Se decidió tarde y fue la aspirante número 1167 en el casting de La Academia Ultima Generación. Semanas después, Alejandra Garza Guízar fue elegida al igual que los otros 23 jóvenes para realizar el curso propedéutico previo a la emisión del reality musical con mayor rating a nivel nacional que arrancará el próximo 31 de agosto.
La regiomontana de 21 años, sobrina nieta de Tito Guízar, deja a su familia y amigos para emprender una aventura que le ha cambiado su vida por completo.
De un mes a la fecha, una de las candidatas a formar parte de la escuela de alto rendimiento respaldada por TV Azteca, ha recibido todo tipo de emociones que afectaron su salud a tal grado que tuvo que ir al hospital por un cuadro de colitis nerviosa.
Hasta el lunes 4 de agosto, Rosa Alejandra recibió la noticia que entraría en La Academia, pero no sabía aun qué día sería su partida, ya que en la misma semana se realizaría su graduación de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
“Estoy muy emocionada, porque me han pasado muchas cosas. De repente tuve que ir a comprar mi vestido para mi graduación que es el jueves, porque primero me habían dicho que me iba a México el miércoles, así que en dos días conseguí el vestido, zapatos y todo”, expresó emocionada la ahora ya integrante a La Academia Ultima Generación, días antes de viajar al Distrito Federal.
Comentó que se sentía feliz de poder asisitir a dicha celebración a la que cosidera tan importante en su vida porque desde los 15 años combina sus estudios universitarios con su trabajo, pues se desempeñaba hasta hace un mes como vocalista de la banda Copa-k-abana que se presenta en bodas.
“Desde que tenía 15 años estuve cantando primero un año en un grupo; después me integré a la banda Copa-k-abana y en octubre hubiera cumplido cinco años trabajando con ellos. De hecho ahora que tuve mis últimos eventos, lloré cuando me bajé del escenario”, recordó.
CON LA MUSICA EN LA SANGRE
Alejandra es huérfana de padre desde los ocho meses de edad, por lo que su mamá, Rosa Delia Guízar, tuvo que cumplir la función de ambos progenitores y ser la figura más importante en la vida de su hija.
“Estar en la banda me sirvió mucho en mi desarrollo artístico, porque me foguee, aprendí un sistema de responsabilidad y disciplina muy bueno que me hizo madurar, pero creo que yo traigo la música en la sangre porque mi papá cantaba y mi mamá también.
“Dice mi mamá que mi papá le llevaba serenatas y cantaba como Vicente Fernández y ella canta como Rocío Dúrcal, además de que Tito Guízar era su tío, o sea, que ya es algo de familia”, señaló.
Manifestó que se siente dividida entre dos grandes pasiones que es la música y la literatura y que estudió comunicación con el deseo de convertirse en periodista.
“Creo que estudié comunicación porque me gusta mucho escribir poemas, canciones, de todo. Pero por otro lado está la música, mi otra pasión; porque cuando estoy triste, alegre o enojada, canto, es mi forma de trasmitir mis emociones”, mencionó.
Además de haber pertenecido a la banda Copa-k-abana, Alejandra forma parte de un grupo de rock pop de nombre Carmesí como vocalista y compositora.
CAMINO A LA FAMA
Rosa Alejandra Garza Guízar ya ha empezado a disfrutar y a sufrir los embates de la fama, pues desde que hizo el primer casting ha enfrentado las cámaras, algunas presiones, nerviosismo y también el que la gente la reconozca como una de las participantes al programa dominical trasmitido por TVAzteca en su última edición.
“Me han hablado compañeros de la primaria y la secundaria para felicitarme. Mis amigas fueron las que me animaron a hacer el casting, aunque yo ya lo había hecho antes cuando convocaron para la segunda o tercera generación”, explicó la sobrina nieta del protagonista de la cinta Allá en el Rancho Grande.
“Un viernes me inscribí por internet como a las seis de la tarde; luego me fui a trabajar, terminé como a las tres de la mañana; llegué otra vez a mi casa, me bañé y me fui a hacer fila al teatro Nova, donde se hizo el casting. Fui la número 1167 y audicioné en pleno mediodía sin dormir y soportando el calor”, reveló.
Dijo que pese a todo quedó y continuó con las pruebas hasta viajar al Distrito Federal en donde permaneció hasta la semana pasada. Por obvias razones tuvo que renunciar al grupo musical, pero está consciente que es parte del reto que acaba de aceptar.
“Desde que estoy en esto, tuve algunos problemas en el trabajo, pero es que también algún día iba a dejar de ser cantante de un grupo que toca en las bodas, para dedicarme a mi profesión”, aclaró.
Sin embargo, lamentó el hecho de que ya no formará parte de la banda porque con su sueldo ayudaba al sostén de su hogar, pues dijo que entre ella y su mamá se hacen cargo de todo eso y de la manutención de su hermanito Osvaldo, fruto del segundo matrimonio de Rosa Delia.
“Me siento un poco mal, porque al irme a México, ya no podré darle a mi mamá el dinero que ganaba, pero al mismo tiempo ella se va a despreocupar porque ya terminé mi carrera y además allá – la producción– me van a cubrir todos mis gastos”, explicó la joven cantante.
PREPARADA PARA TODO
La estudiante de Comunicación dijo estar preparada para lo bueno o lo malo que vaya a pasar dentro de su estancia en La Academia, pues ya de antemano sabe que las emociones estarán a flor de piel.
“Yo he escuchado de algunos que dicen: ‘voy a hacer lo que sea con tal de estar ahí’, pero yo creo que sería muy espontánea y se me va a olvidar que están las cámaras. Mi mamá me dice que tenga cuidado y que recuerde que es una competencia y que a final de cuentas sólo es un programa de televisión”, consideró.
Apuntó que al hacer las audiciones nunca pensó en el premio o en la final, pero que le encanta la idea de estar arriba de un escenario y la proyección que pueda lograr en el tiempo que permanezca como alumna de la última generación.
Entre los objetos valiosos que lleva en su equipaje encabeza la lista una foto de su papá, como amuleto de la suerte, por lo que su recuerdo representa para ella.
También llevará las cartas de sus amigas y mucha ropa formal que le pidieron por parte de la producción.