Aunque entre Reynosa, Tamaulipas, y Guadalajara, Jalisco, existen más de mil kilómetros de distancia, no existe momento en el día de Xavier Báez que no recuerde su tierra natal.
En entrevista con Hora Cero, el jugador profesional recordó los años cuando era un niño que soñaba en convertirse en futbolista, sueño que ha visto cumplido al convertirse en mediocampista titular de uno de los clubes más importantes y legendarios del balompié mexicano: las Chivas Rayadas del Guadalajara.
Sentado en un salón de un hotel de San Pedro Garza García, a donde llegó para prepararse para su encuentro contra los Rayados del Monterrey, “Xavi”, como es conocido, regaló a Hora Cero 12 minutos de su vida para platicar sobre lo que ha sido la máxima en su vida: convertirse en figura del futbol nacional.
SU NIÑEZ
Toda su vida la pasó en la frontera. Desde pequeño se interesó en el futbol, uno de sus pasatiempos cotidianos.
“Fue algo que mi papá me inculcó pues le gustaba mucho el futbol y junto con mi hermano nos fue enseñando. Al paso de los años me fue gustando más”, dice con una sonrisa en su rostro.
”Xavi” creció en la colonia Módulo 2000, también conocida como “el Barrio M2”, donde su infancia estuvo rodeada de amigos y “cascaritas” en la calle.
“Jugábamos frente a mi casa y siempre terminábamos regañados pues endeudamos a mi papa, pues no había día que no rompiéramos el vidrio de algún vecino y todos corríamos a mi casa a escondernos”, comenta.
Como es común en los barrios, el futbol es una religión y no hay día que no se practique. La convivencia y su participación en equipos amateur inspiraron a “Xavi” a apasionarse por el balompié.
“Mi padrino formó un equipo con todos mis amigos. Crecimos juntos jugando futbol en el barrio. Nuestros papás nos apoyaban en los juegos tanto en Reynosa como en Estados Unidos. Todo eso me hizo querer más al futbol”, dice.
El jugador recuerda con nostalgia esos tiempos, cuando los niños podían jugar en la calle.
“Eso fue hace una década y todo estaba muy tranquilo. Podíamos jugar sin temor tanto en la cuadra como en el parque hasta altas horas de la noche. Mis papás siempre nos dejaban salir”, comenta.
SU SUEÑO HECHO REALIDAD
El jugador de origen reynosense, recordó el camino que lo ha llevado a cumplir uno de sus más grandes anhelos en su vida.
“De niño soñaba con levantarme y encontrarme con campos de futbol. Ese era uno de mis sueños. Desde pequeño me fue gustando y mi papá me animó a no dejar de soñar. Después llegaron torneos, las visorías y surgió la oportunidad de ir a Guadalajara donde comencé en las fuerzas básicas, subiendo peldaños hasta llegar a la Primera División”, recuerda.
Para “Xavi”, su padre ha sido pieza fundamental en el desarrollo de su talento. Por eso lo considera “lo máximo”.
“La base del futbol me la dio mi padre. Al llegar a fuerzas básicas me comenzaron a enseñar las técnicas que me hicieron crecer como futbolista y como persona”, dice.
“Todo lo que soy lo fui adquiriendo con mi padre y mi paso por la Tercera División, la Segunda, reservas, Primera A hasta llegar a la Primera División del futbol mexicano”, agrega.
Y aunque el camino fue largo, “Xavi” cree que su sueño se cumplió en un abrir y cerrar de ojos.
“Parece que fue ayer cuando soñaba con este momento. Los años pasaron volando y hoy puedo disfrutar el ser futbolista profesional”, comenta.
Además de sus padres, otro de los apoyos de “Xavi” es Eder, su hermano, quien lo insta a seguir adelante.
“Está muy contento por lo que estoy haciendo. Él siempre me apoya y me brinda palabras de aliento que me animan a seguir adelante en el deporte que tanto me apasiona, el futbol”, expresa.
El mediocampista dice que aunque ya logró uno de sus sueños, todavía quiere perseguir otros.
“En lo personal aspiro a terminar mi carrera de Contaduría, continuar con mi novia Alba y claro, la ilusión de un día pertenecer a la selección Mexicana”, dice.
LAS CHIVAS
“Xavi” siempre creció jugando en el campo de futbol del parque Oscar Luebbert en su natal Reynosa. Desde ese momento supo que su destino estaría marcado por el deporte más popular de México.
Su oído comenzó a acostumbrarse al ruido en las graderías, con las ovaciones de sus padres cantando un gol.
Sus pies se acoplaron al terreno de juego que muchas veces fue de tierra y otras de pasto raído por el descuido y la sequía.
El estar en contacto con esos elementos que definen al futbol permitieron que el nombre de “Xavi” comenzara a escucharse en el sonido local del estadio Jalisco, casa de uno de los clubes más importantes en México: las Chivas Rayadas del Guadalajara.
Ese momento mágico queda prendido en cada jugador que se estrena como profesional.
“Fue muy bonito la verdad, de lo mejor que me ha pasado. Eso sí, estaba muy nervioso porque era mi primera vez y quería hacer bien las cosas para ayudar con el triunfo del equipo”, recuerda con orgullo.
Los vítores del público al cantar un gol de su autoría aun resuenan en sus oídos.
“Cada gol ha significado algo muy bonito para mí. He marcado pocos pero cada uno me ha dejado un buen sabor de boca y un bonito recuerdo. He disfrutado mucho desde mi primer gol hasta el último”, dice mientras en su rostro se dibuja una sonrisa y su piel se eriza con el recuerdo.
Para Báez, la sensación del estadio, del gol y el público son su motor de arranque.
“La afición es la que me motiva y da un empuje dentro de la cancha. Por ellos trato de dar lo mejor en el campo de juego y regalarles el buen sabor de una victoria”, reflexiona.
Más allá de que se encarga de defender sus colores, “Xavi” no duda cuando dice que Las Chivas es el mejor equipo de México.
“Es un equipo de puros mexicanos y el mejor de la liga. Y lo más importante para mí es que ellos me abrieron las puertas del futbol profesional y por eso me identifico con el club. Estoy agradecido y orgulloso de pertenecer al ‘rebaño sagrado’”, comenta.
“Xavi” también reconoció la gran relación que tiene con sus compañeros de equipo.
“El ambiente que se vive con mis compañeros es muy relajado. Creo que me llevo bien con ellos porque la mayoría los conozco desde fuerzas básicas. Los veteranos han sabido arroparnos y darnos la oportunidad de aprender de ellos y opinar para ir creciendo a la par”, asegura.
SACRIFICIOS
El jugador reynosense, como para cualquier otro deportista profesional, ha tenido que realizar sacrificios para llegar a sus metas. Uno de ellos fue estar lejos de sus seres queridos.
“Uno de mis sacrificios más dolorosos fue dejar a mi familia por ir a Guadalajara a perseguir mi sueño”, recuerda como si en sus palabras quisiera rescatar el tiempo lejos de ellos.
Incluso, su vida ha dado un giro de 180 grados.
“Tu vida social cambia drásticamente. Ahora me concentro en entrenar, dormir temprano, eliminar los vicios, balancear mi alimentación y privarme de pronto de mis amigos y familiares”, dice.
Y es que ser jugador profesional no ha sido fácil.
“He sufrido lesiones que dejan huella en el cuerpo. Ser profesional es una gran responsabilidad para conmigo, los directivos y el pú
blico”, comenta.
Sin embargo, todo sacrificio tiene su recompensa pues todo lo que ha hecho vale la pena con tal de ver cumplidos sus sueños.
Antes de que llegue el final de la entrevista, “Xavi” se incorpora de su asiento y se despide con una recomendación a todos los niños que sueñan con un día convertirse en jugadores profesionales de futbol.
“Quiero decirles a las futuras estrellas del balompié que sigan trabajando, que le echen todas las ganas, que obedezcan a sus padres y sobre todo que persigan sus sueños. Vale la pena luchar por ellos sin importar lo que cueste, hasta lograrlos”, concluye.