Contrario a lo que algunos pudieran pensar y asegurar, a casi un año de que Oscar Luebbert Gutiérrez asumiera la presidencia municipal de Reynosa, la relación de nuestra empresa editorial se ha desarrollado estrictamente dentro del terreno profesional, como en su momento lo hicimos con la administración del PAN y con otras pasadas de PRI.
Comenzamos 2008 sin tener una venda en nuestros ojos que nos impidiera ver algunos logros –sobre todo en pavimentación de calles– que los actuales funcionarios heredaron de los panistas, pero sobre todo fuimos testigos y comprobamos que los rezagos heredados por la pasada gestión superaron, por mucho, a los avances.
En lo personal, recibí la invitación para asistir a los tres informes y a la toma de protesta del corrupto ex alcalde de Reynosa, Francisco García Cabeza de Vaca, a la cual vino uno de los hijos de Martha Sahagún de Fox, pero nunca me hice presente por la política de Hora Cero de que más de un directivo editorial no debe acudir a esos faraónicos eventos.
Sin embargo, por el puesto que tengo en esta empresa, planeo las coberturas que aparecerán en las diferentes publicaciones y espacios de esta empresa como Hora Cero, Clase, la página www.horacero.com.mx, el noticiero La Voz por la 1390 La Papaya del Grupo Gape, así como el noticiero de televisión HCN por nuestro sitio de Internet.
Estoy convencido que los políticos, funcionarios y los periodistas tenemos un trabajo específico que cumplir. Y en el caso de los informes de gobierno se aplica el dicho: zapatero a tus zapatos, aunque para ser muy sincero, entre la multitud y tanto glamour las ausencias ni se notan.
Quiero hacer un ejercicio de memoria y recordar los logros que entregó el corrupto Cabeza de Vaca a la ciudadanía en su primer año: estoy seguro que uno fue la nueva fisonomía de la entrada de Monterrey, cuyo mérito fue de su antecesor alcalde Serapio Cantú Barragán al haberla planeado.
Aclaro que no quiero minimizar y menos ofender a los verdaderos panistas de Reynosa, porque yo también he creído en los candidatos albiazules. En 1997 voté por Fernando Canales Clariond para gobernador de Nuevo León y por Felipe de Jesús Cantú para alcalde de Monterrey; en 2000 por Vicente Fox Quesada para presidente de México, y en 2006 por otros candidatos panistas, entre ellos Fernando Elizondo Barragán para senador por el Estado vecino.
Luego me arrepentí y me decepcioné de algunos al entregarles mi voto, principalmente de Canales Clariond y de Fox Quesada.
La primera pregunta de mis detractores sería: ¿Y de los priistas nunca me decepcioné? Mi respuesta es inmediata: antes de que naciera el Instituto Federal Electoral (IFE) en 1990 prefería no votar como millones de mexicanos, por no avalar elecciones de Estado donde ganaba siempre el PRI con todas sus artimañas.
Pero volviendo al primer año de Oscar Luebbert Gutiérrez, quiero admitir que he escuchado sobre resultados que han beneficiado a los habitantes de Reynosa de diferentes sectores, estratos sociales y variados gustos deportivos y culturales.
Uno de ellos se refiere a la pavimentación de calles y avenidas sin cacaraquear tanto el huevo como fue el polémico programa CAPPA, implementado por el corrupto Cabeza de Vaca con materiales de baja calidad pero, lo peor, que dejó endeudadas a cientos de familias.
Un programa de pavimentación con concreto que hinchó de dinero a los tres hermanos Cabeza de Vaca (Francisco, José Manuel e Ismael), pero que hundió más en la miseria a infinidad de las personas que aceptaron esos contratos tan desventajosos para su raquítica economía.
Otro sueño que está por cumplirse es el alumbrado del bulevar Luis Donaldo Colosio hasta el Puente Pharr; la garantía del suministro de agua en los sectores populosos gracias a los tanques elevados que está instalando la Comapa, con Esiquio Reséndez Cantú a la cabeza del organismo, además del retorno de los Broncos en el remodelado estadio “Adolfo López Mateos”.
Y mención aparte es el inicio de la construcción del Parque Cultural Reynosa que se inauguraría en marzo de 2010. Una prueba de que el Gobierno del Estado y los Ayuntamientos, sin odios y sin distinción de siglas, pueden llevar beneficios, mejoras y bienestar a los ciudadanos. Por citar sólo algunos.
Nos vemos, si Dios quiere, el próximo año.
¡Felices fiestas! ¡Salud!