La actriz Cecilia Suárez está en paz con su fama. Nunca la buscó pero ya que la tiene, ha aprendido a vivir con ella. También está en paz con la ausencia de Arieles en su currículo.
En la edición 2008 parecía inminente que ganaría el primer Ariel por su actuación en Párpados azules, pero no suc edió. “Hubiera sido lindo pero sé que en la entrega de premios hay muchas cosas en juego y que es muy subjetivo, así que esa noche ya estaba preparada”.
En octubre de 97, cuando empezaba tu carrera en México declaraste: “No me interesa la fama sino superarme y tener el orgullo de trabajar con actores importantes” ¿Lo has conseguido?
— Creo que sí. No sé si dije “importantes” pero a lo que me refiero es a trabajar con gente que uno admira. Y sí, he trabajado con gente que admiro y lo considero un regalo y una fortuna
Sin embargo, la fama te persigue ¿te incomoda?
— No me incomoda. Me interesa más ser una actriz que una estrella y no cargar con esto que se gesta alrededor del apoyo mediático. Con el tiempo he entendido que los medios le dan relevancia a tu carrera y he desarrollado una relación armoniosa. Lo que no me gusta, por ejemplo, es que cuando trabajo en tele, la gente no sabe nada de lo que has hecho antes pero sabe que sales en la tele ¿me entiendes? Pero no me molesta, también es lindo.
¿Entonces la fama no es un pecado?
—Claro que no. Y cuesta mucho trabajo que la gente te reconozca; es algo que agradezco y con lo que estoy muy en paz.
Ernesto Contreras aseguró que brincó de alegría al enterarse que su cinta Párpados Azules había ganado en Sundance ¿tú qué hiciste?
—No me acuerdo pero seguramente grité porque es un festival que se enfoca en el trabajo autoral del director y me pareció un premio muy de Ernesto.
¿Para qué sirven los premios?
—Principalmente para el ego. Dicen que también sirven para atrancar la puerta del baño, ja, ja. Finalmente es lindo pero todo aquello que puedas aprender lo puedes aprender sin premios.
Ella es sin duda, una de las actrices más importantes del cine mexicano. Y aunque ya dijo que los premios no le quitan el sueño, este año era la favorita para llevarse el Ariel por su participación en Párpados azules, del director Ernesto Contreras, cinta en la que compartió créditos con Enrique Arreola.
En la película hace el papel de Marina Farfán, una mujer solitaria que dentro de una vida desoladora logra entablar una relación amorosa con un ex compañero de escuela que se encuentra en su misma situación.
No has ganado el Ariel, ¿haber perdido este año te dolió?
—Hubiera sido lindo, por el trabajo del director y la complicidad con el actor (Enrique Arreola), pero la satisfacción personal y actoral que me dio esa película representa el más grande premio. Yo fui jurado en la edición anterior del Festival de Morelia y ahí te das cuenta de las cosas que están en juego. Para el día en que llegó el Ariel, yo ya estaba muy tranquila.
Cecilia viajará el próximo mes a Tijuana para participar en el Programa de Lectura en Voz Alta. También irá a Chicago para una lectura en atril de la obra Pequeñas certezas y se prepara para la segunda temporada de la serie de televisión Capadocia con su personaje de “La Bambi”, a pesar de que la primera fue extenuante.