
Conocido también como Médico I, logró consolidarse como uno de los mejores luchadores de los años 70 y 80 al dejar huella en los Estados donde se presentaba, al cambiar la oficina por una máscara y las mallas.
Uno de los pocos ex luchadores de antaño que continúa vigente en el ambiente de los encordados, gracias a que se dio a la tarea de entrenar a las nuevas generaciones de la lucha libre en Reynosa, sin duda alguna es Ignacio Villarreal, conocido arriba de los encordados como ‘Nacho Zapata’, quien desde 1965 incursionó en este deporte bajo el nombre de el ‘Patrullero’, para agarrar más confianza arriba del ring y aprender más sobre este deporte.
Pero antes de entrar de lleno en la entrevista con Hora Cero Tamaulipas, don Nacho, como es conocido entre sus alumnos y las porras que domingo a domingo se dan cita en el embudo coliseíno local, es necesario mencionar que cuando don Ignacio Villarreal aún no era luchador profesional, tenía otra profesión, un trabajo de oficina rutinario el cual no le agradaba tanto como la idea de ser luchador, viajar a distintos lugares y vivir de la lucha, por lo que un día decidió dejarlo para dedicarse al cien por ciento a la lucha libre, sin saber que dejaría una huella imborrable en el deporte de los costalazos.
Para 1972, decidió dejar atrás al ‘Patrullero’ para al año siguiente convertirse en el Médico I, un paso trascendental en su carrera e historia, ya que fue este personaje el que lo llevaría al estrellato, alternando con las máximas figuras del pancracio nacional de esos tiempos como Dr. Wagner, Gran Marcus, Ranchero Vargas, Ringo Mendoza, Fishman, El Satánico, Huracán Rámirez (Daniel García), entre otros gladiadores de la época.
LOS MÉDICOS Y SU ÉXITO EN MÉXICO
Cuando llegó el año 1973, don Ignacio Villarreal se encontraba en la ciudad de Nuevo Laredo, Tamaulipas, luchando en la recién inaugurada arena ‘Cuatro Caminos’, donde el promotor le propuso buscar a un luchador con un físico similar al suyo para formar la dupla de Los Médicos, la cual la integraría junto con don Miguel Ángel Balderas, quien sería el Médico II y más adelante lograrían posicionarse dentro del gusto de la afición.
Fue tanto el impacto de la dupla de los Médicos que tuvieron muy buen recibimiento de los aficionados, a pesar de siempre haber pertenecido al bando rudo, lo que los llevó a luchar en distintas partes de la República Mexicana.
“El promotor en Nuevo Laredo, que era el ‘Carnicero del Mal”, fue quien me propuso buscar a otro luchador con un físico parecido al mío, para formar la pareja de los Médicos y ahí me contacté con Miguel Ángel, con quien compartí mucho por este deporte”, mencionó.
LAS GIRAS DE LOS MÉDICOS
Formando dupla, los Médicos I y II tuvieron múltiples giras por toda la República Mexicana, luchando en Estados como Jalisco, Sonora, Baja California, Chihuahua, Veracruz, Guerrero, Distrito Federal (ahora CDMX), Estado de México, Nuevo León, entre otros, enfrentando a las estrellas nacionales de aquel entonces.
“Nuestras luchas eran semifinales y estrellas, nunca bajamos de las luchas estelares y la gente nos seguía aún siendo del bando rudo”, dijo con gusto Nacho Zapata al recordar la época en que le tocó estar arriba del entarimado.
Años más tarde, cuando los Médicos estaban mejor posicionados y luchaban en la periferia de la CDMX (para darles proyección antes de llegar a la Arena Coliseo de la Ciudad de México), Nacho Zapata platica que pudo entablar diálogo con nada más y nada menos que con el “padre de la lucha libre mexicana”, Salvador Lutteroth I, a quien pidió permiso para regresar a la frontera y arreglar su residencia estadounidense.
“Ya estando en México logré hablar con Salvador Lutteroth, para pedirle permiso de regresar con mi esposa y arreglar nuestra residencia en Estados Unidos, él de inmediato accedió y me dijo, -Vaya y arregle sus papeles, cuando esté allá, póngase en contacto conmigo para programarle allá también”, explicó.
LA GIRA DEL PACÍFICO
Sin duda alguna, esta gira fue una de las que más marcó la carrera del ‘profe’ Nacho Zapata, ya que era luchar seis días a la semana y el desgaste físico era enorme.
“En esa gira luchábamos el lunes en Obregón, martes en Guaymas, miércoles Hermosillo, jueves en Mexicali y viernes en Tijuana, donde nos quedábamos a dormir y el sábado descansábamos un poco porque el domingo volvíamos a luchar ahí”, comenta Nacho Zapata.
Don Nacho asegura que los contratos para estas giras eran por un mes, sin embargo, gracias al apoyo que recibían por parte de la afición éstas se extendían hasta cinco o seis meses, para después ir a otra ciudad del país a seguir llevando este espectáculo.
CAMPEÓN NACIONAL
Luego de perder la máscara contra Fishman después de una rivalidad que dio guerras encarnizadas arriba del cuadrilátero, Don Ignacio Villarreal decidió despojarse del personaje del Médico I y tomar el nombre de Nacho Zapata, el cual también tendría buen recibimiento por parte del público.
Ya en su faceta como Nacho Zapata, logró coronarse campeón nacional Semi Completo, derrotando a Ángel Blanco Junior en un torneo donde participaban 15 parejas (con luchadores de todo el país), que se realizó en la Coliseo de Reynosa, donde la modalidad era eliminar una pareja cada semana hasta que solo quedara una y ahí sería donde el campeonato de peso Semi Completo estaría en juego.
“Ese campeonato mucho tiempo fue de el Yuma, pero subió de peso y en ese entonces la Comisión de Lucha Libre era muy estricta y le dijo que tenía que exponerlo y perderlo o renunciar a él; Yuma no era de los que le gustaba perder, por eso renunció al título y estuvo en juego en este torneo”, comentó el profe Nacho.
MAESTRO DE LUCHA LIBRE
Para el año 2003, Nacho Zapata, en colaboración con Arturo Serna “The Panther”, abrieron una escuela de lucha libre, en la cual sigue impartiendo clases, y luego de 21 años sigue activa enseñando a los nuevos valores la verdadera lucha.
“Siempre me ha gustado enseñar este deporte a los nuevos prospectos, es una gran responsabilidad la que se tiene que asumir, porque estás preparando a las futuras estrellas”, comenta.
Algunos de los alumnos más destacados de Nacho Zapata son luchadores que han logrado mantenerse en el gusto de la gente y los ha llevado a estelarizar combates frente a estrellas del pancracio nacional.
“Alumnos tengo muchos, pero de los más destacados pueden ser Magnífico, Pitágoras Junior, Perfil, Core, son algunos de los que tienen muchos fanáticos y son muy buenos arriba del ring”, aseguró Nacho Zapata.
EVOLUCIÓN DE LA LUCHA LIBRE
Luego de casi 60 años en el ambiente luchístico, Don Ignacio Villarreal afirmó que la lucha libre ha evolucionado y que es algo muy notorio, debido a que en la actualidad cada vez es menos lo que se aprecia de verdadera lucha libre arriba de los encordados.
“Poco a poco se ve menos el llaveo contra llaveo, de hecho, es algo que a veces provoca que la afición se aburra, quieren ver muchos vuelos y castigos, por eso cada vez son más los luchadores que quieren ser aéreos”, comentó.
La lucha libre no solo se trata de ejecutar los movimientos correctamente, sino también a recibirlos de manera en que los luchadores eviten lastimarse, por lo que el profe Nacho Zapata asegura que es algo fundamental que sus pupilos lo aprendan y estén seguros al realizar algún movimiento.
“Los chavos delgados llegan y lo primero que quieren hacer son topes o vuelos, yo les digo que primero deben estar conscientes de que es su vida la que está en riesgo y no por que vean a compañeros ejecutando los vuelos en la televisión quiere decir que es fácil, requiere mucha práctica”, sostiene el entrevistado.
Nacho Zapata, pudo confirmar que dejar su empleo rutinario para dedicarse a la lucha es una de las cosas de las que no se arrepiente para nada, pues este deporte le permitió vivir muchas experiencias buenas y solventar los gastos de su hogar, así como la educación de sus hijos.
“No me arrepiento de nada, la lucha me regaló momentos increíbles y me hizo muy feliz; no era rico, pero vivía cómodamente”, dijo.
Finalmente, en el año 2009, se tiene el registro de la última lucha de los Médicos como pareja, la cual se llevó a cabo en la Arena Juba, y con la cual, ambos decidieron finalizar sus carreras como luchadores profesionales.
Nacho Zapata agregó que hasta la fecha sigue activo en el deporte, ahora desde otro ángulo, coordinando cada encuentro y ayudando a Arturo Serna con la programación de cada evento de lucha libre en la Coliseo de Reynosa.