
Jugar en una Copa del Mundo de Futbol no es sólo la culminación de los sueños y esfuerzos de quienes se dedican a este deporte de manera profesional, es un honor que apenas un selecto grupo de mexicanos ha podido acceder.
Para probarlo basta recurrir a las matemáticas: Si México ha participado en 14 Copas del Mundo con equipos conformados por 23 jugadores, esto quiere decir apenas 322 personas han portado la camiseta tricolor en esta competencia.
Si a este número le restamos quienes repitieron su participación en la competencia y le agregamos a todos los integrantes de las selecciones femeniles y de categorías menores, nos encontramos que, números más o números menos, alrededor de 600 mexicanos han participado en una competencia internacional de este tipo.
Considerando la población actual de nuestro país (117 millones de personas), esto quiere decir que estos jugadores representan el punto 0005 por ciento del total de la población.
En Reynosa sólo dos futbolistas han tenido la oportunidad de portar la camiseta de la Selección Nacional en una competencia de esta magnitud: Dinora Garza Rodríguez, quien representó a nuestro país en la Campeonato Mundial Femenil realizado en Alemania en 2011, y Alfonso González, quien se coronó campeón en la Copa Mundial Sub 17 realizada en México ese mismo año.
Y aunque en el caso de Dinora su carrera está lejos de terminarse, reconoció que representar a nuestro país en una competencia de este tipo es el más grande honor que ha tenido en su vida.
‘SE TE PONE LA PIEL CHINITA… TE PASA’
Apenas cuenta con 26 años de edad, pero Dinora Garza Rodríguez ya sabe lo que se siente participar no en uno, sino en dos Campeonatos Mundiales de Futbol.
Se debut en una competencia de este tipo fue en el 2008, cuando representó a México en la Copa Mundial Femenil Sub-20 que se llevó a cabo en Chile; años después, pudo volver a vestir la camiseta mexicana en el Campeonato Mundial de la Selección Mayor, celebrado en tierras teutonas.
Para la mediocampista reynosense, no existe mayor satisfacción para un futbolista, que pertenecer al equipo que representa a México en las más importantes competencias de este deporte en el orbe.
“Realmente es el sueño más grande que tenemos todos los que jugamos al futbol y te estoy hablando de todos, amateur o profesional; es el sueño realizado, son muchos sentimientos que a lo mejor no tengo una respuesta clara respecto a eso”, expresó.
Cuando escucha que ella forma parte del punto 0005 por ciento de todos los mexicanos que han tenido la oportunidad de participar en esta competencia, Garza Rodríguez no puede evitar sonreír.
“Uno a veces dice que somos afortunados y realmente lo somos, pero ahora que veo esas cifras me doy cuenta que somos muy, muy, muy afortunados, pues somos millones de personas en este país y entrar en ese grupo tan selecto es muy especial”, indicó.
Para Dinora, su debut en la Copa del Mundo fue contra el combinado de Noruega, con jugadoras que superaban en físico a la mayoría de las mexicanas, sin embargo nada de esto le echó a perder la alegría de poder pisar por primera vez una cancha mundialista.
“Al momento de pisar la cancha por mi mente pasaron mis amigos, mi familia, cuando jugaba en el llano, cuando inicié y que era la única niña jugando, por lo que recibí muchas críticas, entonces dije valió la pena, estoy aquí”, dijo.
Pero los gratos recuerdos de Chile no terminan ahí. Dinora pudo anotar un gol, algo que hasta a ella misma la tomó por sorpresa.
“Un día antes del partido, durante el reconocimiento de la cancha, vi una pantalla en el estadio y le dije a una compañera: ‘mañana que meta gol me voy a parar aquí y me voy a ver en la pantalla’ pero al momento de hacer el gol no me acordé, corrí con mi entrenadora a abrazarla como una muestra de agradecimiento hacia ella”, expresó.
Sin embargo, la vida y el futbol le guardaban algo mejor a la jugadora tamaulipeca: pertenecer a la Selección Mayor Femenil que representó a México en la Copa del Mundo realizada en Alemania.
Cuando evoca esa tarde del 27 de junio de 2011 en el Estadio de Wolfsburgo, en el primer partido contra Inglaterra, Dinora no puede evitar que sus ojos brillen de la emoción.
“El Mundial es la culminación de todo un proceso, es competir contra las mejores y estoy de acuerdo que en todas las categorías están las mejores, pero no es lo mismo un Mundial mayor, porque ahora puedes decir que estás entre las mejores futbolistas de todo México. Obviamente sí se te pone la piel chinita… honestamente te pasa.
“A mi en lo personal me dio mucho sentimiento, hasta ganas de llorar, porque es algo muy bonito”, indicó.
Representar a nuestro país en una competencia de este tipo no siempre es grato, hay que saber lidiar con la crítica de la afición y la prensa especializada, que en ocasiones puede ser implacable.
“Si no haces las cosas como la gente espera que las hagas eres muy criticado, pero la gente no se da cuenta que pusiste todo de ti, que te esforzaste al máximo, que todos los sacrificios que hiciste los estás viviendo en ese partido y posiblemente no te bastó y esa es nuestra frustración, saber que diste todo y que no te basta.
“Hay gente a la que no le duelen las críticas pero a todos nos duele, a todos nos baja la moral, claro que cuando hay la oportunidad de revertirlas hacemos todo lo posible para callar bocas.
“Ahí es cuando empiezas a hacerte objetivos y decir que si ese fue tu máximo entonces tienes que esforzarte al doble si quieres lograr algo importante”, sentenció.
Dinora indicó que portar la camiseta de México en una competencia internacional no es un trabajo sencillo, menos cuando se trata de una integrante de la Selección Femenil, que tiene que poner un extra en la preparación para ser considerada en el grupo.
“La preparación la tienes que llevar tú, tienes que ser consciente de que tienes que estar preparándote porque no es como en un equipo donde están los jugadores concentrados y si alguien afloja hay alguien apretándote.
“Tienes que tener conciencia de que si tu concentración es en un mes, tienes que llegar al máximo porque de todas las seleccionadas quieres ser parte del equipo.
“Es un trabajo demasiado largo, necesitas tener mucha fuerza de voluntad, porque mientras todos están en la fiesta, tú estás entrenando; pierdes muchísimas cosas, muchos momentos y eventos, inclusive amistades”, indicó.
Sin embargo, todo esto se olvida cuando el jugador cumple con el mayor logro que se puede aspirar en un partido: anotar un gol en una Copa del Mundo.
“No es un gol cualquiera, es un gol que te marca porque lo estás haciendo en la mejor competencia del mundo.
“Se dio el caso y soy una de las pocas privilegiadas de hacer eso. Aún así no me considero nada especial, siento que tanto las que están dentro de la cancha como las que están fuera o inclusive las que no fueron, son la culminación de todo esto”, finalizó.