Estaba un día El Apuntador en el cine aprovechando el “miércoles de pobres” cuando nos cayó el veinte de que en la vida real existen historias mucho más tristes que cualquier film lacrimógeno.
Y no… no les estamos hablando de las notas que a veces saca nuestro compañero José Manuel Meza en HCN, el noticiero de televisión por Internet, que se transmite por el portal www.horacero.com.mx, mismas que, ya hablando en serio, han logrado ayudar a algunas personas.
Prueba de ello es el apoyo que las autoridades municipales de Reynosa otorgaron a una familia de muy escasos recursos, quienes sufren con la enfermedad de una de sus hijas y cuyo caso fue transmitido precisamente por nuestro compañero José Manuel en el noti que conducen Millette Vargas y Luis Orlando Sánchez.
Para que vean que el periodismo social en ocasiones sí funciona, la nota de Meza llamó la atención de una regidora reynosense quien de volada hizo las gestiones necesarias para que la niña y su mamá recibieran el dinero que necesitan para viajar y recibir el tratamiento adecuado en la Ciudad de México.
Da gusto ver que en ocasiones el presupuesto de las ciudades se utiliza para ayudar a quienes verdaderamente lo necesitan y si una nota en un noticiero ayudó para que las autoridades se dieran cuenta que había una niña con esta necesidad, entonces qué bueno que se transmitió.
Lo anterior prueba que, a veces, las notas lacrimógenas, mejor conocidas como periodismo social, no solamente sirven para levantar el rating, sino también para hacer un pequeño cambio en este mundo tan ingrato y volteado de cabeza.
Felicidades Manuel, te has ganado una estrellita en la frente, una carita feliz en tu cuaderno y lo más importante: saber que ayudaste a una niña que lo necesita.
Pero bueno, dejando a un lado el sentimentalismo –seguramente ya tengo a más de dos de mis lectores derramando las de cocodrilo–, déjenme decirles que en ocasiones los dramas no tienen finales tan felices.
Lo peor del caso es que estas tristes historias suceden cuando los medios de comunicación se suben a una torrecita de marfil, se sienten omnipotentes y se les olvida que existen gracias a los lectores y, en ocasiones, lo que redactan verdaderamente afecta la vida de las personas.
Tal es el caso de La Tarde de Reynosa, donde el pasado 17 de septiembre, en la página 2 de la sección A salió publicada una nota con la cabeza “Adversidad”.
Ahí se detallaba el lamentable suicido de un joven de 22 años de edad quien en vida se llamó Angel Alberto Aguilar Rodríguez.
Pues bien, resulta que en la citada nota el reportero de plano echó a volar su imaginación, escuchó los chismes de ésos que se oyen entre los vecinos metiches que se reúnen alrededor del lugar de una tragedia y armó una historia en la que aseguró que el joven tomó la triste decisión de quitarse la vida porque pertenecía a un hogar desintegrado pues su mamá vivía en amasiato con un hombre con el que el muchacho no se llevaba bien.
Y para cerrar con broche de oro, un gracioso de esos que nunca faltan en los periódicos, tuvo la ocurrencia de hacer referencia a la canción de “El gusanito”, esa que dice: “nadie me quiere, todos me odian…”, para explicar los motivos del hoy occiso.
Obviamente, cuando vieron la nota publicada, los familiares de Angel Alberto se inconformaron y su mamá, la señora Mirna Rodríguez Vela acudió a las instalaciones del periódico para exigir una rectificación.
¿Pero qué creen que pasó? Que la pobre mujer fue una vez y que no le hacen caso… decidió ir una vez más y nada… no fue sino hasta la tercera ocasión que alguien tuvo el tino de pasarla con Antonio “Toño” Martínez, director editorial de El Mañana de Reynosa, a quien, con lágrimas en los ojos le relató lo que había sucedido.
De inmediato “Toñó” mandó llamar a Ciro Andrés Ibarra, director de La Tarde de Reynosa, a quien le ordenó que elaborara una carta de disculpa, firmada por él, para la familia Rodríguez Vela.
En la citada misiva, que salió publicada el pasado 23 de septiembre en la página 5B, Ciro asegura que “es importante aclarar que la familia de la víctima, con justa razón, se inconformó por el manejo de la información al hacerse referencia a la canción de ‘El gusanito’, pues la pérdida de un ser querido no puede tomarse como una burla, por lo que ofrecemos una disculpa pública (sic.)”.
Al mismo tiempo en la carta Ciro reconoce que el dato de que la señora Mirna Rodríguez vivía en amasiato y que su hijo no se llevaba con su pareja es mentira, pues desde hace años la mujer está casada con el hombre que tenía una cordial relación con su hijo hoy occiso.
“Ante estas imprecisiones y errores en el manejo informativo La Tarde ofrece un disculpa pública a la familia”, finaliza la misiva que se publica en la Sección Apartado 14.
Llama la atención la publicación de esta carta pues es una de las pocas ocasiones (neta, raza, son contadísimas) en que ya no digamos que La Tarde de Reynosa, sino que un medio de comunicación de Reynosa reconoce que se excedió en el manejo de la información, ofendió personas y ofrece una disculpa pública.
Esta práctica, muy común en otros horizontes muy lejanos y mucho más avanzados que este caluroso terruño, debería de convertirse en moneda corriente en los medios tamaulipecos, pues existen publicaciones que creyendo que están siendo simpáticos o “es lo que los lectores quieren”, se burlan, humillan e insultan ciudadanos.
Basta leer las páginas de cualquier sección policíaca para darse cuenta que los juicios de opinión, el prejuicio y el menoscabo de las personas son los principales criterios con los que se redacta la información.
No lo negamos, es muy divertido ver casos como el que ya se conoce como “la borracha maromera” (¿lo recuerdan? “Jonás… Jonáaaaaas…), sin embargo a todos se nos olvida que esa chica, aunque cometió un delito (que ni siquiera era tan grave) tiene familia y ahora vive con la vergüenza de ser señalada en la calle.
Es algo muy parecido a lo que sucede en este infame espacio. A todo mundo le divierte, sobran quienes pasan los chismes con los que se nutre la información, pero eso sí, ¡que no le toque a nadie ser el protagonista de lo que aquí se publica! Porque entonces andan todos enojados preguntando: “¿quién $&/% es El Apuntador?”.
Bueno, suficientes moralinas por hoy que la verdad tanto sermón ya me dio flojera.
RETAZOS
¿No se han preguntando por qué esta parte de la columna se llama “retazos”? la verdad es que como no se me ha ocurrido un nombre mejor (y tampoco ando buscándolo) pues se lo dejo así, entonces se aguantan.
Bueno, volviendo a lo nuestro, va un coscorrón a la bella y graciosa Patricia Ochoa, diseñadora de Hora Cero, quien se desconcentró y pegó al revés el reportaje “El día en que el Zodiac´s se murió” en la pasada edición de Hora Cero.
Quien de plano se voló la barda fue el buen amigo Francisco Rojas quien en su noticiero “Al Aire con Usted” que se transmite de lunes a viernes a las dos de la tarde por 810 AM Radio Rey (¡goooooool! por el comercial), hizo un sorprendente descubrimiento arqueológico: que aunque en ese tiempo todavía no se inventaban los automóviles, en los tiempos de los aztecas ¡ya había agentes de tránsito!
Resulta que estaba comentando la actuación de los elementos viales en Reynosa, quienes al final de la pasada administración municipal andaban muy bravos molestando ciudadanos pero, con el cambio de gobierno, ya se habían calmado un poco.
Lamentablemente –y ese era el punto del comentario de Paco– de unas semanas a la fecha los amigos “tamarindos” ¡perdón! respetables elementos de la Dirección de Tránsito Local, han comenzado a descomponerse.
Fue en este momento cuando Paco dijo que los tránsitos “habían regresado a los tiempos prehispánicos”.
De inmediato los teléfonos de Radio Rey se llenaron de llamadas del Instituto Nacional de Antropología e Historia, la revista National Geographic y otras instancias quienes le pidieron a Paco que compartiera las evidencias que antes de la llegada de Hernán Cortés a México ya había elementos viales.
Quién sabe si les habrá dado estas pruebas, los mantendremos informados.
Pasando a otros temas, quien de plano se lleva el premio “poco tacto de la semana” es ni más ni menos que (fanfarrias por favor) Cecilia Pérez, quien cobra como directora de Comunicación Social del Ayuntamiento de la ciudad de Matamoros.
Resulta que hace unos días una escuela primaria de aquella población salió muy bien en la prueba Enlace, que evalúa el desempeño de los alumnos de la institución a nivel nacional.
En reconocimiento, el gobernador, Eugenio Hernández Flores, acudió a la escuela para entregar un choncho cheque de esos que da gusto recibir y que permitirá arreglar muchas de las carencias que tiene el plantel pues, me cuentan, está bastante fregadito.
Pues bien, me dicen mis chismosos que durante el evento, Cecilia estaba indignadísima, platicando con otros reporteros, cuando dijo que no era posible que “una escuela tan pobre y tan fregada haya ganado un concurso de ese tipo y recibiera ese dinero”.
Cuando la raza apenas comenzaba a levantar la ceja intentando comprender el comentario, Cecilia remató que no era posible que una escuela tan pobre y tan fregadita pudiera tener alumnos tan inteligentes, que esos nomás se daban en los colegios particulares y que seguramente el chequesote era una caridad del gobierno a una institución Región 4.
La verdad cuando escuchamos este comentario ya no supimos qué es peor: que Cecilia tenga ese tipo de prejuicios sociales o que de plano la directora de Comunicación Social del Ayuntamiento no esté enterada de las acciones que realizan las autoridades para las que trabaja.
O sea… tipo qué… we… te viste bien mal, Ceci… mala onda… bye a tu vida…
Para no dejar los rumbos de la Playa Bagdad, nos platican que en la nómina del Instituto Matamorense de la Cultura está apuntada una chica llamada Lidia Martínez, quien también conduce un programa en Canal 12 Comunicable de aquella ciudad.
Pues bien, hace unos días las autoridades del instituto levantaron un acta administrativa contra Lidia y varios de sus compañeros ¡por flojos! O sea que nomás estaban sin trabajar.
Lo más chistoso del asunto es que todos los sancionados se quedaron calladitos, apechugando el regaño menos Lidia, quien se inconformó de la manera más chistosa que pudo encontrar: dijo que a ella no la podían acusar de floja pues si no entregaba mucho trabajo en el instituto es porque tiene su trabajo en Comunicable.
O sea algo así como: “¿para qué me regañan?, yo tengo mi trabajo de verdad en Canal 12… aquí nomás vengo a cobrar…”.
De plano a veces el cinismo llega a niveles insospechados.
Pero como no todo en la vida es tenebra y comer prójimo, ahí les van unos socialitos que nos encargaron.
Quienes andaban de manteles largos, sacando sus vestidos de China Poblana y Adelita fueron las “Chicas superpoderosas”, Sandra Tovar de El Mañana de Reynosa, Rosalía Quintá y Norma Sánchez de Corpo Radio Gape.
Resulta que las muchachas tuvieron la idea de organizar una noche mexicana por lo que se vistieron con las prendas más típicas que hallaron en su clóset, se dedicaron a preparar tacos, tostadas y sopes y se la pasaron harto de contentos en su festejo.
Yo la verdad no fui porque no me invitaron (el sentido y unos cuates) pero de todas formas felicidades a las “Chicas superpoderosas” por su iniciativa.
Quien también anduvo de festejo por su onomástico fue Norma de León, ya que el pasado 19 de septiembre celebró con una fiesta en la palapa de Los Cabritos. Cuentan que el ambiente estuvo de lo mejor.
Una felicitación para Ana Olguín, de Corpo Radio Gape, quien el pasado 12 de septiembre también celebró su cumple con tremendo pachangón de ésos que dan gusto.
Otro que no se la pasó tan mal fue Aldo Hernández, quien fue una promesa en el periodismo y se echó a perder con los panistas, visto en el concierto de Santana en la Dodge Arena. Por supuesto, muy cerca del escenario, no con la pelusa de gradas. Claro, con todo el dinero que se ganó trabajando para los pillos del clan Cabeza de Vaca.
También andaba ahí Humberto García, el reportero binacional del programa Los Reporteros en la Mesa de Luis Alonso Vásquez, que se transmite los lunes en la 810 AM de Radio Rey y quien andaba celebrando el tercer aniversario de su segmento donde también participan Heriberto Deándar Robinson y Martha Isabel Alvarado.
Y no nos vamos sin la gustada pregunta de la quincena: ¿quién es la reportera de tele en una ciudad fronteriza, a quien los funcionarios ya no quieren invitar a los desayunos con la prensa pues luego le da por ordenarle a su camarógrafo que grabe a los reporteros mientras están comiendo quién sabe con qué intención?