Dulce, el prodigio musical de Matamoros, gracias a su talento precoz y dominio excepcional del canto es considerada una de las figuras más destacadas de la música, no solo de Tamaulipas, sino de México, convirtiéndola en parte importante de la historia musical.
El reciente fallecimiento de Dulce, actriz y cantante matamorense, ha dejado un profundo vacío no solamente en México, sino más allá de las fronteras, dejando tras de sí una huella imborrable en la música y en el corazón de sus seguidores.
Fue el pasado 25 de diciembre, cuando debido a complicaciones tras un cuadro de neumonía, partió de este mundo ante el asombro y el dolor de quienes siguieron toda su trayectoria y la acompañaron a lo largo de toda una vida.
Tras esto, una serie de acontecimientos han dejado de manifiesto el amor y admiración cosechados a lo largo de su trayectoria.
DE LOS SUEÑOS AL ÉXITO
Quien en el mundo de la farándula fuera conocida como “Dulce, la cantante”, como ella misma se hacía llamar, nació el 29 de julio de 1955, en la fronteriza ciudad de Matamoros, Tamaulipas, sitio que siempre llevó en su corazón, pues según sus fanáticos, en muchas de sus presentaciones siempre dejó en claro que era “orgullosamente tamaulipeca”.
Bertha Elisa Noeggerath Cárdenas (nombre de pila de la estrella), saltó a la fama en la década de los años 70 gracias a su gran voz y talento, pero desde muy pequeña soñó con llegar a ser una grande del espectáculo.
Según el periodista Jorge Chávez, siendo aún una niña, ya mostraba no solamente su interés, sino su gran talento para cantar.
“La calle 13 entre las calles Matamoros y Abasolo, fue testigo al inicio de los 60 de unas niñas, primas y vecinas que jugaban a cantar, la gran diferencia entre todas la marcaba una muy precoz de nombre Bertha, quien en su fuero interno más que juguetear calentaba los motores de sus sueños en esa infantil necesidad de cantar y de soñar”, expresó.
A través de una columna titulada “Dulce, Soñadora y Mística. Historias de Tamaulipas”, Chávez llevó a los lectores a través de un recorrido por la historia en sus inicios musicales, el cual fue posible gracias a su talento
y privilegiada voz.
Esto estuvo siempre acompañado de sus grandes deseos de pisar un escenario y así se lo hacía saber a quienes la rodeaban sin ninguna pena, incluyendo a su madre, según manifiesta el periodista.
“De esta forma, en el corazón de Dulce golpeaba el diminuto e impetuoso martillo de una fijación que invadía su presente apuntando hacia su futuro. Su madre cavilando tan seria para sus adentros se limitaba a dedicarle una mirada inquisitiva, amorosa y melancólica, como si quisiera llegar hasta su alma y le respondía: ‘¿Por qué sueñas esas cosas?’”, expresó.
Incluso, sugiere que Doña Gloria, madre de la cantante, pudo haber tenido inclinaciones musicales, lo cual habría influido en la pasión que desde niña sintió, lo cual la hicieron en blanco de burlas de maestra y compañeras de primaria.
“Pero la expansiva soñadora no pararía hasta ver su sueño hecho realidad independientemente de la expectación de burla que le precedió durante buena parte de su niñez”, destacó el autor.
A pesar de la realidad vivida en la que su madre debía trabajar para llevar el sustento a su hogar, la matamorense nunca perdió de vista su objetivo, y fue así que, siendo aún una jovencita, finalmente su talento fue visible, permitiéndole incluso, contribuir a la economía familiar.
“Todo en ella era movimiento y efervescencia musical y comenzó a cantar a los 14 años, y a generar un ingreso de tres mil pesos semanales cuando Doña Gloria ganaba mil pesos al mes, fue cuando tuvo su primer árbol de Navidad. Su talento le daba ya medios de vida dignos”, mencionó.
Fue en el Hotel Holiday Inn en Matamoros, el primero de cinco estrellas en la ciudad y construido sobre los Esteros Cuarteles, que en 1972, a sus 17 años que Dulce empezó a cantar ahí; y en noviembre de 1973 fue elegida para abrir la presentación en ese lugar del cantante español Julio Iglesias.
En ese momento era conocido por canciones como “La vida sigue igual” y “Por el amor de una mujer” entre otras.
“En aquel ya lejano 1973 el español tenía 30 y Dulce tan solo 18 años, que a la estrella ibérica le pareció tan joven que al verla le dijo: ‘Pero si sos un crío mujer’. Dulce solo sonrió con un enorme aire de satisfacción al ver que sus sueños comenzaban a hacerse realidad. Quien a los 18 años empezaba de esta manera (o, más que empezar, ya desde el mismo principio alcanzaba la perfección) tenía que llegar a convertirse con el paso del tiempo en hermana de José Jóse y de Juan Gabriel”, escribió el periodista.
A partir de ahí su carrera continuó en ascenso, imparable, al grado de que años después el cantante Armando Manzanero (Q.E.P.D.) conocedor de su talento, le otorgó el tema “Señor amor”, con el que compitió en el Festival de Mallorca, en España, obteniendo reconocimientos como la “Mejor canción”, “Mejor intérprete” y “Cantante más fotogénica”.
De igual manera, se presentó en el “Festival de la Canción Yamaha”, en Japón, donde logró el título de “Mejor intérprete”, viajando también a Bulgaria para deleitar a ese público con el tema “La cantante”.
En el 2009, Armando Manzanero la invitó a participar en un espectáculo único integrado por quienes él consideraba las mejores voces femeninas, siendo nombrado “Armando Manzanero y sus mujeres”.
Dulce dejó un legado musical que incluye éxitos como “Tu muñeca”, “Amor en silencio”, “Lobo”, “Déjame volver contigo” y “Heridas”.
Su talento también la llevó a la pantalla chica, con participaciones en telenovelas como “Más allá del puente”, “Soñadoras” y “Mujeres engañadas”; además, brilló en el teatro con obras como “Perfume de gardenias”.
HOMENAJEADA
La actriz y cantante cuenta con una estrella en el “Paseo de la Fama” desde el 2003, sitio en donde se reconoce a quienes han recibido el nombramiento de “Mr. Amigo”, otorgado por una organización civil en Brownsville, Texas, para reconocer a los mexicanos que han contribuido en generar lazos de hermandad en ambos lados de la frontera.
Tras su fallecimiento, fueron colocadas veladoras y flores en el sitio como una forma de homenaje póstumo, quedando de manifiesto el cariño de sus seguidores.
En la Ciudad de México, el productor Hugo Mejuto, planea llevar a cabo un homenaje a realizarse en el Teatro Metropólitan, por lo que busca reunir a diversas personalidades que interpreten algunos de los temas que fueron parte importante en la carrera de la matamorense.
Aunque aún no se han mencionado quienes estarán presentes, se planea que se lleve a cabo el 26 de enero.
Por su parte, el alcalde de Matamoros, Alberto Granados Fávila, anunció que se rendirá un homenaje póstumo para la cantante el día 29 de julio, fecha en la que Dulce habría cumplido 70 años de edad.
Actualmente se está en espera de que la familia dé el visto bueno de lo que se pretende sea un evento nacional, no solamente local.
“Lo que ahora sigue en la planeación es que la familia dé el visto bueno de lo que se pretende realizar. El objetivo es que no se quede en un homenaje local, sino que sea un evento nacional”, mencionó el alcalde.
UNA LUZ QUE NO SE APAGA
El periodista Jorge Chávez destaca que el talento y la trayectoria de la matamorense serán recordados por su grandeza.
“La figura de Dulce es y será recordada como uno de los grandes prodigios del talento musical precoz; a esta edad no conozco en toda la historia musical tamaulipeca ningún otro ejemplo de tal infalibilidad en el dominio del canto, de semejante envergadura del ideal de la inspiración desde niña y de tal saturación en el timbre de su voz, como el de esta genio grandiosa”, destacó.
Agregó que gracias a su “voz vibrante y una interpretación insuperable, quedó inscrita en los anales eternos de la música en México”.
Tales virtudes, según el autor, merecen un reconocimiento mayor: “las primeras personas que tuvieron conocimiento de su majestuosa entonación quedaron maravilladas ante aquella increíble aparición, casi como si se tratase de un hecho sobrenatural. Dulce merece con creces el nombre de una avenida relevante en su natal Matamoros”.
Lo cierto es que, la estrella de Matamoros será recordada no solo por su talento excepcional, sino también por su capacidad para inspirar a las generaciones futuras, pues su vida es un recordatorio de que los sueños pueden hacerse realidad con determinación, entrega y pasión.