
Si los ángeles pudieran cantar, sin duda envidiarían a la canadiense Celine Dion quien, con su voz, les quitaría una a una las plumas de sus alas, y aun así, agradecidos le aplaudirían a rabiar.
Esa es la sensación de más de 10 mil asistentes al concierto que la diva de la prodigiosa garganta les dejó la noche del 13 de diciembre en su única presentación en la Arena Monterrey, en el marco de su gira mundial Taking Chances.
Bastaron apenas dos horas para que la multipremiada cantante establecería porque es una de las más grandes vendedoras de discos del mundo.
Acompañada de un sencillo pero efectivo equipo de músicos y bailarines, Dion ofreció dos horas de música en las que hizo un recorrido por casi 20 años de carrera profesional.
La velada inició con las partes remezcladas de “I Drove All Night”, que dieron el marco para ver a Celine Dion vestida en color rosa como parte de su actual gira 2008 por varios países de Europa y América, así como México.
La descarga de sentimientos empezó con los temas considerados como clásicos del repertorio Dion, como “The Power of Love”, “Taking Chances”, “It’s All Coming Back to Me Now” (su primer gran éxito fuera de tierras canadienses) y “Because You Loved Me”, tema de amor de la película “Up Close and personal”.
En inglés, la canadiense relató parte de las peripecias que le permitieron llegar por fin a cantar en México, tras años de giras por otros países.
En el primer cambio de vestido de la noche, dejando el color fucsia por el plateado, la cantante salió al escenario luego de que su banda interpretó una pieza flamenca para luego soltar las primeras notas de “Eyes on Me”, que reanimaron al público, antes de la apoteósica “All By Myself”, en la cual cientos o quizá miles de asistentes se pusieron de pie.
La locura momentánea vendría con los primeros acordes del tema de amor de la película Titanic, y no es para menos, si se confían en la referencia del Libro Guiness de Records mundiales que señala a “My Heart Will Go On” como la canción más escuchada de la década de los noventas.
Tras de hacer evocar a miles con las imágenes de un barco gigante hundido en las frías aguas del Atlántico, la cantante salió brevemente del escenario para un nuevo cambio de ropa, ahora enfundada en negro, con un chaleco dorado.
“I’m Alive” fue el grito de felicidad de la cantante, quien acompañó esta antigua canción con las rítmicas “Shadow of Love” y “Fade Away”, pertenecientes a su más reciente disco, “Taking a Chances”.
A dúo con Barnev Valsaint, uno de sus coristas, Celine Dio interpretó “I’m Your Angel”, seguida de “Alone”, para rematar con “Pour que tu M´aimes encoré”, la única pieza interpretada en francés y “My Love”.
Gracias a la magia del video, el escenario de la Arena Monterrey se convirtió en momentos en la Scala de Milán, Italia, con la imagen y la de voz de Andrea Bocelli, con el cual cantó en dueto de “The Prayer”.
La atmósfera se tornó blanco y negro, a ritmo de soul, y tras un breve medley interpretado por los coristas y la banda vino un nuevo cambio de vestuario, ahora en blanco, para integrarse en la última parte del popurrí con “I Got the Feelin’” y continuar con “It’s a Man’s Man’s Man’s World” y “Love Can Move Mountains”, con el que puso a bailar al público.
En la primera salida en falso del escenario la artista interpretó el clásico tema “River Deep, Mountain High”, que arrancó una nueva ronda de aplausos y vítores, para cerrar con “My Heart Will Go On”.