En su búsqueda de temáticas nuevas, Christopher Nolan encontró una variación emocionante en el inagotable manantial de preguntas, con escasas respuestas, que hay sobre el espacio exterior.
Interestelar, su nueva creación de orfebrería digital, es un paso hacia adelante en la propuesta estilística siempre novedosa emergente, de la mano del gran genio del guión, su hermano Jonathan.
En su atrevimiento constante, esta vez los Nolan asumen el desafío singular de responder a la inquietud permanente de la ciencia sobre la posibilidad de colonizar otros planetas. Y lo hacen con una apuesta visual sublime, dentro de una historia que mezcla física cuántica, en un nivel bastante elevado, y la filosofía sobre el ser y la justificación del sacrificio, en nombre de metas superiores.
La cinta de casi tres horas de duración tiene un inicio lento, con mucho diálogo, pero con una premisa interesante y absorbente. En un futuro cercano, el planeta agoniza. Un grupo de científicos prepara un arriesgado viaje hacia un agujero negro, para encontrar, en otra galaxia, posibilidades de ambientes amigables.
Nadie sabe lo que se encuentra del otro lado del universo y hacia allá van los pioneros, en un viaje lleno de sorpresas y de giros inesperados.
La experiencia de los astronautas es una escalofriante anticipación de los bemoles a los que se exponen los voluntarios que, en los próximos años, emprenderán viajes interplanetarios sin retorno, con propósitos colonizadores.
Demuestra que aunque exista un plan, previamente concebido, que pueda ser ejecutado a la perfección, el destino siempre aporta su dosis de imprevistos, con alegrías y fatalidades.
Los magos Nolan conciben un mundo completamente nuevo en el espacio sideral, al que se embarcan, entre otros científicos, McConaughey y Anne Hathaway, una pareja tremenda, fluida, que aporta grandes actuaciones en la historia de ciencia ficción cargada de drama, que interactúan entre diálogos inteligentes.
Aparece el casting de reparto más impresionante en años recientes: Casey Affleck, Jessica Chastain, Wes Bentley, Topher Grace, Matt Damon, Michael Caine, John Lithgow, Ellen Burstyn.
En su viaje interestelar, pasan por algunas situaciones que recuerdan a Gravedad, Contacto y 2001: Odisea del Espacio.
El éxito gigantesco que les redituó la fantasía visual de El Origen proporciona, aquí, algunas alusiones directas a la cinta protagonizada por Leo DiCaprio lo que compromete la frescura del relato.
Durante toda la cinta, la atención y la curiosidad son permanentes. La premisa irresistible genera siempre preguntas y demanda atención absoluta para encontrar respuestas, pues son planeados cuestionamientos que están muy por encima del entendimiento promedio y que pueden ser asimilados, tal vez, únicamente por especialistas en relatividad.
Jonathan Nolan regresa a su obsesión con el tiempo y el espacio y plantea situaciones emocionantes sobre el paso de los días y los años cuando se viaja a velocidad luz. En las condiciones en que se encuentran los viajeros, un paseo de una hora hacia una atmósfera extraña, puede provocar que, en la nave, hayan transcurrido varios años. Cuestiones de esas.
En el punto culminante, Interestelar se encuentra con El Aleph, de Jorge Luis Borges. En el célebre cuento, un hombre puede contemplar el universo desde un punto especial de la escalera de una casa cualquiera. Aquí, el navegante puede encontrar el punto en el que se puede acceder a una quinta dimensión y que, también, se encuentra en un hogar común y corriente. Y junto a El Aleph, hay un guiño a La Biblioteca de Babel, en una representación visual de espacios que se repiten al infinito, del relato del inmortal argentino.
Interestelar es una gran película, cargada de belleza y con el toque maestro del prodigio de escritor que es Jonathan Nolan, que ya antes había hecho maravillas como Batman el Caballero de la Noche, El Caballero de la Noche Asciende y El Origen. Sublime.