
Juan Gabriel y Rocío Dúrcal fueron dos estrellas que iluminaron el firmamento artístico y se convirtieron en leyendas de habla hispana. Trabajando juntos alcanzaron un éxito monumental, pero no solamente sus carreras musicales dieron de qué hablar, también el catastrófico final de su gran amistad. Miguel Angel Arritola, reconocido y experimentado periodista de espectáculos, habla sobre la historia de estos dos grandes con quienes convivió en persona y sobre cuál pudo haber sido la misteriosa causa.
Fue en los años 70 cuando Rocío Dúrcal llegó a México, y en poco tiempo su carrera comenzó a ascender al interpretar canciones de Juan Gabriel, y a partir de ahí no pararían las participaciones de este dúo, que no solamente estuvo unido por el ámbito profesional, sino también por una estrecha amistad que años después terminó abruptamente, con muchas dudas y teorías de por medio.
La cantante, cuyo nombre real era María de los Ángeles de las Heras Ortiz, lanzó el disco “Rocío Dúrcal canta a Juan Gabriel” y ahí empezó todo, al grabar temas de Alberto Aguilera Valadez, nombre real del cantautor mexicano.
“Ellos sacaron discos que son memorables, la relación laboral se llevó a cabo de una manera que a todo México sorprendió, porque una española con un mexicano haciendo una mancuerna fue algo nunca antes visto; sobre todo, una señora cantando con un mariachi, fue la sensación”, mencionó Miguel Angel Arritola, periodista con más de 30 años en el ámbito artístico.
Agregó que, gracias a esto, la carrera de Rocío Dúrcal despuntó a nivel internacional; pues, aunque ella ya había logrado algunos éxitos en el género de la balada, la mancuerna con el Divo de Juárez le permitió incursionar en el bolero ranchero, generando grandes trabajos discográficos y ventas históricas.
Arritola, quien actualmente es director de la revista de espectáculos “Ajá!”, los conoció de manera cercana.
ARTISTAS ENTREGADOS
En muchas ocasiones, Miguel Ángel Arriola cubrió sus presentaciones, lo cual le permitió atestiguar su desempeño, tanto arriba del escenario, como al bajar de éste, cuando se encontraban cara a cara con los fans.
“Cuando se apagaban los reflectores, cuando no había micrófonos por delante, eran más artistas y más seres humanos que lo que mostraban; ambos tenían una calidad humana que era el motivo por el cual los quería la gente; sus grandes características fueron: amar a los que los rodeaban, ser compartidos, y sobre todo, respetuosos con el público”, expuso.
El periodista dijo que, no importaba la hora ni el tiempo que hayan pasado sobre el escenario, o el cansancio que tuvieran encima; en el momento que fuese, ellos siempre estaban con el público.
“Eran entregados a la gente y a sus carreras; yo no recuerdo la palabra ‘desplante’ con ellos, jamás; las personas los abordaba y los abrazaba en la calle, y ellos felices; eran artistas que valoraban a la gente y la atendían por pagar un boleto por ellos”, platicó.
El entrevistado dijo que le tocó desarrollarse en una época en la que los periodistas se enfocaban en la carrera de los artistas, cuando eran admirados por sus fanáticos, quienes querían ser como ellos.
Inició su carrera en El Diario de Monterrey, hoy Milenio y recordó que no era complicado acceder a las estrellas, pues sabían lo necesario e importante que era tener una buena relación con la prensa y así se formaban las grandes trayectorias.
CERCANO A ROCÍO DURCAL
Arritola dijo que con quien tuvo más cercanía fue con la española, y recordó lo que calificó como “una anécdota muy bonita, pero muy penosa”, siendo además su primer contacto con la cantante.
“Ella salió y la sentí molesta, salió a cantar como una rockola: canción tras canción; y yo le puse en la nota: ‘salió como si fuera una rockola, ni siquiera saludó ni nada’; entonces un amigo de ella se la pasó, la leyó y me llamó desde España”, platicó.
En esa llamada, Rocío le confirmó su malestar y le explicó cuál era el origen, y a partir de ahí, el contacto fue cada vez más frecuente.
“Ella me dijo ‘oye discúlpame, leí la nota y tienes mucha razón; hubo un problema con el empresario y no pensé que lo fuera a transmitir, te pido una disculpa, cuando vaya te quiero ver para platicar sobre esto’; y así fue, cuando vino a Monterrey platicamos, nos reímos y de ahí creció una amistad”, relató.
Comentó también que, ella era muy amiga de su cuñado, Carlos Alberto Novoa, quien tenía un periódico llamado “El Mundo”, y una revista que llevaba por nombre “Énfasis”, en Houston, Texas, en Estados Unidos.
“Mi relación con ella fue cercana, iba a la casa de él a visitarlo y yo estaba ahí; tuve muchas oportunidades de platicar con ella”, manifestó.
LA AMISTAD TERMINA
Cuando trascendió su distanciamiento fue una gran sorpresa para todos, pues el público les había tomado a ambos un gran cariño, y se había acostumbrado a ver esa amistad sobre los escenarios.
Fue a mediados de los ochenta cuando se terminó abruptamente, y, sin embargo, aunque ya ha pasado mucho tiempo, aún existe la incógnita sobre qué fue lo que realmente sucedió.
“Hay muchas versiones del porqué de la separación, se dicen muchas cosas, hay muchas teorías y leyendas urbanas al respecto; pero la verdad se la llevó cada uno de ellos cuando murieron”, declaró.
Una de esas afirmaciones es que “El Divo de Juárez”, tenía el deseo de entrar al mercado europeo, y que fue junto a Rocío que vio la oportunidad de traspasar fronteras,
pero sólo se quedó en un intento, además, según Arritola “no era su obsesión, ni su sueño más anhelado”.
Otra versión sugiere que el cantautor tuvo un romance con Antonio Morales llamado “Junior”, el esposo y padre de los hijos de Rocío Dúrcal; esto afirmado por el ex manager de Juan Gabriel, Joaquín Muñoz, y publicado en su libro.
No obstante, tiempo después el productor musical Gustavo Farías, quien fue siempre muy cercano a Juanga, dijo que, en realidad, el pleito se debió a que, durante la grabación del disco “Juntos Otras Vez”, en 1997, no lograban ponerse de acuerdo, lo cual se convirtió en una “lucha de divos”.
Miguel Angel Arritola añadió que otra cosa que se ha comentado, es que los cantantes se distanciaron debido a que Rocío interpretó un tema de Alberto Aguilera Valadez durante una presentación en Acapulco sin su consentimiento.
Un rumor más es que cuando la española se encontraba en Puerto Vallarta, grabando el video musical del tema “La Guirnalda”, detectó la presencia de cámaras de televisión, y se atribuyó a que habían sido enviadas por él para “espiarla” y tener algunas imágenes, lo cual Arritola descartó, pues dijo, dentro de la enemistad que había, le consta que existía un respeto por ambas partes.
AL FINAL ERA DIVO
El cantautor mexicano, originario de Michoacán, según el periodista, fue muy apasionado, muy arrebatado y hasta cierto punto, rencoroso, por lo que quizás estos rasgos de su personalidad fueron los que, en parte, contribuyeron a la separación.
“Juan Gabriel comentó que tenía programado ir a España para difundir su música, pero dijo, un día antes, escuchó a Rocío Dúrcal en una entrevista hablar de él de manera nada generosa, burlándose de su forma de ser, y eso no le pareció, y a partir de ahí hubo un distanciamiento, y jamás volvieron a dirigirse la palabra”, platicó.
Arritola dijo que no considera que las declaraciones hechas por la española hayan sido con la intención de burlarse o ridiculizarlo, sino que fue algo que pudo haberse tomado de mala manera.
“Hay que ver que en México y en España tenemos conceptos de comunicación muy diferentes, yo creo que un comentario sin malicia él lo tomó muy personal, pero ella no lo hizo de manera ofensiva”, apuntó.
Manifestó que, en múltiples ocasiones, Rocío trató de acercarse a él sin obtener éxito, pero ninguno de los dos mencionó algo al respecto.
“Él nunca volvió a hablar ni para bien ni para mal de Rocío; pero ella si aprovechaba cualquier momento para expresar su admiración, su respeto, su cariño, pero también llegó un momento en que las cosas se enfriaron y cada quien estuvo por su cuenta y ya no hubo relación”, externó.
Con la noticia, dijo que hubo muchas personas oportunistas que quisieron “colgarse de la situación”, y más que porque realmente les importara remediar la amistad, quisieron juntarlos “por la nota”, pero nadie lo logró.
Fue así que finalmente la relación quedó totalmente diluida, tanto personal como profesional.
“Ella se fue con el ‘Buki’ a que le hiciera discos, probó otros caminos que también le resultaron, no con la misma intensidad, pero siguió siendo Rocío Dúrcal y Juan Gabriel siguió siendo Juan Gabriel; yo creo que ahí fue una cuestión de egos, de orgullos, más por parte de él que por parte de ella”, consideró.
ESTRELLAS QUE PERMANECEN
Cuando los cantantes fallecieron, dejaron un gran vacío en la música, pues no solamente eran considerados muy buenos artistas, sino también unas grandes figuras.
La primera en partir fue “La Española Más Mexicana”, el 25 de marzo de 2006, en Torrelodones, España, debido a un cáncer de útero.
Miguel Angel dijo que, cuando esto sucedió, fuentes cercanas al cantante aseguraron que la noticia le ocasionó un gran impacto, pero aún así, no dijo ni una sola palabra.
Cuando llegó el momento de irse para “El Divo de Juárez”, el 28 de agosto del 2016, en Santa Mónica, California, Estados Unidos, fue un día, casi de luto nacional para México, según el entrevistado, pues se había ido “alguien muy cercano a la gente, alguien que era parte de ella”.
Ambos aún permanecen vigentes en el gusto del público, y son recordados por sus grandes carreras, sus trayectorias, por ser artistas completos, y no improvisados de éxitos pasajeros.
Tanto Rocío como Juan Gabriel se concentraron en sobresalir por sus carreras y no por su vida personal, aún, cuando el originario de Michoacán le generaba a muchos el deseo por saber lo que había detrás del artista.
“Me acuerdo que en una ocasión un reportero le preguntó sobre su sexualidad y su respuesta fue célebre: ‘lo que se ve no se pregunta’. Es lo más atrevido que vi que le hayan preguntado”, externó.
Esa respuesta del divo es algo que permanece en la mente del público hasta el día de hoy, como una frase icónica.
“Juan Gabriel va más allá de una sexualidad, de un rumor, de una conjetura; Juan Gabriel es una persona, un artista, un divo que traspasó fronteras por su talento, no por su orientación sexual; él estuvo más allá de eso y nunca le importó, era un artista y como tal se comportó”, declaró.
Finalmente, Miguel Angel Arritola dijo que fueron muchas cosas las que se inventaron sobre el término de su amistad; sin embargo, su calidad artística nunca estuvo a discusión. Ellos cambiaron la historia de la música en América Latina.
“Hacen falta más Rocíos Dúrcal y más Juan Gabrieles en este firmamento llamado espectáculo, más gente con ese brillo, con ese talento, con esa presencia. A mí lo que me queda claro es que cuando se fueron, se apagaron luces en el espectáculo, porque no son fáciles de reemplazar”, sentenció.