
“Venga a conocer a Reynosa. La ciudad está llena de baches, está muy polvosa en las calles y llena de basura. Sufre de cortes de agua semanales y sus camiones urbanos están bien destartalados. Hay miles de taxis y autos piratas. No se diga de la inseguridad, en cualquier momento hay bloqueos y balaceras”.
“Ahhh ¡y hace un calorón de la fregada!”.
Lo anterior es para hacer un promo televisivo, para que miles de personas conozcan nuestro “border way of life”. Un zoom hacia las casas abandonadas cercanas al puente internacional. Cut hacia una persona terminando de comer un elote y tirando el olote mientras camina.
¡Qué negativo! ¡Qué manera de ver el vaso medio vacío de agua chocolatosa que sale de mi lavabo!
No hagan caso del todo. Tenemos un lugar que se llama La Playita, cerca de la Bocatoma, que ya lo quisiera Monterrey y su “Riverside” a la Santa Lucía.
Sus grandes pulgas como la de Los Muros o la Jarachina no hay en todo el país, y con unos precios de ganga que ni Tepito ni la misma Pulga Hidalgo tienen.
Los restaurantes de acá tienen los mejores cabritos del Norte, sus tacos de carne asada compiten con los de Hermosillo. Aquí se inventó la papa asada. Te la sirven bien calientita con mantequilla, crema y un poco de carnita si quieres, y con totopos para disfrutarla.
Sus hamburguesas ya las quisieran los Whataburger de McAllen. Son a la parrilla y las especiales las sirven con tocinito picado, aguacate y salchicha asada. Todavía se pueden comer en las calles sin temor de ser asaltado, en un ambiente muy familiar.
Contamos con los mejores cines del país, o bueno con los segundos mejores. A veces nunca llegan los estrenos a las salas, pero el ambiente es formidable. Las tarjetas de descuento de Cinépolis y Cinemex son válidas para acumular puntos y tener palomitas gratis.
La tierra de “Chito” Cano, la de Ramón Ayala, el rey del acordeón, tiene muchas ventajas de vivir cerca de la frontera. Visite Periférico. ¿Ya lo conoce? No le pide nada al Mall de McAllen.
Si dicen que lo bonito de Reynosa es el otro lado, deben de saber que miles de personas aquí no cuentan con visa para cruzar pa’ allá.
Pero hay miles que sí tienen. De hecho hay muchos que nacieron allá y tienen la doble nacionalidad. También hay cientos que cruzan diariamente para la labor, en casas, pero también en trabajos decentes.
No se necesita ser muy cuerda para entender las matemáticas y saber que se pueden ahorrar muchos dólares de manera honrada, trabajando en la frontera y viviendo en Reynosa.
Aquí se puede vivir y luego cruzar el charco para trabajar en Texas todos los días. Para eso son los carriles sentri, para los que se desesperan al hacer la cola diaria, sobre todo en días feriados o Navidad.
Pero volvamos al vaso medio lleno. En Reynosa hay trabajo, y hablo del trabajo bueno. Miles de personas trabajan, viven y comen aquí, sin la necesidad de cruzar la border.
Hay cientos de maquiladoras que aprendieron que lejos de las inconveniencias normales de toda ciudad en crecimiento, sus obreros pueden hacer su vida normal, hacer familias para que sus hijos estudien en alguna de las diversas universidades.
The best are our people. Son gente trabajadora, amiguera, entrona, que no le saca al jale de todos los días.
Venga a Reynosa y no haga caso a todos esas cosas negativas que salen en las redes sociales. Hay muchas ventajas, aprenda a ver cuáles son.
A esta ciudad que lo tiene todo, hay que aprender a verla con otros ojos. No toda la culpa es del gobierno.
Tome usted mismo su escoba y empiece por su familia.
Por lo pronto dele una barridita al frente de su casa, que le hace mucha falta.