Si en Reynosa existe una familia que está orgullosa por el papel que realizaron los integrantes de la Liga José Guadalupe Treviño Kelly en la pasada Serie Mundial de Ligas Pequeñas –donde obtuvieron el tercer lugar–, es precisamente la de los herederos del hombre en cuyo honor fue bautizada la organización.
Ferdinando Treviño Aguirre, el menor de los tres hijos de José Guadalupe Treviño Kelly, calificó como “fuera de serie” el logro de los seleccionados mexicanos en el pasado torneo de beisbol infantil.
En entrevista con Hora Cero, Treviño Aguirre –quien actualmente tiene su residencia en la ciudad de Corpus Christi, Texas–, aseguró que de estar vivo, su padre estaría muy satisfecho por el logro de los peloteros reynosenes.
“Es una cosa fuera de serie, es muy satisfactorio que haya personas que hayan llegado a competir a ese nivel y de esa manera después de 43 años de haberse fundado la liga. Yo creo que mi padre podría revivir con una cosa de estas”, expresó.
Durante la charla, Treviño Aguirre recordó algunos aspectos de la vida de su padre, cuya memoria prevalece en Reynosa no solamente por la liga de beisbol infantil que tiene su nombre, sino por el afectó que sembró en muchas personas.
Indicó que la historia de su papá es la misma de miles de personas que llegaron a esta frontera y gracias al trabajo hicieron fortuna.
“Creció con la ciudad, en esos tiempos Reynosa era nada más del canal Anzaldúas hacia el centro, entonces él creció con el pueblo, el pueblo le dio de comer, entonces la gente que recibe y sabe dar tiene un don de poder regresar las facilidades que ha recibido”, indicó.
Ferdinando Treviño, confirmó las historias que hablan de la generosidad de su pariente, principalmente con las personas y los niños que practicaban un deporte y quienes siempre podían esperar un refrigerio gratuito en Casa Lupito, el negocio de la familia ubicado en la calle Hidalgo.
“Todo lo que él le daba a la gente siempre se le regresaba, por eso él estaba contento. Tengo muy presente que te atendía personalmente en el negocio y eso me impactaba mucho de su personalidad pues continuamente estábamos contentos.
Después de un buen juego de beisbol nos brindaba una nieve o un refresco, no importaba si ganabas o perdías, él siempre nos invitaba un refresco”, precisó.
UN HOMBRE FELIZ
Para Ferdinando Treviño hablar de su padre es un verdadero placer, pues aunque éste falleció cuando él tenía 13 años, son muchos los recuerdos que existen y que dibujan a un hombre generoso y feliz.
“El siempre fue muy amable, muy caritativo, su personalidad era contar chistes y ayudar al prójimo todo el tiempo.
Mucha gente me cuenta que le faltó muy poco a ser payaso (risas) o como dice Javier Solís ‘detrás de esta máscara yo sé el sufrimiento que llevo’ pero nunca lo exteriorizó”, señaló.
Además de este gran carácter, estaba el gran amor que tenía al deporte, principalmente el beisbol, mismo que se potencializaba con su gusto por ayudar la prójimo.
“El amor era tremendo, yo recuerdo que en los inicios del beisbol infantil en Reynosa él nos iba a ver jugar, llegaba a sentarse en las márgenes del Río Bravo a vernos jugar y eso lo tengo muy presente pues es una cosa muy profunda que un padre llegue a inculcar a sus hijos ese tipo de actividades precisamente en esas épocas de la vida cuando es uno niño, esa es una de las cosas que uno recuerda, ver a mi familia sentados en el pasto viéndonos jugar aún y con el clima que tenemos”, dijo.
Y aunque en esos años Reynosa no contaba con instalaciones apropiadas para la práctica del beisbol, el puro gusto por el juego era suficiente para alegrar los corazones de los niños.
“Donde jugábamos era un campo muy llanero, como cuando empezamos a jugar beisbol de liga pequeña que jugábamos en las márgenes del Río Bravo con muchas carencias pero uno como niño lo disfruta mucho”, precisó.
Para sus hijos, José Guadalupe era un hombre generoso debido al entorno del que venía.
“Me imagino que era así por sus raíces, él vino de una familia muy pequeña, fue el único sobreviviente de tres hermanos”, sentenció.
Ferdinando Treviño, aseguró que así como quería al beisbol, su padre tenía un equipo de sus preferencias: los Yankees.
“Siempre nos sentábamos a ver las series de los Yankees, que en ese tiempo eran un gran equipo como lo han sido siempre, con los mejores jonroneros, con los mejores lanzadores, entonces recuerdo haber estado con él viendo la Serie Mundial”, recordó.
De hecho, dijo Treviño Aguirre, aparte del beisbol la otra de las pasiones de su padre eran los toros, una actividad que llegó a realizar de manera profesional durante su juventud.
“Yo fui el más chico de sus hijos entonces desgraciadamente nunca lo vi más que torear cuando el Club Rotario se lo pedía para recolectar recursos para cosas nobles, él fue picador profesional, eso fue lo que me platicaron pero como fui el más chico estuve menos tiempo con él”, sentenció.
EL NACIMIENTO DE LA LEYENDA
Hace poco más de 43 años, cuando los hermanos Blanco Chávez anunciaron a la familia de José Guadalupe Treviño Kelly que una liga de beisbol infantil llevaría su nombre, nadie hubiera imaginado los logros deportivos que esta organización iba a conseguir.
Por ello, para el menor de los hijos de José Guadalupe, es mucho más placentero recordar el día en que arrancaron las actividades de la liga, una ceremonia que fue presidida por toda la familia.
“De ese día recuerdo mucho la nostalgia de que mi padre ya no estaba con nosotros además de que todo mundo lo recordaba como un gran hombre, recuerdo mucho el orgullo que era que la liga haya decidido ponerle su nombre”, señaló.
Para Ferdinando, un hecho que lo llena de orgullo es que tras más de 40 años de esfuerzo, aquel terreno baldío donde se utilizaban costales de lona como bases ahora es un parque de beisbol donde los jóvenes pueden practicar el deporte.
Reconoció que este logro sólo pudo ser posible gracias al trabajo de muchas personas, que dedicaron mucho tiempo en hacer crecer una organización tan noble como la de una liga pequeña.
“Todo esto se consiguió sobre todo el apoyo de la gente, sin el apoyo de la gente esto no se hubiera hecho, sin el apoyo de los comerciantes, de toda la gente que tiene hijos y sienten mucho amor de ver a sus hijos jugando. Todo tiene sus frutos y ese es el fruto de muchos años de trabajo”, finalizó.
EL ENCUENTRO DE DOS GENERACIONES
Compartiendo el orgullo que siente toda la ciudad de Reynosa por la actuación de la Selección Mexicana en la Serie Mundial de Ligas Pequeñas en Williamsport, Pennsylvania, y aprovechando la visita que el equipo hizo a las instalaciones de Hora Cero el pasado 5 de septiembre; Ferdinando Treviño, conoció y platicó con los pequeños beisbolistas.
Treviño Aguirre mostró su alegría por el éxito de los peloteritos a quienes felicitó por el trabajo que realizaron en Williamsport, Pennsylvania, y que puso muy en alto el nombre de Reynosa y de México.
Para los integrantes de la Selección Mexicana de beisbol infantil, el conocer a un descendiente de la persona que tiene el nombre de la liga en la que participan fue una agradable sorpresa por mostraron su satisfacción.
Luis Quintanilla, presidente de la liga, manifestó el beneplácito de todos los que participan en el organismo por haber conocido a Ferdinando Treviño, por lo que aprovecharon el momento para tomarse la fotografía del recuerdo.
José Guadalupe Treviño Kelly, fallecido en el año de 1966, tuvo tres hijos: Oliva (†), José Guadalupe y Ferdinando. Todos ellos fijaron su residencia en Estados Unidos pero regresan continuamente a Reynosa de visita.