El viaje del “Tano” concluyó en el mismo lugar en el que comenzó hace nueve años. Antonio De Nigris visitó por última vez su verdadera casa futbolística. Fue un nómada del balompié, pero hasta que emigró de los Rayados. Además de México, jugó en Colombia, Brasil, España, Turquía y Grecia. Nunca pudo establecerse plenamente en otro lugar, porque su corazón siempre fue regiomontano.
Los seguidores del Monterrey lo saben. Por eso, el pasado domingo 22 de noviembre acudieron a la misa en su honor celebrada en el Estadio Tecnológico. Fueron poco más de 15 mil aficionados, la mayoría con camisetas que tenían estampada la imagen de Antonio.
Sonia Guerra, viuda del “Tano”, apareció detrás de una portería con la urna de mármol que contenía las cenizas de De Nigris. El llanto fue inevitable, como inevitable fue la última vuelta olímpica en el Tec.
Sus hermanos Alfonso y Aldo recorrieron el tartán, mientras los aficionados desahogaban toda su tristeza.
“No se va, no se va, el ‘Tano’ no se va”, retumbó el coro impactante en el inmueble.
A lo lejos, Miranda, la pequeña hija del ex goleador, se aferraba a su madre, quien aguantaba estoica las emociones.
Hasta que las cenizas volvieron a sus manos. Entonces sí, Sonia no resistió más y se arrodilló en la cancha.
“Sabemos que está con Dios y pedimos fuerzas para poder superar esto”, dijo Aldo De Nigris, antes de derramar la enésima lágrima por su hermano.
El plantel de los Rayados estuvo presente, así como el cuerpo técnico, directiva y amigos.
Ricardo “Tuca” Ferretti, director técnico de los Pumas, también asistió a la ceremonia eucarística, que fue oficiada por el Cardenal Francisco Robles, arzobispo de Monterrey.
Directivos del Larisa griego, último equipo del atacante, viajaron hasta la Sultana del Norte para acompañar al jugador en el que depositaron su confianza hace apenas algunos meses. Se encontraron con un inusual amor de la familia De Nigris hasta su institución.
Algunas de las personas queridas por el “Tano” dejaron a un lado la camiseta blanquiazul del Monterrey. Llegaron al Tec enfundados en la playera guinda o en la blanca del Larisa.
No era momento de rivalidades. Algunos aficionados de los Tigres también quisieron estar presentes en la despedida de Antonio. Se unieron al homenaje, sin importar lo antagónica que es su pasión.
Tampoco había pretextos para no ir. Niños, jóvenes, mujeres embarazadas, ancianos, personas con capacidades distintas… Todos honraron la memoria del viajero que no conoció fronteras. Aplausos y vítores mientras sus hermanos lo cargaron alrededor del lienzo verde.
La travesía concluyó en el origen de todo. El Tecnológico se le rindió a un rayado de cepa, a un Marco Polo del futbol. Esta vez, Antonio permanecerá muy cerca, en el interior de cada palpitante corazón blanquiazul.
–¿Dónde estaban los directivos de la FMF?
Ningún representante de la Federación Mexicana de Futbol (FMF) estuvo presente en la misa en honor a Antonio de Nigris. Desde la noche del viernes, cuando los restos del internacional mexicano arribaron a Monterrey, nadie se acercó a la familia del ex delantero, incrementando de manera considerable las críticas por su falta de solidaridad en momentos difíciles para los De Nigris.
EL MEJOR HOMENAJE
Un día antes, cuando los globos blancos fueron soltados desde la cancha del Estadio Tecnológico, pocos pudieron contener el llanto. Fue el homenaje póstumo a Antonio De Nigris el hombre que se fue físicamente hace una semana, pero permanece en los corazones de un pueblo que anhela el título de Liga para ofrendárselo.
Tarde de sentimientos encontrados en la capital neoleonesa. Alegría por la presencia de los Rayados en la Liguilla, pero gran tristeza al recordar que el “Tano” partió intempestivamente.
Igual que esos globos soltados por manos de compañeros y adversarios. La rivalidad pasó a segundo término, al menos durante la ceremonia.
Qué importó el silbatazo inicial de Ricardo Arellano. La Adicción continuaba vitoreando al ex delantero del Monterrey y muchos aficionados aún se secaban las lágrimas con los pañuelos blancos que fueron repartidos en las puertas del inmueble.
Antonio lo consiguió. Como en aquellas tardes cuando era el ariete rayado, el Tec se le entregó sin ningún miramiento.
Y es que ningún pique de Aldo De Nigris tuvo mayor intensidad. El delantero de los Rayados fue el jugador más destacado de su equipo, pero corrió desenfrenado para festejar el gol con el que le daba la victoria a su equipo frente al América en el partido de ida de los cuartos de final del futbol mexicano.
“Este gol no se me va a olvidar nunca. Es el partido más difícil que he jugado, por todo lo que se vivió durante la semana, algo muy desgastante”, reconoció.
El delantero Rayado reconoció que la muerte de su hermano le sirvió de inspiración.
“Siento que el espíritu de Toño estuvo aquí conmigo… sobre todo cuando corrí a festejar el gol del triunfo”, indicó.
Sus hermanos fueron quienes recibieron físicamente el cariño de la gente. Aldo fue aplaudido como nunca antes. Era el jugador a seguir, más allá de lo que realizara en el partido. Alfonso optó por permanecer en la cancha. Su presencia en la tribuna desataría un descontrol que complicaría la logística del encuentro.
Estuvo atrás de la portería sur durante el primer tiempo… Hasta que personal de la Federación Mexicana de Futbol lo corrió del terreno de juego.
El mayor de los hermanos De Nigris recibió un permiso especial por parte de la directiva del Monterrey para observar el duelo desde la cancha. La intención era festejar con Aldo, si marcaba algún gol. El delantero cumplió con su parte, pero la FMF impidió que se cumpliera el deseo.
Alfonso vio el segundo tiempo desde un palco, donde gritó y lloró inconsolablemente tras la anotación de su hermano.
“Tano” volvió a robarse en ese momento toda la atención. Aldo era quien celebraba, pero la afición vitoreaba a Antonio.
Los pañuelos blancos con su rostro impreso reaparecieron, al igual que las lágrimas en muchos aficionados regios.
“Tano eres grande. Ahora juegas en el equipo de Dios”, se leyó en una de las muchas pancartas que aparecieron en las tribunas del coloso regio, mientras se festejaba el gol de los Rayados.
Apenas unas horas antes, la familia De Nigris asistió a la misa de cuerpo presente que se ofició por Antonio. El llanto fue inevitable, al igual que después del éxito de Aldo, con el gol.
Eso explicó lo intenso que fue el grito cuando el balón besó la red. Todo el Tecnológico anhelaba un tanto de De Nigris para ahora sí desahogar esa tristeza.
El puñado de americanistas que asistió al encuentro fue el único sector de la tribuna que no saltó. Su equipo fue comparsa en el homenaje, pero ellos jamás imaginaron que también lo serían en el duelo. Claro, sin intención.
Los últimos globos blancos fueron soltados cuando se oficializó la victoria del Monterrey. De inmediato, personal del Tecnológico comenzó a preparar todo para la misa que este mediodía se ofrecerá en su honor. Porque “Tano” no se fue… Los Rayados están convencidos de que los empuja rumbo al campeonato y quieren complacerlo en la Tierra.