Y lo hizo venciendo nada menos que al quíntuple campeón, el suizo Roger Federer, en cinco sets, 6-4 6-4 6-7 (7/5) 6-7 (10/8) y 9-7, en cuatro horas y 48 minutos, siendo la final más extensa en la historia de Wimbledon.
De esta forma, Nadal logra su quinto título de Grand Slam y el primero en una superficie distinta a la de Roland Garros.
A su vez ha impedido que Federer superara el récord que compartía con el sueco Bjorn Borg, con cinco títulos consecutivos en Wimbledon.
Previendo este desenlace, varios medios británicos sugerían que en esta decimotercera jornada del Abierto, podía producirse una situación similar a la que experimentó precisamente Borg.
En 1981 buscando su sexto triunfo sobre el césped londinense, fue derrotado por el estadounidense John McEnroe, quien en ese momento, como Nadal ahora, era el número dos del mundo.
Rafael Nadal se convierte además en el segundo español en conquistar Wimbledon, luego de que su compatriota Manolo Santana lo ganara en 1966.
EL PARTIDO
La final empezó con todo. Como se esperaba habiendo tanto en juego. Dos enormes jugadores en procura de la gloria.
En el programa diario del torneo, el colega británico Ronald Atkin, que firma el comentario de cada jornada, escribió: “hay un cheque de 750 mil libras -el equivalente a aproximadamente US$1.500.000- esperando al ganador, pero aquí no se trata del dinero, se trata de hacer historia”.
La demora en el inicio debida a la lluvia, hizo tal vez que aumentaran las pulsaciones de Roger Federer y Rafael Nadal, y de allí la intensidad de las primeras acciones.
Aquí no hubo sondeos previos, los dos se lanzaron en pos del otro con todo el talento que poseen y que es mucho.
NADAL GANA LOS DOS PRIMEROS SETS
De pronto la primera gran sorpresa, Nadal lo quiebra a Federer, en el segundo juego de servicio del tenista suizo y luego salva un punto de quiebre para adelantarse 3-1 en el tanteador.
El joven de 22 años nacido en Manacor, Mallorca, logró mantener la ventaja hasta el noveno juego en el que sacó para ganar el primer set. Fue apasionante, Nadal salvó dos puntos de quiebre, y a su vez, pudo concretar recién la tercera oportunidad de set que dispuso, y se llevó de esa manera el primer parcial.
Algo fundamental para su difícil objetivo de impedir que el número uno del mundo ganara su sexto título consecutivo. A esta altura, uno se preguntaba cómo iba a reaccionar Federer ante esta incómoda situación.
Y el poseedor de 12 títulos de Grand Slam, vaya si reaccionó. Para demostrar que aún no había nada definido, jugando un tenis impresionante, lo quebró de entrada a Nadal y rápidamente sacó una ventaja de 3-0 primero y luego de 4-1.
Sin embargo, el cuatro veces campeón de Roland Garros, ratificando que ya a esta altura la hierba no es un problema para él, logró recuperar el quiebre en el séptimo juego, y con esfuerzo, mantener su servicio en el siguiente.
La final llegó a un momento de extrema tensión, cuando a continuación Nadal jugando por lo general sobre el revés de su rival, quebró nuevamente a Federer, se puso 5-4 arriba y ganó el segundo set.
A estas alturas, todos los comentarios que se hicieron luego de la “paliza” que el número dos le había dado al uno en París, volvieron a reflotar, dado que el quíntuple campeón estaba muy cerca de ser derrotado en “su propia casa”.
Pero como dijera el mismo Federer en su última conferencia de prensa “no me eliminen tan rápido”.
LA REACCIÓN DE FEDERER NO ALCANZÓ
El joven de 26 años nacido en Basilea, desperdició numerosos puntos de quiebre durante el tercer set, pero a su vez Nadal tuvo su momento para ponerse adelante y no lo aprovechó, y así se llegó al 5-4 en favor del número uno, cuando la lluvia obligó a interrumpir el juego.
En la reanudación, y ya en el tie-break, con un primer saque impecable y cuatro aces, Federer achicó las diferencias y con ello volvieron sus oportunidades para una nueva victoria.
El cuarto set no tuvo desperdicios, especialmente por lo sucedido en el tie-break, en donde primero Nadal sacó una ventaja de 5-2, luego tuvo dos puntos de partido y finalmente Federer se lo llevó por 10-8 en medio del delirio de los espectadores, testigos de una final fantástica.
Quinto set con toda la carga emocional que implicaba, totalmente parejo y jugado con la misma intensidad del inicio.
Pero cuando estaban igualados en dos y 40-40 con el saque de Federer la lluvia hizo nuevamente de las suyas. Al volver, la lucha siguió siendo pareja, con jugadas extraordinarias, imponiéndose finalmente Nadal en forma ajustada pero merecida por 9-7, ya que en Wimbledon no hay tie-break en el último set.
LA CEREMONIA
Luego de ganar el último punto, Nadal se arrojó sobre el césped, saludó a su tan digno vencido, y corrió a las tribunas para abrazarse con sus padres y con su tío y entrenador; luego en el palco real saludó al Príncipe Felipe y su esposa Leticia.
Posteriormente el duque de Kent le hizo entrega del codiciado trofeo. Un sonriente pero evidentemente amargado Roger Federer tuvo como era de esperar palabras de elogio para Nadal.
“Traté todo, pero llegué un poquito tarde a todo, pero Rafa es un gran campeón y se lo merece; la lluvia complicó todo y de esa forma tuve al rival más difícil en la peor cancha posible, pero volveré el año próximo para intentar ganar”, dijo Federer.
A su vez un emocionado y súper alegre campeón, volvió a mostrar el respeto que tiene por Roger Federer.
“Imposible describir lo que sentí al ganar el último punto, estoy muy feliz, es mi torneo preferido, el que siempre soñé con ganar; felicitaciones para Roger, el es increíble, ganó cinco veces y yo solamente una, él es el número uno del mundo”, reconoció Nadal.
Con este resultado las posiciones en el ranking se mantienen, pero obviamente ahora Nadal se acerca más que nunca al lugar que ambiciona ocupar desde hace tres años.