Por Jorge Chávez
En Tamaulipas iniciamos el 2016 con la expectativa muy en alto de conocer a quien será el candidato del PRI para suceder a Egidio Torre Cantú en las próximas elecciones.
Los precandidatos que aportan y que importan son menos de los que aspiran, o que al menos se han mencionado por el interés de servir desde ese eminente puesto político los próximos seis años.
Los ciudadanos comunes estamos desprovistos de las claves para entender la logística para definir con certeza quién será el elegido, nos queda sólo fantasear o dejarnos llevar por nuestras preferencias personales. Dentro de estos últimos los hay quienes en sus peroratas afirman de forma docta y segura que ellos saben quién es el favorecido, como si ellos tuvieran lugar en la mesa de las grandes decisiones.
Nada es seguro hasta no tener el registro oficial, ni siquiera la mención previa al mismo; en Matamoros tenemos registrado en la historia política de nuestro terruño el caso de Daniel Sampayo, quien habiendo sido mencionado no llegó al registro de su candidatura, la historia que sigue ya la conocemos, pero nos ilustra en lo sucesivo para guardar reserva de uñas y no comer ansias y tener la paciencia suficiente para esperar hasta el último “out”, ya que como bien se dice en el argot del beisbol, la última entrada también vale o el último minuto también tiene sesenta segundos.
Dentro de la historia de nuestro país contamos con el caso del presidente Adolfo López Mateos, como bien lo ilustra Pascal Beltrán Del Río en el prólogo del libro “El Jefe de la Banda” del maestro Jose Elías Romero Apis, que menciona lo siguiente:
“Convencido de que los juegos verbales de Adolfo Ruiz Cortines eran la triste realidad que le tocaría enfrentar, el secretario del Trabajo realizó una suerte de última cena con sus cercanos y se aprestó a la muerte política, acompañado sólo de los contenidos de su cava. Cuando el alcohol comenzaba a transportar sus pensamientos a otra dimensión, recibió la llamada de su jefe, quien le había retirado la palabra muchos meses antes. Ahí supo que sería presidente de la República”.
Hasta ahí la cita.
La anécdota sintetiza algo que ocurre con mucha frecuencia en el juego de las nominaciones para candidaturas en puestos de gran trascendencia. Ayuda a entender el presente y permite imaginar el futuro.
Estamos por concluir la primera quincena del mes de enero y aún no conocemos “El nombre”, para los ciudadanos comunes eso puede suceder en cualquier momento, pero para los apasionados de la política es como estar en tiempos extras en la final de Tigres vs Pumas, las emociones, las ansiedades y los anhelos se exacerban y la taquicardia hace compañía permanente hasta el día que se corra el velo y se de a conocer el “Tú lo serás”.
En medio de este episodio histórico de nuestro Estado, la federación abona con una película cuyo protagonista antagónico principal se nos pierde entre Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, Sean Penn y Kate del Castillo, quien pasó de ser la Reina del sur a la Reina del sur-realismo. El autor del libro de donde surge la novela que la ha llevado a la fama trasmitida por Telemundo, Arturo Pérez Reverte, le envió un mensaje vía Twitter en el que dice:
“Me gusta que en cierto modo sigas siendo Teresita Mendoza. Un beso por los viejos tiempos, mi chula. En memoria del Güero”.
Este intento de apología de “El Chapo”, auspiciada por la revista Rolling Stones queda dentro de lo Kafkiano, y afortunadamente es balanceado por una muestra de sensatez por parte de Gael García, miembro del mismo gremio que a veces sus correligionarios se exceden en su carácter progresista. Gael, a la razón de todo este capítulo en que se convirtió la tiranía de la nota del “Chapo” expresó lo siguiente:
“Hay muchas muertes involucradas. Es un tema muy doloroso y serio, no lo puedo tomar a la ligera”.
La nota es espectacular, así conviene a los intereses del Estado mexicano, esperemos que los créditos que aporte también traigan beneficios para el ciudadano común.
El tradicional morbo del ciudadano común espeta que “No se les peló “El Chapo” pero sí se les peló el dólar”
Con todo esto, o a pesar de esto, en Tamaulipas esperamos las nominaciones que pudieran sustituir en la tiranía y monotema de la nota de “El Chapo” los próximos 6 meses de la vida mediática y pública.
Aprendamos a esperar, el humo blanco saldrá en breve.
Ahora más que nunca, el tiempo hablará.