
Imagina que tu misión es apoderarte de la base enemiga, cuentas con cuatro soldados bajo tu mando confiando en tu espíritu de competencia y tus capacidades de líder para obtener la victoria con el menor número de bajas posibles. Todo inicia con… tres, dos, uno ¡fuego!
Pasar una tarde de diversión lejos del bullicio de la ciudad, con la familia o amigos en un escenario salvaje y esquivando las balas enemigas, es una experiencia llena de adrenalina que se puede vivir a tan sólo cinco minutos de Monterrey.
En esencia, el gotcha es un juego de conquista y estrategia que permite desarrollar habilidades físicas e intelectuales, donde el ingenio, imaginación, crea-tividad y trabajo en equipo son fundamentales para lograr el triunfo.
Además es clasificado como deporte extremo, pues el fin del juego es eliminar o marcar a los integrantes del equipo contrario con las balas que son cápsulas de pintura lanzadas por pistolas neumáticas que operan a base de gas comprimido.
Y el escenario del gotcha La Roca, ubicado en la Carretera Nacional, antes de Los Cavazos, no puede ser mejor: autos volcados, zanjas, maleza, trincheras de madera, tambos o llantas en una hectárea convierten el lugar en uno de los más amplios y divertidos de su tipo.
“Ayuda mucho, tanto a personal de empresas como a niños, a desahogarte y trabajar en equipo, a crear liderazgo. Es un deporte muy bonito, no duelen los impactos, hay que quitarse ese miedo, pues tenemos las medidas de protección, que incluyen peto (chaleco), careta y las pistolas marcadoras”, dijo el propietario, Ricardo Cavazos Galván.
Como fiel guardián del exuberante paisaje que se aprecia desde las ventanillas del coche, la vena de asfalto que parece no terminar su camino rumbo al sur lleva a gotcha Las Rocas.
“Con nosotros pueden jugar hasta 50 personas y para que no se sientan amontonados tenemos un campo de cerca de una hectárea. También tomando en cuenta que es un lugar tranquilo y accesible. En los últimos años ha tenido (el gotcha) un auge impresionante en los regios”, indicó Cavazos Galván.
Compañerismo y juego limpio son los ingredientes necesarios para subsistir a los ataques del equipo contrario, en medio de un campo perfectamente diseñado para hacer el ambiente más ideal a la hora de iniciar la competencia.
“Es muy importante mencionar que no se juega contra otras personas sino con el grupo de tus propios amigos, para lograr una convivencia sana”, agregó Cavazos Galván.
Dentro del gotcha existen muchas opciones de juego, desde equipos hasta individuales; con misiones diversas y dinámicas diferentes, desde luego la ambientación logra que no se vuelva monótono.
“Tenemos cerca de ocho juegos diferentes. Los más comunes son toma de bandera, que consiste en atrapar el estandarte del enemigo y llevarlo a campo propio. Otro es el de eliminación total, donde se enfrentan los dos equipos y quien recibe un impacto va saliendo del juego hasta que queda un ganador.
“En esta modalidad hay variantes. La mayoría de las personas opta por eliminar luego de cualquier impacto, así como también hay quien valida solamente los impactos en el pecho o la careta, eso ya es opción de cada uno de los clientes”, agregó Osvaldo Alvarez, gerente del lugar.
Paintball (bola de pintura), como también se le conoce al deporte, no solamente es para las personas con desarrollada condición física o cierta edad, sino para quien desee salir de la rutina y vivir momentos de acción y mucha adrenalina.
“Lo puede jugar desde una persona de ocho años y no hay limite de edad, tanto hombres como mujeres, a veces las mujeres son mejores que los hombres, realmente se desinhiben más. Puede venir a jugarlo quien quiera.
“No es tan importante la condición física, pues es un deporte que se juega a como se sientan capaz. Obviamente si es una persona con mucha condición física y todos sus amigos tienen mucha condición se puede jugar más rápido a diferencia de los que no tienen tanta condición física, ellos pueden jugar más lento, más de estrategia”, comentó Cavazos Galván.
El clima para muchas personas puede ser un factor que impide salir de casa, pero para otras es el momento propicio para divertirse y darle al cuerpo esa dosis de adrenalina y acción que necesita para relajarse después de días de trabajo.
“El clima no impide jugar, nuestro equipo no se daña si se moja o se enloda, hay mucha gente que viene aquí más en días de lluvia, por que el campo se convierte en un escenario más real. El que esté lloviendo o lodoso se disfruta más en la competencia”, dijo el joven propietario de La Roca.
Este lugar es uno de los más grandes que hay en Nuevo León, con siete años de experiencia y el único que cuenta con un escenario real en todo el terreno como bunkers, pozos y escondites. Además han sido testigos de cómo ha crecido este deporte en Monterrey.
“Hace 15 años llegó a Monterrey y en los últimos cinco años ha crecido mucho, la gente se ha involucrado mucho, se han comprado sus propios equipos, se han hecho equipos profesionales que nos representan en Estados Unidos. Ya ha crecido demasiado”, añadió Cavazos.
El combate
La estrategia está marcada y el objetivo establecido. Se realiza la reunión con los “soldados” para acordar los métodos de ataque al fuerte opuesto antes de salir al campo de batalla.
En lo alto de una tarima, Osvaldo Álvarez vigila atentamente a los jugadores en su papel de juez. Con un altavoz da instrucciones y se mantiene atento a cualquier eventualidad y a cada momento insiste en que los jugadores mantengan las medidas de seguridad.
Después de que el juez da la señal de inicio, se siente cómo la adrenalina se apodera del cuerpo, mientras se busca introducirse del territorio enemigo. La maleza, el terreno irregular y el sonido de las balas zumbando cerca aceleran el pulso.
A unos 15 metros de distancia se ve a uno de los enemigos correr entre la hierba ¡es momento de la acción! Tres balas le pasan rozando el cuerpo, pero logra llegar a la protección de una tabla donde quedan marcados otros dos impactos de tinta naranja.
Repentinamente surge la primera baja. Se escucha el grito de “eliminado” y con expresión de tristeza uno de los compañeros sale del campo con dos impactos marcados en el pecho. El equipo tiene un soldado menos.
El juego se detienen un momento mientras sale el eliminado. El momento de la revancha está por iniciar.
Iniciamos el avance, pero metros antes de llegar a la base enemiga se sienten las cápsulas de pintura zumbar muy cerca del escondite. Sin embargo, la adrenalina impulsa y obliga a salir.
De repente se queda todo en silencio… y unos segundos después vuelve el zumbido de las cápsulas viajando a gran velocidad. La maleza se estremece y es indispensable buscar un buen refugio detrás de uno de los autos volcados.
Una vez más la estrategia cambia. Intentando hacer frente al enemigo, un soldado prepara su arma mientras el rival se mueve a una distancia de escasos 20 metros. No lo sabe pero está a punto de ser eliminado; se escucha el accionar del gatillo en hasta 8 ocasiones (cada arma tiene 200 cápsulas) y una de ellas hace blanco en la careta del atacado, justo en medio de los ojos. Nuevamente se escucha el grito “eliminado”.
Antecedentes
El Paintball nació en Estados Unidos en 1981. Gurnsey, Noel y Gaines lo crearon al ver unas pistolas que lanzaban pintura para marcar el ganado. La primera partida de gotcha fue en junio de 1981. Poco a poco este nuevo deporte fue creciendo, creándose campos como el de Rochester, Nueva York, en 1982.
Fue entonces cuando se les ocurrió hacer una versión civil, en la que con las mismas pistolas se dispararan cápsulas de tinta deleble para así evitar que la ropa de las personas se manchara.
Aparecieron las primeras empresas que se dedicaban a distribuir productos relacionados. El Paintball llegó a Australia en 1984 y a Inglaterra en 1985. En 1988 se creó la IPPA (International Paintball Players Association), el deporte fue expandiéndose por todo el mundo, sobre todo Europa, con numerosas competiciones y ligas locales, nacionales y mundiales.
Este deporte llega a México aproximadamente en 1987, y actualmente cuenta con diferentes campos inscritos en la Asociación Nacional de Supervivencia A.C. (ANSAC) institución que se encarga de regular todos los torneos en este deporte.
El equipo consta de una pistola de aire, cápsulas de pintura, la careta, que es lo más importante porque protege los ojos, la nariz, boca y oídos, y un chaleco o chamarra gruesa..
Los impactos que encuentran en su camino un brazo o una pierna, incluso la cabeza, no duelen más que aquel pedazo de naranja impulsado con una liga en el juego denominado “ligazo” con el que jugaban nuestros padres. No incomoda ni a los niños que son de los principales clientes en La Roca.
Y volviendo al juego, mientras una suave lluvia comienza a caer, también los jugadores enemigos van perdiendo la batalla. Al quedar su número reducido es posible plantear la estrategia de rodearlos, de ir atacándolos uno a uno.
La misión está por concluir pero el enemigo no va a rendirse fácilmente. Logra abatir a uno de los nuestros, pero los otros cuatro lo rodean por los flancos.
Es cuestión de tiempo para que caiga y no le queda otra que tomar una acción desesperada: sale corriendo y disparando a todos lados rumbo a un mejor escondite, logra impactar a otro de sus enemigos pero un par de metros antes de llegar al refugio, cae abatido por las balas.
El juego concluye pero la diversión continúa, porque llega la satisfacción de platicar las anécdotas llenas de aventura y diversión, los comentarios sobre cada uno de los movimientos y, de esa manera, reforzar, el compañerismo, el trabajo en equipo y desde luego, la sana convivencia.