
Los costales y las peras de cuero reciben incesantemente el poder de los puños de varios jovencitos y también de jovencitas que buscan en el boxeo un refugio contra los peligros del presente y una enseñanza para su futuro.
Este deporte ha cobrado un nuevo auge en Reynosa y ahora son cada vez más personas las que quieren aprender a defenderse. Lo hacen en la conocida como la “calle del deporte”, la Félix Escamilla de la colonia Doctores, donde se localizan varios gimnasios, los cuales tienen como entrenadores a ex pugilistas profesionales, todos ellos amigos.
Por las tardes una ola de atletas, grandes y chicos, se envuelven sus manos con vendas, se colocan sus guantes, y comienzan su rutina de preparación diaria que incluye estiramientos, salto de cuerda, abdominales, lagartijas y técnicas de golpeo.
Jesús De la Cruz Montañez, quien llegó a sobresalir en las Divisiones de peso ligero, welter y welter junior en la Comisión de Box y Lucha Libre de México, considera que hay mucho que hacer por el pugilismo de Reynosa, para que esta ciudad vuelva a tener un campeón mundial.
“Néstor Garza fue el último y el único que hemos tenido, esto ya hace más de ocho años, en el peso gallo. Parece que fue monarca por la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).
“Aquí en Reynosa el boxeo necesita mucho apoyo, porque simplemente en la alimentación de los muchachos y los utensilios, se requiere dinero, ya que la mayoría de los boxeadores es de bajos recursos, pues no poseen el suficiente apoyo para vitaminarse y para poder salir adelante.
“Además, se necesitan muchas palancas en esto, un muy buen apoderado o buen representante para poder despuntar en el ámbito amateur e ir más allá”, menciona.
Jesús, quien se hace cargo del gimnasio Box Total, relata que como una diversión se inició en este deporte en el año de 1975 y luego, se le fue dando la oportunidad para que peleara en el terreno aficionado y posteriormente en el profesional.
Este entrenador comentó que en su época los pugilistas sufrían bastante el aspecto económico, pues sus triunfos deportivos la mayoría de las veces no eran bien remunerados.
“Había mucho boxeo en ese entonces, pero poca paga para los atletas y esto provocaba que no se cumplieran los objetivos y acabaran prontamente su carrera”, añade.
Jesús mencionó que la promoción boxística hoy en día es muy distinta y no tiene precedentes, pero aclaró que solamente unos cuantos alcanzan las grandes bolsas que están en disputa.
“Es demasiado el dinero que los campeones ganan a comparación de los tiempos aquellos”, sopesa.
No obstante, reconoce que en este deporte también existen muchas mafias, aunque comentó que ahora los atletas perciben un mejor salario.
“Este deporte es muy engañoso por eso uno debe estar bien atento a lo que está pasando y tener los pies bien puestos en la tierra, si no, nos desviamos”, afirma.
Cabe recordar que la suma que ganan los boxeadores deben repartirla entre los preparadores de su equipo, por lo tanto, mientras logran subir de nivel pasan muchas necesidades.
Por otra parte, este ex campeón nacional welter, consideró a los hermanos Montoya y a El Huracán Montoya, como los boxeadores del momento en Reynosa y a quienes les ve buen futuro.
“Ellos entrenan en el gimnasio de Las Cumbres. Ya los he mirado pelear y sí creo que están bien preparados”, señala.
Asimismo, Jesús tuvo palabras de reconocimiento para Alvaro “La Cobra” Gaona, un joven nativo de esta ciudad que también ha destacado.
“Lo he visto boxear varias veces, pues sí tiene talento y juventud y también pega muy fuerte. Nada más es cuestión de que se cuide y pueda llegar más lejos”, recomienda.
RECUERDOS DE GLORIA
Jesús De la Cruz, quien como amateur tuvo 45 peleas consiguiendo el campeonato nacional y el campeonato estatal durante cuatro años y que como profesional subió al ring en 47 ocasiones, es considerado uno de los mejores peleadores que ha tenido Reynosa.
“Perdí solamente una pelea de todas las que hice como boxeador amateur, mientras que profesionalmente perdí solamente cuatro y tuve 43 victorias, la mayoría por knockout”, recuerda en el recibidor de su gimnasio.
Entre algunos de los gladiadores más conocidos con los que le tocó enfrentarse están “El Soldado” Pérez, quien también era Tamaulipeco y originario de Matamoros.
Además este entrenador poseyó como púgil un cartel envidiable que fue escribiendo al pelear en ciudades de México y Estados Unidos.
“Fui a Houston, San Antonio, Dallas, Detroit, Fort Worth, Mission, Brownsville, y en mi país me presenté en la Ciudad de México, Ciudad Victoria, Monterrey, Tampico, Veracruz, Nuevo Laredo y otras localidades.
“Pero sin lugar a dudas el escenario más importante en el que me tocó boxear fue en el Forum de Los Ángeles y algunas de mis peleas llegaron a ser televisadas. Compartí cartelera en la semifinal de Lupe Pintor contra Jorge Luján. Esa vez boxeé contra Tony Baltasar, el noveno mejor del mundo a 10 rounds”, memora.
Como dato curioso Jesús comenta que más que sus oponentes, el reto de mayor dificultad para él era dar el peso para cada una de sus peleas, porque, añade, se requiere mucha preparación.
Joven aún, colgó los guantes después de haber contraído nupcias y a partir de entonces siguió entrenando como una manera de mantenerse en forma, hasta que comenzó con su gimnasio.
“Finalmente dejé este deporte luego que me casé y ya no tuve el interés de volver al profesionalismo. Aunque no llegué a clasificar a nivel mundial, pertenecí a la Comisión Nacional de Boxeo, conocida como la Comisión de Box y Lucha Libre de México.
“Ya tengo ahorita tres años aquí en mi gimnasio Box Total, para servirle a toda la gente que quiera aprender el oficio y para transmitir la experiencia que adquirimos”, invita.
Manifiesta que es importante aprender este deporte por el simple hecho de adquirir condición física y saber defenserse.
En su pabellón, Jesús entrena de lunes a viernes a jóvenes y también a niños de ambos sexos de 10 años en adelante, de 16:00 a 22:00 horas.
“Ahorita tenemos unas 12 personas, la mensualidad cuesta 500 pesos y la inscripción es gratis. Estamos ubicados en el número 310 de la calle Félix Escamilla, a espaldas del parque Treviño Kelly.
“Yo quiero animar a la gente a que haga deporte, porque se ha perdido esta cultura. El boxeo es una ayuda física, emocional y en todos los aspectos”, afirma.
ZONA DEPORTIVA
Por su parte, Porfirio Javier Heredia Medrano y Roberto Mondragón entrenan juntos tan sólo cruzando la calle donde se encuentra el gimnasio de su amigo Jesús De La Cruz.
Coincide Porfirio con sus colegas de que el boxeo está agarrando mucha fuerza en Reynosa, luego de varios años que se había acabado la euforia.
“El Joel Soto, el de la Chicho, José Luis Delgado, De la Pastora, de la Juárez, Juárez 5, los de la Aquiles Serdán, los del Almaguer, antes casi eran los mismos gimnasios siempre y ahorita ya se abrieron más por todos lados.
“Eso quiere decir que hay más peleadores y hay más chavos con ganas de entrenar y de salirse de las cosas que están pasando, la drogadicción y el vandalismo, que no es como el de antes, ahorita ya es vandalismo de balazos, es otro rollo.
“Por eso, el boxeo que venga es bienvenido, porque es un deporte sano, un deporte bueno. Aparte de eso les sirve, porque ya ven ustedes en la escuela cómo les afecta a algunos chavalos el bullying.
“Ya si no quieren ser boxeadores es para que en la vida sepan defenderse y para que tengan más confianza en lo que ellos son”, considera este ex pugilista que empezó a los 15 años en el gimnasio Antonio Puga de La Cañada, a finales de la década de los ochenta.
Menciona que con él entrenan más de 15 personas, de las cuales sobresalen tres o cuatro jóvenes a quienes les ve un futuro prometedor.
“Los estoy llevando a pelear aquí a la Unidad Deportiva y a donde haya peleas amateur, y sí han hecho muy buen papel, porque son muchachos sanos, nada de drogas, nada de broncas. También hemos perdido, pero no muy feo, con la frente en alto y la gente nuestra no se raja y pide revancha y no se dan por perdidos muy fácilmente, porque los muchachos traen ganas”, refiere el encargado de Pios Gym.
Entre los boxeadores que tiene bajo su cargo destacan varias damas que no le temen a las guantadas.
“Las niñas quieren pelear y quieren ser iguales. Está bien, porque es deporte y si ellas quieren suben al ring y si no no, nosotros no las forzamos.
“Aquí en el domicilio de mis padres improvisamos este gimnasio, pusimos costales, peras, perillas para guantear, para que estén bien preparados. Prontamente vamos a tener un ring aquí”, avisa.
Porfirio subraya que los tiempos que se viven actualmente, con el abuso que sufren algunos estudiantes denominado bullying, son un buen motivo para aprender a boxear.
“Aquí han venido unos señores que traen a sus chavitos a entrenar y nos dicen que habían sido molestados por sus demás compañeritos, se les bañaban, como decimos nosotros. Pero después que vienen a entrenar sus papás nos dicen, ya se les puso más fuerte mi hijo y los chavos no le dicen nada y nomás se enteraron que boxeaba y ya lo respetan un poquito más.
“Entonces les ayuda este deporte, para tener seguridad y defensa personal”, recalca este ex púgil, a quien le tocó disputar campeonatos regionales, estatales y nacionales.
“De hecho sólo tuve cuatro peleas perdidas en toda mi época como deportista en más de 100 cotejos. Boxeé en México y en Estados Unidos también”, menciona.
PROMOCION EN ASCENSO
El entrevistado indica que la persona mejor relacionada para el mundo del boxeo en
Reynosa es el señor Joel Soto, con quien mantiene una relación estrecha.
“El tiene muy buenos contactos a nivel internacional y conoce bastante de este deporte. A parte nos ayuda mucho cuando nos sale un chavalo bueno y se lo encomendamos.
“Nosotros tenemos entrenadores, pero no contamos con los medios para promoverlos a otros niveles. El señor Joel Soto es entrenador, promotor y tiene su gimnasio y yo entrené muchos años también con él.
“El tiene los contactos a nivel Japón, Inglaterra, Las Vegas, todo México, y lo conocen todos los grandes y se me hace que en Reynosa es el único con ese tipo de contactos”, asegura.
Por lo pronto, del Pios Gym, Porfirio dice contar con varios jóvenes que están destacando mucho, como el El Cuate Hernández, quien próximamente está en miras de disputar un campeonato estatal.
Manifiesta que quienes se interesen en
dedicarse a esta disciplina pueden hacerlo muy bien hasta la edad de 35 años a nivel profesional, aunque también piensa que hacen falta muchos apoyos por parte de las autoridades deportivas para que esto suceda.
“Me gustaría solicitar ayuda a quienes se pueda para todos los gimnasios que hay aquí en Reynosa, porque se acaban los instrumentos de trabajo y muchas veces no se cobra. Yo aquí doy entrenamiento gratuito, yo no vivo de esto, tengo mi negocio de concretos premezclados y estoy aquí porque me gusta apoyar a los jovencitos a que se preparen en este deporte.
“La gente que guste entrenar puede venir aquí a la calle del deporte, doctor Felix Escamilla número 319 en la colonia Doctores”, exhorta.
EL DEPORTE DE LOS PORRAZOS
Gilberto Mondragón Hernández, es otro de los ex pugilistas que han representado a
Reynosa y que entrenan en este mismo sector de la ciudad.
“Yo comencé hace ya muchos años, a principios de los años noventa, preparándome en un terreno que se situaba atrás de la Central Camionera y me gustó el boxeo. Fui campeón de torneos de barrios en el peso pluma y también monarca estatal.
“Por desgracia debí dejar este deporte por un problema físico, pero en la medida de las posibilidades sigo entrenando para mantenerme en forma y le ayudo a Porfirio a enseñar a los jovencitos”, comenta.
Este deportista realizó más de 60 peleas como aficionado y cuatro como profesional, en las que al final la fortuna no estuvo de su lado, por lo cual tomó la determinación de retirarse de los cuadriláteros. Mientras que en su carrera como amateur perdió 18 y el resto las ganó por knockout y por decisión unánime.
“Yo la verdad inicié ya grande, cuando tenía 27 años. Gracias a Dios me fue bien, pero en mi última contienda, en 2006, tuve un golpe en el cerebro y lamentablemente me fue encontrado un coágulo que ya no me permitió seguir en el box”, relata.
Sin embargo, no todo está escrito para la vida de Gilberto, pues en base al entrenamiento y al talento, puede encontrar en cualquier momento a un muchacho que dé la campanada, lo que generaría un beneficio para todo el equipo de preparadores.
“Hay managers muy buenos y hay otros que tratan muy feo a los chavos, pero yo prefiero enseñarlos con educación, siempre poniendo énfasis en que éste es un deporte muy duro”, aduce.
Y mientras que ahorita el deporte está muy de moda por las olimpiadas, en los gimnasios de box de la colonia Doctores, niños, adolescentes y adultos se ejercitan duramente con el sueño de destacar algún día en el ring y obtener el mejor aprendizaje de sus experimentados tutores, quienes con muchos consejos y disciplina les dedican todos los días parte de su preciado tiempo.