
En el Verano 2001 su escarpada melena, su desparpajo en la cancha y su nombre extranjero comenzó a llamar la atención del Futbol Mexicano. Las cámaras de televisión apuntaban al dorsal número 13, cuyo apellido Brown, despuntaba en la zaga central del Cruz Azul, uno de los equipos de mayor tradición en México.
Muy rápido Melvin –quien es de estirpe jamaicana, pero de nacimiento veracruzano– se ganó la titularidad de la Máquina Cementera, tanto así que en la misma temporada ya se encontraba disputando la primera final de la Copa Libertadores de América para un club nacional, ante el Boca Juniors de Argentina, a lado de consagradas figuras como Angel “El Matute” Morales, Oscar “El Conejo” Pérez, José Saturnino Cardozo, Francisco Palencia y Sergio Almaguer, por mencionar algunos.
La segunda y última la escenificó el Guadalajara en 2010 frente al Internacional de Brasil, siendo dos subcampeonatos los mayores logros que han obtenido los conjuntos mexicanos en esa justa, de la que el oriundo de Naranjos, un pequeño poblado de 27 mil habitantes y que apenas aparece en el mapa geográfico, hizo un gran papel y se ganó la admiración de propios y extraños.
Hoy, después de haber participado en cinco equipos, con 17 años de carrera deportiva e infinidad de experiencias vividas dentro y fuera de la cancha, Melvin agradece la oportunidad de seguir haciendo lo que más disfruta: jugar al futbol, aún cuando una lesión estuvo a punto de retirarlo.
Entrevistado en Reynosa, donde su actual equipo, el Irapuato, se trasladó para un partido de exhibición ante el conjunto local, este atleta sonríe para el lente y con suma gentileza acepta contar su historia.
A pesar de que su palmarés no refleja los títulos que debiera y que él quisiera, pues ha disputado varias finales, pero nunca ha sido campeón del futbol doméstico, quienes conocen de este deporte saben de la gran calidad de Melvin como jugador y en varias ciudades de la República Mexicana sigue siendo uno de los preferidos del público y de los niños.
Simpático, extrovertido y un líder en el vestuario, este hombre que el 28 de enero pasado cumplió 33 años, dice sentirse afortunado por seguir escribiendo su nombre en las páginas del balompié nacional.
“Gracias a Dios que me ha bendecido con una carrera muy bonita y con un trabajo que dicho sea de paso, no es trabajo, sino algo muy padre, muy chido, como dicen los chavos, el que me divierta y pueda recibir un salario a cambio.
“Esta es mi quinta camiseta. Estuve en Cruz Azul, ahí es donde hice las fuerzas básicas y donde debuté. He tenido la fortuna de regresar dos veces a la Máquina; y también jugué en Jaguares de Chiapas, donde estuve tres años y medio, haciendo cosas importantes.
“De ahí me fui a jugar al Puebla el descenso, conjuntamente con José Luis Sánchez Solá, ‘El Chelís’, que ahorita está en Correcaminos y logramos la permanencia del equipo en el máximo circuito.
“Posteriormente me fui a Estudiantes-Tecos por medio de José Luis Trejo, que es el entrenador que a más lugares me ha llevado, con el cual he jugado muy bien y ahora estoy acá con Irapuato”, platica.
Después de haber desayunado con sus compañeros de equipo, Melvin menciona que el futbol suele deparar muchas sorpresas y que es difícil imaginar todos los sacrificios que deben hacerse para permanecer en este deporte.
“Venía de una lesión de rodilla y en el último draft ningún equipo de Primera División me quiso dar oportunidad, por las dudas, por la edad, porque son lesiones que luego no queda uno bien y Altamira e Irapuato fueron los que buscaron mis servicios y al final los Freseros se acercaron más y aquí estamos.
“La lesión fue de ligamento cruzado y una condromalacia (esta última caracterizada por la degeneración del cartílago de la rodilla) por lo mismo del desgaste de mis 17 años de carrera. El cuerpo se va cansando, me ha dado cosas maravillosas y el pobre se resiente, pero vamos a ayudarle para que esté bien”, promete.
ESPERANZAS RENOVADAS
El ex cruzazulino confiesa que después de este trago amargo, en el que pasó temor por un retiro prematuro, viene ahora con nuevos brios y fuerzas para buscar retornar al máximo circuito.
“Me integré al proyecto del Irapuato, donde firmamos por un año. El arquitecto Jesús Martínez (propietario del club) me habló. Somos un equipo que atraviesa problemas, sí, la crisis también ha pegado en el futbol, pero también somos un equipo con jugadores de calidad y solamente llevamos un juego perdido”, menciona.
Actualmente el Irapuato se ubica en el octavo lugar de a tabla con ocho unidades en siete partidos, pero Melvin considera que este conjunto irá repuntando.
Mientras tanto el defensa aprovechó la oportunidad para opinar de la Copa MX, donde juegan equipos de Primera con los de la Liga de Ascenso y también hizo críticas constructivas:
“Está bien la idea. Es importante que en ciudades como Ciudad Victoria, como Nezahualcóyotl, Estado de México y La Piedad en Michoacán, entre otras vayan equipos de Primera División que antes no lo hacían.
“Por ahí no está bien armado este torneo, pero nadie dijo que iba a ser perfecto. Yo creo que la cantidad de juegos es mucha. El futbolista no digo que no esté preparado, pero no está acostumbrado a jugar dos campeonatos a la vez ni los entrenadores ni los preparadores han agarrado la manija de como es, pero en un futuro yo creo que este torneo de Copa MX va a ser un éxito absoluto con algunas modificaciones”, agrega.
Aunque reconoció que dicho formato, como se juega en los países europeos, es divertido para el espectador, comentó que también representa una carga para sus bolsillos.
“Estamos en épocas difíciles en México y en todo el mundo y es duro pagar dos boletos en menos de una semana. Yo creo que si por ahí ponen eliminación directa en vez de tantos grupos y tantos partidos, serían menos juegos, porque te eliminas luego luego y las entradas serían mejores”, sugiere.
> ¿Te vez nuevamente en Primera División?
“Esa es mi meta, esa fue la tirada al venir acá: buscar un equipo que peleara duro el ascenso y yo quiero regresar a la Primera División. Es completamente diferente la Liga de Ascenso a la MX”, confía.
> ¿Qué es lo que más extrañas del Cruz Azul?
“El estadio Azul, para mí es sumamente importante, me gusta mucho jugar ahí. La afición también, yo creo que en México es la número tres y la verdad que te apoya en todos lados y cuando juegas de visitante siempre hay muchos cruzazulinos que te animan y por eso estoy eternamente agradecido a ellos.
“De hecho aquí en Reynosa me voy a reencontrar con un entrenador de fuerzas básicas, Antonio De Gyves y vamos a recordar esas giras a Europa. Yo no descarto que vaya a regresar a Cruz Azul, que es mi hogar. Ya he vuelto dos veces y tal vez sea como jugador o en otra faceta, con una mejor preparación vamos a estar ahí”, agrega.
Y es que cómo olvidar aquella campaña de 2001, cuando Melvin ayudó a su equipo a llegar hasta la gran final del torneo continental de la Libertadores, que al final se resolvió en penales a favor de Boca Juniors.
En sus recuerdos, en los de los aficionados y televidentes también habitan aquellas tardes gloriosas de barridas, rechaces y remates que Melvin Brown brindó dentro y fuera de casa y en cuyas jugadas logró anotar en 14 ocasiones. Como también hay jornadas para olvidar, las cuales por los designios de la vida este futbolista no pudo evitar, al ser tocado por la maldición del Cruz Azul en las finales.
Pero no solamente con la Máquina Cementera Melvin Brown ha forjado una historia, sino también con la Selección Mexicana de futbol.
“Afortunadamente sí, se me cumplió ese sueño, tuve la fortuna de estar en el proceso de calificación mundialista en el año 2000. En 2001 logramos el pase para Corea y Japón 2002 y también puedo decir que soy un afortunado en haber asistido a un mundial.
“Por ahí no tuve la participación que hubiéramos querido, pero ya estamos en la historia y yo creo que es importante dejar un poco de huella y, sobretodo, estos son momentos que voy a llevar para mi vejez, cuando esté tranquilo y recordando que hice cosas grandes para mí y para mi familia”, manifiesta.
EL MELVIN MAS PERSONAL
No obstante, muy pocos pueden darse el lujo de llevar la responsabilidad que tiene y ha tenido este jugador, quien en múltiples ocasiones se ha desempeñado como capitán.
Lo cierto es que quizá nadie se hubiera atrevido a vaticinar que ese niño que muy chico dejó Naranjos a la postre se convertiría en una de las figuras más conocidas del futbol mexicano en la primera década del siglo XXI.
“Yo tenía poco más de un año. Mi papá fue petrolero, ahora ya es jubilado de Pemex y el se fue en 1979 a México y de ahí lo canalizaron a Tula, Hidalgo, y ahí es donde reside la mayor parte de mi familia actualmente.
“Hidalgo es una tierra que en lo particular yo quiero y estimo mucho, porque ahí inicié mi carrera como futbolista y la gente me quiere mucho allá. A 20 minutos se localiza Cruz Azul, Hidalgo, y la gente me ha arropado, aunque no olvido mi origen de Veracruz, y me da gusto ahora lo de Severo Meza, que está jugando muy bien con el Monterrey, así que ya somos dos que hemos llegado a la Selección y algo bueno debe haber ahí en Naranjos, que salen jugadores.
“Sí he regresado, no tan seguido, porque queda uno lejos, pero en vacaciones hemos ido a ver a las abuelas y a los primos, a comernos un zacahuil, unos buenos tamales y una buena carne en el mercado. Quitando un poco el calor, es muy pasadera ahí la vida, muy tranquila”, refiere.
Melvin Brown confiesa que su apellido proviene de Jamaica y que él forma parte de la tercera generación nacida en México.
“Mi abuelo Jorge Brown nació en este país y procreo a mi papá que se llama Leonel Brown Gómez, todos ellos en Veracruz, Tuxpan y Naranjos. Y ya viene la cuarta generación, yo tengo dos niñas y mi hermana un varoncito, así que ya nos estamos haciendo más mexicanos que nunca”, menciona orgulloso.
Este futbolista profesional agradeció la oportunidad a sus patrocinadores y a la presidencia municipal de Reynosa por traerlo con el Irapuato a jugar a una ciudad donde radican miles de sus coterráneos.
“El gobierno ha hecho un gran esfuerzo y puso de su parte para que viniéramos, porque esta labor social es muy importante para toda la juventud no solamente de Reynosa, sino de todo México, creo que la gente joven necesita espacios para divertirse, para sacar lo mejor de ellos y hay que echarle ganas.
“Me enteré del proyecto que tienen aquí de no solamente estar en la Liga de Segunda División, sino ya dar un paso importante en la Liga de Ascenso y esperemos que esto sea pronto y que la gente de la frontera y de todo Tamaulipas le eche ganas, sabemos que somos mexicanos y que está difícil, pero como mexicanos nunca nos dejamos y vamos a seguir adelante”, expresa Melvin Brown.
Un entrenador fresero
Teodoro Orozco Puente, quien es originario de Torreón, Coahuila, regresa al Irapuato para esta campaña, después de una brillante temporada 2009-2010, en la que su equipo fue superlíder de la clasificación.
La pasión por este conjunto se remonta a su época de jugador, cuando formó parte de la plantilla que subió a Primera en el año de 1985, dándole una alegría a la afición guanajuatense.
Y aunque ha tenido momentos de éxtasis y de dolor (como cuando fue destituido inexplicablemente del banquillo siendo que su equipo marchaba como puntero), siempre hay algo que lo hace retornar a este club.
“En aquella ocasión no se logró el objetivo de terminar la temporada, a pesar de que los números indicaban que debía haber continuidad (con ocho triunfos, un empate y solamente tres derrotas en 12 cotejos disputados), porque por situaciones extrañas me cesaron, pero siempre he buscando trabajar de la mejor manera y formar ahora en este nuevo reto un equipo competitivo”, relata.
Este entrenador se desempeñaba en la cancha como lateral derecho y a su consideración su mayor logro es haber representado a México en una justa mundialista sub-23, junto a jugadores como Alberto García Aspe, José Manuel “El Chepo” De la Torre, Ignacio Ambriz, Francisco Javier “El Abuelo” Cruz y Héctor Becerra, entre otros.
UNA NUEVA ETAPA
Para esta temporada, en la que le Futbol Mexicano pasó por una reingeniería (con el formato de competencia y de nombre, pues antes era la Primera A), Teodoro Orozco siente que el sueño de tener un equipo en la Liga MX es posible, siempre y cuando se trabaje con ahínco.
“Este es un proyecto interesante, aunque desafortunadamente iniciamos tarde el campeonato, porque no sabíamos si continuaba el equipo en la Liga de Ascenso o no, por muchas circunstancias y problemas económicos que se tenían, pero al final se logró”, agrega.
El timonel del Irapuato, que llegó en sustitución de Ricardo Rayas, afirma que en este conjunto reinan otras circunstancias mucho mejores a las que se tenían años atrás, cuando los propietarios eran empresarios foráneos.
Y es que para desgracia de la afición Fresera, la última vez que la franquicia subió a la Primera División no se quedó en esa plaza, sino que se convirtió en Veracruz y luego en Jaguares.
“Sí, han pasado muchas circunstancias y muchas cosas, de que venden al equipo, primero que lo traía Pegaso y luego se lo llevó Veracruz, pero ahora los dueños del club son de Irapuato, es gente de la ciudad y que ama al futbol y que quiere a la institución y tiene cinco años luchando a brazo partido, buscando trascender.
“Ya se han logrado campeonatos en los torneos cortos que antes eran Verano e Invierno y falta dar ese pasito”, indica.
> ¿Cómo le viene al Irapuato el que ahora haya partidos con cuadros de la Primera División en la Copa MX?
“No es trascendental, porque es muy difícil que un equipo de la Liga de Ascenso logre un campeonato, porque los conjuntos del máximo circuito están jugando con sus segundos equipos y cuando se decidiera uno de Primera nacional meter a su cuadro base, lo más seguro y lo más lógico es que te gane, porque hay diferencia de futbol en presupuesto, jugadores y técnicos.
“Aquí lo único que se logra con la Copa es darle continuidad a tu segundo equipo o a tus suplentes, para que tengan minutos, para que adquieran ritmo futbolístico, pero al final no hay ni premio ni absolutamente nada y en cambio, se le invierte mucho dinero”, manifiesta.
Por otra parte, el técnico fresero se mostró contento de venir a Reynosa a disputar un juego amistoso, a pesar de haber hecho el viaje desde Culiacán, Sinaloa, tras enfrentar a Dorados.
“Le agradecemos a las autoridades de
Reynosa y a la gente que hizo posible el que pudiéramos estar aquí y que se hiciera este juego, para ir al estadio ‘Adolfo López Mateos’ a disfrutar de un buen espectáculo, porque es un juego y hay que ilusionarse con su equipo, que me he enterado, se ha armado muy bien para buscar ascender”, finaliza el jefe del Irapuato, Teodoro Orozco Puente.