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Con ayuda divina

28 de diciembre de 2009 por Guadalupe Carranza

La tercera fue la vencida. Tras haber disputado dos finales del futbol mexicano en cinco años durante los torneos invernales, finalmente el equipo del Cerro de la Silla pudo coronarse campeón para el Apertura 2009.
Luego de una buena temporada y una excelente liguilla en donde permanecieron invictos, los Rayados gratificaron a su afición con la tan ansiada copa, para prácticamente enloquecerlos con su llegada a la ciudad.
Cabe mencionar que en el camino al título representó para la Pandilla una conjugación de sentimientos, mientras la alegría de estar dentro de la lucha por el campeonato llegaba, la tristeza inundaba los sentimientos al darse a conocer el deceso de Antonio De Nigris, uno de los jugadores que llevaron gloria para el conjunto.
En tanto, su técnico Víctor Manuel Vucetich pudo consolidarse con un 100 por ciento de efectividad en finales llevando así a su equipo a hilvanar su tercera estrella en la playera a rayas.

ENDEBLE ARRANQUE
El comienzo del torneo Apertura 2009 no fue uno de los que mejor pintaba para el equipo de los Rayados del Monterrey, y es que la pretemporada de cara a este torneo que incluyó cinco partidos amistosos no fue del todo contundente llevándose dos victorias, un empate y dos derrotas, variando en cada uno de ellos el esquema de juego.
Aunque este no era el único factor, las lesiones diezmaron el arranque dejando bajas importantes, Luis Pérez presentaba una molestia en la parte posterior del muslo derecho, Jesús Arellano recién salía de una operación de la rodilla izquierda, además de que Humberto Suazo se quejaba de su tobillo derecho.
Sin embargo, el vasto plantel armado con la intención de competir en el torneo de liga y la Copa Sudamericana –misma que finalmente se canceló– hizo que los del Monterrey tuvieran una banca confiable. El comienzo de una nueva temporada para los albiazules era dudoso, pero su director técnico Víctor Manuel Vucetich tenía la certeza de que su plantel podía dar la cara.
“Yo creo que el primer partido va a ser un parámetro muy interesante de cómo estamos. O sea, desde mi perspectiva veo bien al equipo, motivado, creo que hoy día tengo un conocimiento más claro del plantel y que se ha dado secuencia de trabajo. Es obvio que hay más posibilidades de poder arrancar mejor”, dijo justo antes del primer partido del torneo invernal.
En la primera jornada, Rayados apenas pudo adjudicarse un punto a su cosecha con el empate que sacaron de visita a los Indios de ciudad Juárez; después vino un 3-0 en casa, para llevarse la primera victoria de la temporada frente a los rojinegros del Atlas de Guadalajara.
En el camino sus números fueron mejorando, luego de 17 encuentros La Pandilla se quedó con nueve victorias, tres empates y cinco derrotas. El estadio Tecnológico fue importante al colocarse como el sexto mejor equipo local, aunque sin duda la barra rayada que los acompañó en cada uno de sus juegos de visita fue factor, quedando así como el tercer equipo que tuvo mejores resultados en actuaciones lejos de su plaza.
Asimismo, su defensiva fue la segunda mejor del torneo regular al sólo recibir 16 tantos en sus redes, lo que representó menos de un gol por encuentro. En lo que a la ofensiva respecta los albiazules se colocaron en sexto lugar de los 18 equipos que disputaban la copa, llevando a su cuenta 27 goles a favor, de los cuales ocho se concretaron en el primer tiempo y 19 en los 45 minutos restantes.
El segundo tiempo sin duda fue lo suyo, sus principales anotadores, Aldo De Nigris y Humberto “Chupete” Suazo salieron más inspirados después del descanso y con las observaciones que seguramente su estratega les hacía en vestidores, de los siete goles que sumaron cada uno dentro de la fase regular, De Nigris firmó seis después del minuto 45, mientras que el chileno todos los concretó tras la primera mitad.

AYUDA DIVINA
La fase regular terminaba para Rayados con la buena noticia de que eran uno de los invitados a la fiesta grande del futbol mexicano, el primer partido de liguilla ya estaba programado para el 21 de noviembre, en donde recibirían en casa a las Aguilas del América; sin embargo, una intempestiva noticia pegaba en el ánimo, Antonio De Nigris, delantero que debutó con el Club de Futbol Monterrey, había muerto.
El dolor que provocó la noticia no era para menos, y es que su hermano el también delantero, Aldo De Nigris, se encontraba activo en el equipo y esto afectaba su concentración de cara a cuartos de final. La pena fue inmensa, pero también representó un factor más de motivación para la historia que estaba por escribirse.
“Yo quiero jugar, si no juego, se me va a aparecer Toño y me va a golpear. Cada error que yo cometía en la vida me acordaba de él (de Toño) porque era quien me regañaba, él era quien me guió. Yo creo que le voy a dedicar toda mi vida, siempre me hablaba cuando hacía gol, siempre me hablaba para felicitarme”, dijo Aldo en su primera aparición ante los medios después del deceso de su hermano.
A partir de ese momento todo fue por Toño, aunque la tristeza parecía ensombrecer a Rayados, el 1-0 con el que aventajaban al América en el Tec precisamente con gol de Aldo De Nigris, iluminaba las esperanzas de la afición. Su familia con una mezcla de sentimientos presentía que la ayuda divina estaba en la cancha.
“Se le metió Toño a Aldo. Ya lo había dicho Aldo cuando yo estaba en Grecia, que se sentía muy fuerte, que hizo tres goles en un interescuadras, y hoy, la primera que tuvo la metió. Sin duda, esto es cosa de Dios, es cosa de Toño y gracias por todo”, mencionó Alfonso De Nigris, luego de atestiguar la anotación.
Las lágrimas en el rostro era el común denominador que se podía ver en las butacas, era la alegría de los hinchas de ver a su equipo victorioso y la incredulidad de que Aldo sacara fuerzas de flaqueza para tratar de cumplir uno de los sueños de su hermano: ser campeón con los Rayados.
Con una impresionante marca los del Monterrey siguieron su pasó por la liguilla, frente al América se quedaron con un gol de ventaja en el marcado global. El siguiente rival, los Diablos Rojos del Toluca a quienes con un marcador total de 3-1 eliminaron en su casa, quedando así en el pasado el desagradable sabor de boca desde el Apertura 2005, cuando los choriceros les arrebataron la gloria de levantar el título en el estadio Tecnológico.
Luego de despachar a quienes ostentaron el primero y tercer lugar de la tabla general durante la fase regular, su cita con la final estaba pactada, los cementeros de la Cruz Azul ansiando un título de liga que desde hace más de una década no saboreaban.
En una final inédita pintada por ambos bandos de azul y blanco, las estadísticas no eran del todo favorables para los capitalinos a pesar de que llegaban por encima en la tabla general, y es que el equipo ahora comandado por Enrique Meza nunca había vencido a los del Cerro de la Silla en la fiesta grande.
En tanto, en la guerra de técnicos también los Rayados se quedaban con ventaja, y es que su estratega Víctor Manuel Vucetich ostentaba tres títulos obtenidos por tres finales disputadas, mientras que “El Ojitos” Meza de seis duelos en finales apenas había acumulado tres copas.
Los números ya habían hablado, y aunque parecían contradecirse durante los primeros 45 minutos del encuentro de ida en el estadio Tecnológico, las cifras que los regios ostentaron durante el torneo regular estaban por hacer su parte. Tras irse al descanso con un 3-1 a cuestas, siendo el único de ventaja producto de un autogol, un disparo desde el área al minuto 47 por parte de Humberto Suazo descongelaba a la afición que soportaba la lluvia y los nueve grados de temperatura.
Sergio Santana al 71 y nuevamente “El Chupete” al minuto 88, dieron la vuelta al encuentro para llevarse la diferencia de un gol de los primeros 90 minutos de la final del Apertura 2009. Los cementeros confiaban remontar en casa, los primeros 45 minutos de la vuelta el marcador no se movió, pero al minuto 54 el inspirado Aldo De Nigris hacía que los regios vislumbraran cada vez más cerca la copa.
La tensión y nerviosismo se apoderó de la hinchada neolonesa cuando Alejandro Castro prendía el 1-1 a los 79 en redes rayadas; sin embargo, justo al filo del silbatazo final “El Chupete” amarró el título al superar en la salida al portero cementero.
Con una sorprendente marca los de Monterrey consiguieron salir invictos en la liguilla, anotando 11 goles, nueve de los cuales se consumaron en el segundo tiempo. Humberto Suazo y Aldo De Nigris continuaron con su estafeta de goleo al anotar para su equipo cuatro tantos cada uno.
Sin duda la ayuda divina pesó, y para él fue la dedicatoria de esta segunda estrella. “Pasamos momentos muy difíciles mi familia y yo. Sacamos el carácter que él (Toño) me dejó, lo que me enseñó, estuvo en mí en este partido y en todos los partidos. Creo que lo sentí en la cancha y se reflejó en el marcador. Mi hermano es mi ángel y estará siempre, toda la vida”, dijo Aldo ya con camiseta de campeón.

CONCRETA PLANES
Luego de que Rayados se alzara vencedor del máximo circuito mexicano en el Clausura 2003 bajo el mando de Daniel Passarella, el desfilar de estrategas se pudo ver tanto en el Cerrito como en El Barrial a fin de encontrar quien los hiciera llevar la copa a casa de nueva cuenta.
Hugo De León, Sergio Orduña, Gerardo Jiménez, los lavolpistas Miguel Herrera e Isaac Mizrahi, incluso el mismo Ricardo Antonio La Volpe tomó el control de los albiazules. Los resultados no fueron los esperados, y tras anunciarse el cese de este último el Club de Futbol Monterrey presentó durante los primeros días de 2009 a Víctor Manuel Vucetich como timonel.
Con un contrato de seis meses con opción a extenderlo el mexicano tomó las riendas de la planilla de jugadores con la certeza de que un plantel con estas características tenía todo para ser campeón, o al menos para conseguir un boleto a la liguilla.
“Esperamos que los resultados se empiecen a dar a corto plazo, porque esto no es a largo plazo, entonces tenemos que estar conscientes de esta situación, pero muy comprometidos y seguros de lo que se tiene que hacer”, manifestó al ser presentado.
Y cumplió, al terminó de esa temporada el director técnico entregó dignas cuentas a la hinchada al llevar al equipo hasta cuartos de Final, esto significó además su permanencia al frente de los albiazules.
“Reiteramos que jamás hemos tenido duda (sobre renovar con Vucetich), simplemente son formas que se van desarrollando, se llegó a un acuerdo para darles a conocer a la afición y a ustedes que estamos en un entendimiento claro para buscar objetivos comunes y los más importantes y de manera institucional para todos”, comentó el presidente del club albiazul Jorge Urdiales.
Con apenas tres adquisiciones en el draft de cara al Apertura 2009, Omar Ortiz, Segio Santana y Duilio Davino, Vucetich cristalizó las palabras que a su llegada a La Pandilla pronunció: hay plantel para campeón.

PROYECTO DE FAMILIA
Desde pequeño Jorge Urdiales pudo vivir en el seno familiar lo que era la pasión por el equipo albiazul, las discusiones en donde su madre persuadía a don Leopoldo de que abandonara el proyecto del equipo de futbol resultaban en vano, el padre de fami-lia incluso puso a la venta algunas de sus pertenencias con tal de costear los viajes de los jugadores.
Los esfuerzos que la familia pasó hoy cosechan más frutos, las “vacas flacas” quedaron atrás y actualmente el Club de Futbol Monterrey disfruta el éxito por el que han trabajado. Antes de arrancar la recién concluida temporada Urdiales urgía a sus muchachos la necesidad de un nuevo triunfo, y su presagio se cumplió.
“Necesitamos más estrellas, queremos ponerle más estrellas a nuestro uniforme y en eso enfocamos nuestra tarea”, advirtió en ese entonces el presidente del Monterrey.
Con un rendimiento del 64 por ciento en la temporada, Víctor Manuel Vucetich ha hecho a los Rayados del Monterrey campeones, es por eso que el estratega hace honor a uno de sus motes, “Rey Midas”, y es que a menos de un año de haberlos tocado ha convertido a los albiazules en oro.

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