
Miguel Herrera, entrenador de México, superó todas las expectativas. Los agoreros lo sentenciaban a una eliminación prematura en la primera ronda del Mundial Brasil 2014. Pero se impuso con categoría a todos. Venció a Camerún y a Croacia, y también sojuzgó al equipo anfitrión, con el que empató sin goles.
Había sobrados motivos para descreer del Piojo. En un país como México, donde todo lo que toca el dedo de Televisa parece condenado a la putrefacción, que la Selección Mexicana fuera moldeada desde el interior del emporio comunicador, parecía un hechizo de muerte.
La afición había despotricado y lanzado juramentos contra el equipo tricolor. Aunque ahora El Piojo es una sorpresa nacional, no había dado muestras de nada. Era indigna su nominación. Cualquier otro entrenador de la baraja del futbol doméstico tenía muchos más méritos para acceder.
Pero fue elegido porque entrenaba al América, el juguete de Emilio Azcárraga, propietario de la empresa de Chapultepec. Los ánimos caldeados hacían que la afición azteca le deseara una muerte rápida y dolorosa a sus representantes.
Pero ocurrió el milagro y Herrera hizo que todos se arrancaran la lengua y le echaran a la cartera. No demostró cualidades extrasensoriales el director técnico mexicano para hacer que el equipo hiciera el jogo bonito. Parece que únicamente les dio una dosis de confianza y camaradería para hacerlos que jugaran.
Sus pupilos entendieron que, al llegar al mundial carioca se rozaban con la élite. Ellos ya eran la élite y se envalentonaron. Con escuadras vacilantes como Italia, Buffon empequeñeció. No demostró nada y llegó Pacomemo Ochoa a llenar el hueco.
Impensable suponer que fuera éste el mundial de Héctor Herrera, que salió de México para hacerse hombrecito en Europa. Ha sido un tren expreso de ida y vuelta por la banda derecha. Hasta el Maza Rodríguez, a quien le cargaron todas las pulgas del can, ha cumplido airoso la encomienda. Con todas sus limitantes técnicas trabaja eficiente como profundo rompedor.
El domingo 29 de junio México habrá jugado ya contra Holanda. La Naranja Mecánica ha sido el que mejor futbol ha derrochado en la Copa. Van Persie y Robben son hijos de Belcebú. Los dos son la pareja de pistoleros más letales que se ha visto en los últimos años en el concierto futbolero internacional.
No adelantaré resultado. Los neerlandeses son favoritos, pero ahora que el corazón tricolor está expuesto al sol, brillando esperanzador en lo alto, no descarto un marcador que sería una verdadera sorpresa pero que confirmaría que la Selección Mexicana atraviesa por un momento de gloria y que, para fortuna del país y de su entrenador, tiene su momento de lucidez más elevado en años, precisamente en esta etapa decisiva del Mundial.
De cualquier manera, aunque la fortuna no le sonría al Tri, a Herrera ya le espera en su escritorio, de regreso a México, un contrato por los próximos cuatro años al frente del equipo nacional.
Milagrosamente, en tres partidos se ganó el derecho de seguir amarrado a la silla de DT.