
Además, la ceremonia fue realizada en su honor en el Palacio de Bellas Artes.
En respeto a su deseos, los restos de la cantante fueron cremados y sus cenizas esparcidas en Tepoztlán que para ella era un lugar mágico.
Los tributos para “La Chamana” continuaron, ya que el Gobierno del Estado de Veracruz anunció que realizará un homenaje a la intérprete que vivió ahí durante varios años; de igual forma realizarán un homenaje póstumo el 1 de septiembre en Tepoztlán, Morelos.
ENTRE LAGRIMAS Y TEQUILA
Los lamentos de “La llorona” se volvieron a escuchar; esta vez no fue a la orilla del río, pero sí bajo la lluvia de Plaza Garibaldi; no buscaba a sus hijos, pero sí a Chavela Vargas, quien la pregonó por todo el mundo a través de su voz.
Era una Plaza Garibaldi llena de color y de música para recibir por última vez a la legendaria costarricense, quien tuvo un último adiós entre canciones de José Alfredo Jiménez y los aplausos de sus seguidores.
“¡Ay dolor, ya me volviste a dar!”, “¡Esas sí eran mujeres, no tonterías¡”, expresaban algunas personas que esperaban el cuerpo de la artista.
Desde las 17:00 horas y bajo el rayo del sol, dos largas filas de fans ocuparon la plaza, llegando hasta las orillas de Eje Central, mientras que en el centro del lugar se preparaba una capilla ardiente.
Primero un grupo de seguidores no dejaban de interpretar canciones como: “Paloma Negra”, “Cruz de olvido”, “Sombras nada más”, entre otras, hasta que el sonido local comenzó a emitir una interpretación de Chavela Vargas, algo que agradecieron las cerca de 800 personas que se encontraban en el lugar.
A las 19:10 horas arribó entre porras y vivas el féretro de la artista, escoltado por integrantes de la Secretaría de Seguridad Pública.
La gente gritaba: “¡Fuera prensa, fuera prensa!”, a los reporteros que obstaculizaban la vista, mientras el mariachi tocaba “Amor eterno”; entonces la gente comenzó a desfilar frente al ataúd, y la lluvia comenzó a caer sobre la Plaza Garibaldi.
Entre los asistentes se encontraba la actriz Martha Aura, quien hace un par de meses le rindió un homenaje a Chavela Vargas en las 50 representaciones de su monólogo “Soy Frida, soy libre”, a la cual Chavela asistió muy contenta y hasta una canción interpretó sobre el escenario del Teatro de la Ciudad de México. También acudieron Nina Serratos, secretaria de Cultura del Distrito Federal, María Cristina Zepeda, directora del Auditorio Nacional, y Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
La última frase que Chavela pronunció fue “Me voy con México en el corazón”, relató Cortina.
“Ella no sufrió, estaba muy tranquila, parecía que se estaba preparando para irse, por su diagnóstico debió ser rápido; los doctores no entendían por qué se tardaba tanto”, dijo su biógrafa.
(Con información de Agencia El Universal)