
La cinta Inquebrantable marca la segunda entrega como directora de Angelina Jolie, y el resultado no está nada mal.
Afortunadamente, la señora de Pitt se reunió con lo mejor: el guión lo escribieron los hermanos Coen y la música suntuosa, Alexander Desplat.
El cuadro de actores es completamente desconocido, pero hace un gran trabajo en esta cinta de deportes y batallas, en el marco de la cruenta y despiadada Segunda Guerra Mundial.
La esperada superproducción mueve a revisar el trabajo de Jolie, quien después de llevar una gran trayectoria en cine, como heroína de acción y como intérprete dramática, dio el gran salto en el 2011 para colocarse detrás de cámara en su debut y ahora vuelve, más madura, con una historia de la vida real.
Louis Zamperini era un italiano emigrado a América, prodigio del atletismo, cuando fue llamado a involucrarse en el conflicto bélico internacional.
El velocista era un hombre extremadamente afortunado, por gozar del don de la velocidad y los privilegios de su condición, pero también extremadamente desafortunado, porque en plena preparación olímpica, acude al frente y el avión en el que viajaba se desplomó en el Océano Atlántico.
A partir de ahí, el pobre atleta pasa por una serie de pruebas insufribles, pero que que arrostra con la dignidad de un ser humano excepcional, estoico ante las fuerzas de la naturaleza y, después ante la brutalidad del enemigo de armas.
Zamperini sigue la ruta del náufrago, y después del prisionero de guerra. Todo el tiempo está superando obstáculos con el propósito de sobrevivir, aún a costa de la sangre, sin perder la dignidad.
La producción de Invencible es grandiosa y se ve que detrás de ella hubo mucho dinero. Armada con un gran capital y soberbio diseño de producción, Jolie financió lo que parecen ser costosas y complicadas coreografías en el aire, con batallas sobre las nubes entre aliados y japoneses.
Se percibe un uso titubeante de la cámara en algunas escenas, aunque los actores demuestran gran energía en un trabajo que les demandaba emociones extremas y que la directora pudo capitalizar.
Los chicos que conforman la banda de soldados son todos bellos, como si el suyo fuera el avión de combate de modelos en traje de campaña, perfectamente sonrosados, vestidos y con el cabello bien en su sitio.
Hay un manejo interesante de tiempos, con retrospectivas hacia el dulce pasado, insertadas en el presente violento. El italiano alguna vez fue un gran prospecto, como atleta, y lentamente asciende como una estrella de la pista.
Después adquiere un nivel olímpico, como ganador de la medalla de oro, lo que lo hace un héroe nacional. La acción va y viene, luego, en el tiempo, demostrando los terribles contrastes de la vida de Zamperini, quien no podía haber estado mejor posicionado como deportista de élite y después más humillado como cautivo del enemigo y sometido a vejaciones.
Jolie consigue, como es el propósito, honrar al protagonista de una historia de supervivencia, como hay muchas, en un ambiente absolutamente adverso.
Se percibe el interés de la directora por aportar atmósfera épica.
Para su fortuna, Brad Pitt no aparece en esta cinta por ningún lado.
Inquebrantable es un buen adelanto de Angelina en el plano de la realización.