
Hay voces que aseguran que antes del primero de julio algo pasará en México que impediría que el Partido Revolucionario Institucional regrese a Los Pinos tras doce años de ausencia. Algo similar a los hechos trágicos registrados el 23 de marzo de 1994 y que terminaron con la vida del candidato tricolor Luis Donaldo Colosio Murrieta.
En Tamaulipas, donde todo indica que el PRI se llevará el carro casi completo, los simpatizantes del Partido Acción Nacional están esparciendo ese rumor entre los electores para llevar agua a su molino.
Lamentablemente en el Estado hay un antecedente reciente de derramamiento de sangre y que pasó en 2010 a unos días de las elecciones con el asesinato del doctor Rodolfo Torre Cantú, quien era el abanderado del PRI a la gubernatura.
Por eso no extraña que el PAN, acostumbrado a sembrar el miedo, arrecie con ese rumor cuando falten menos días para la cita a las urnas, asegurando que la delincuencia operará para favorecer a los candidatos contrincantes, sobre todo del Revolucionario Institucional.
Por lo pronto y para enrarecer más el ambiente en Tamaulipas previo a los comicios, la justicia de Estados Unidos –país que ha hecho grandes negocios con el tráfico de armas en tiempos del PAN–, reactivó el caso pendiente en contra el ex gobernador Tomás Yarrington Ruvalcaba.
Resulta que el gobierno de Barack Obama, quien está muy a gusto con la derecha gobernando a su vecino del sur, solicitó que fueran confiscadas propiedades de
Yarrington Ruvalcaba en San Antonio y la Isla del Padre, Texas, valuadas en siete millones de dólares.
En dos solicitudes que presentaron dos fiscales federales, existe la sospecha de que esos bienes inmuebles se compraron a través de prestanombres, con dinero proveniente de actividades ilícitas cuando Yarrington Ruvalcaba fue gobernador de Tamaulipas entre 1999 y 2005.
Mientras procede esa doble petición procede, a quien ya le pusieron una etiqueta de indeseable en Estados Unidos con orden de aprehensión fue al empresario de la construcción victorense, Fernando Cano Martínez, muy ligado al ex mandatario, acusado de lavar dinero y conspiración para cometer fraude bancario, entre otros delitos.
Y ahora que el diablo anda suelto, Acción Nacional debería estar mordiéndose las uñas ante el crecimiento en las preferencias de Andrés Manuel López Obrador luego del primer debate, favoreciendo al resto de los candidatos en Tamaulipas, entre ellos Cuitláhuac Ortega Maldonado, aspirante al Senado.
El tampiqueño Ortega Maldonado está incrementando su presencia en el Estado y confía que López Obrador arrastre a los aspirantes de la fórmula del Senado y para
diputados federales, rompiendo con la polarización que existe actualmente entre PRI y PAN.
Por cierto, hace varios días el corrupto candidato del PAN a la senaduría, Francisco García Cabeza de Vaca, demostró que no tiene conectado el cerebro con la boca, cuando aseguró en Ciudad Victoria que Tamaulipas tuvo un gobernador adicto en la persona de Eugenio Hernández Flores.
Los reporteros asistentes a esa rueda de prensa no creían lo que escuchaban, ya que muchos recordaron que fue precisamente Hernández Flores el que protegió al
ex alcalde de Reynosa para que no se actuara en su contra, una vez que se comprobaron graves ilícitos en su corrupta gestión municipal.
La pregunta que se queda en el aire es: ¿cómo habrá recibido Hernández Flores esa atrevida afirmación de Cabeza de Vaca?
Hay que recordar que ambos, fueron vistos juntos en varios eventos oficiales muy felices y casi compadres, uno como entonces gobernador y otro como diputado local y líder de la bancada albiazul.
Seguramente Hernández Flores no conocía de cuerpo entero a este personaje que en Reynosa, antes de meterse a la política en las filas del PAN en 1999, andaba con una mano adelante y otra atrás; con amigos de la adolescencia –ahora muertos– metidos en la delincuencia y era perseguido por abogados acusado de varios delitos.
Hernández Flores, cuentan los mismos panistas, no ejerció ninguna acción penal a través de la Procuraduría de Justicia porque no quería meterse en problemas con el entonces secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, quien de no morir en un avionazo, pudo haber sido candidato del PAN a la presidencia de México.
El ex gobernador de Tamaulipas veía en Mouriño un aliado de haber llegado a Los Pinos, cuando en 2007 –año que se evidenció la corrupción de Cabeza de Vaca–, la figura de Enrique Peña Nieto todavía no agarraba vuelo y pocos apostaban a que el PRI tendría verdaderas posibilidades de regresar al poder.
Por eso mismo Hernández Flores se la jugó y quiso quedar bien con Mouriño. Y no se imaginó que ese personaje de apellidos Cabeza de Vaca seguiría moviéndose al amparo de la impunidad, protegido en la capital del país por personajes como el asesor presidencial Jorge Manzanera Quintana y Roberto Gil Zuarch, coordinador general de la campaña de Josefina Vázquez Mota.
En estos últimos años el corrupto ex alcalde siguió operando, enviando a sus hermanos José Manuel e Ismael, para hacer negocios ilícitos en las delegaciones federales, sobre todo en Sedesol y Comunicaciones y Transportes.
Una vez que se dieron a conocer los resultados de la reciente encuesta de Hora Cero, el PRI se levantó de la hamaca y puso a trabajar a sus soldados para evitar perder dos distritos que tienen encendidos los focos rojos: el 6 de Mante y el 8 de Tampico.
En el distrito 2 de Reynosa no hay riesgos. Reynaldo Garza Elizondo, del tricolor, va muy por encima del panista Humberto Prieto, quien se coloca en segundo lugar, mientras los demás se acomodarán en las butacas como espectadores, lejos de cualquier posibilidad.
Por su parte en el distrito 1 de Nuevo Laredo, la priista Verónica Flores González era el aspirante de su partido con la mayor preferencia (51 por ciento), por encima de otros bastiones del PRI como son Victoria y Matamoros.
Todos los partidos van a apretar fuerte ante la proximidad de la cita a las urnas, unos pensando en catapultar a Enrique Peña Nieto para llegar a Los Pinos; otros para evitar que el barco del PAN se hunda; la izquierda para que López Obrador suba y de la sorpresa, y el Partido Verde para terminar lo mejor posible.
Hay que recordar que en 2013 se renuevan las alcaldías y el Congreso del Estado, donde los verdes serán aliados del PRI y querrán exigir una posición al repartir las diputaciones locales.
Pero mientras tanto, lo primero es lo primero.