Si alguien creía que la precampaña y lo que viene para el doctor Rodolfo Torre Cantú sería una fiesta diaria, está lejos de la realidad, principalmente por la inconformidad que existe dentro del PRI en varios municipios, con alcaldes o aspirantes marginados que todavía no digieren algunas designaciones.
Por ejemplo, en Matamoros el presidente municipal, Erick Silva Santos, tuvo que rectificar a última hora para apoyar a Carlos Valenzuela Valadez, su fiel secretario de Desarrollo Social, cuando éste último escuchó al oído la canción de José José: “El amor acaba…”, al escapársele la precandidatura al diputado local.
Resulta que las últimas semanas Silva Santos quiso imponer a Mario Tapia Fernández, el secretario Administrativo, para que abanderara una de las luchas del PRI en las elecciones del 4 de julio próximo.
Cuando el plato estaba servido para Tapia Fernández, promovido en casi todos los espacios periodísticos de Matamoros para ser uno de los dos precandidatos del PRI (el otro distrito pertenece al Panal), pasó lo que nadie esperaba, sobre todo el alcalde Silva Santos.
Valenzuela Valadez presentó su renuncia irrevocable como funcionario, seguro que el presidente municipal prefería a Tapia Fernández para ser precandidato a legislador. Y para que no hubiera dudas de su mal humor, dijo que su separación del cargo era por motivos personales y que se iría a atender sus negocios.
¡Pácatelas! Para muchos que conocen a ambos, no había dudas de que Valenzuela Valadez, propietario de una franquicia restaurantera de carnes asadas, ayudó mucho económicamente a Silva Santos para concretar sus sueños dentro de la política, hasta alcanzar la alcaldía.
Por eso Valenzuela Valdez sentía injusto que Tapia Fernández fuera el favorito de Silva Santos. Hasta que el domingo 7 fueron ungidos como Carlos Valenzuela Valadez y el regidor Daniel Sampayo Sánchez, éste último fiel escudero del ex gobernador Tomás Yarrington Ruvalcaba.
Y si aún hubiera dudas de que Tapia Fernández se sentía con todos los derechos, prefirió ausentarse del evento donde las organizaciones priistas arroparon a los elegidos.
Aunque difícil de creer, la designación de Alfonso Sánchez Garza como precandidato a la alcaldía de Matamoros, fue en parto natural, mientras que hubo mayores complicaciones en el quirófano tricolor para dar a luz a Valenzuela Valadez.
En el otro extremo de Tamaulipas, en Nuevo Laredo, no cantan mal las rancheras, porque el alcalde Ramón Garza Barrios todavía no digiere la designación de Benjamín Galván Gómez como el posible tricolor para sucederlo, dejando en el camino a Héctor Canales González, quien ahora buscará una diputación local.
En pocas semanas Garza Barrios tuvo dos descalabros, el primero cuando se quedó en la orilla de ser el precandidato del PRI a la gubernatura y, semanas después, cuando no pudo imponer a su preferido que, a todas luces, no era Galván Gómez.
Este ambiente malestar del alcalde no favorece al doctor Torre Cantú en ese bastión tricolor de Tamaulipas. Y lo único que puede aliviar las penas de Garza Barrios es que ambos tengan un buen amarre, en caso de que el primero llegue a ser gobernador.
Y si creían que eso era todo, en Tampico la ruptura es inminente de Magdalena Peraza Guerra, quien solicitó licencia para separarse de su curul en el Congreso del Estado, inconforme por haber sido relegada como precandidata del PRI a la presidencia municipal del puerto.
Peraza Guerra acusa al líder estatal, Ricardo Gamundi Rosas, de tomar una decisión equivocada a favor de Miguel Mansur Nader, amenazando con renunciar al partido y ser cobijada por los colores azul y blanco del PAN.
Y ni hablar de lo que pasa en otros municipios rurales, donde algunas decisiones de Gamundi Rosas dejaron bien encabritados a alcaldes, líderes locales, caciquez y militantes. Un caldo de cultivo que podría ser aprovechado por el Partido Acción Nacional.
Por lo pronto en Altamira el PAN insiste en llevar a su establo a Juan Genaro de la Portilla, un polémico priista que ya fue alcalde y pasó por la cárcel cuando se salió del redil tricolor.
Este personaje y otros con limpia trayectoria están siendo seducidos por el precandidato a la gubernatura, el senador con licencia José Julián Sacramento Garza, y por el dirigente estatal, Francisco Javier Garza de Coss, en busca de conformar un “dream team” para el 4 de julio.
Y hablado de Garza de Coss, dentro de su organismo político se dice que está más preocupado por amarrar la candidatura plurinominal que lo lleve a concretar su sueño de ser diputado local, que por las enteras elecciones en Tamaulipas. ¿Será verdad?
Volviendo a Nuevo Laredo, el casi seguro candidato del PAN a alcalde sería el ex legislador, Everardo Quiroz Torres, quien debería pedirle a su amigote, el corrupto ex alcalde de Reynosa, Francisco García Cabeza de Vaca, que sea su coordinador de campaña.
Una vez que digirió ser excluido de competir para cualquier cargo de elección popular, Cabeza de Vaca debería medir sus alcances yéndose a Nuevo Laredo a respaldar a su amigo del alma Quiroz Torres, su principal promotor en esa ciudad.
Si no hay vuelta a la hoja, se supone que el martes 16 de marzo el Comité Ejecutivo Nacional del PAN daría a conocer los nombres de los precandidatos a las alcaldías de Tamaulipas.
Y para las aspiraciones de Raúl García Vivián, el exdiputado federal, las cosas se estaban poniendo color de hormiga en Reynosa, porque el favorecido sería José María “Chuma” Moreno Ibarra, apoyado por su padrino Cabeza de Vaca.
El día decisivo para García Vivián sería el jueves 11, durante la visita a Reynosa del dirigente nacional, César Nava Vázquez, quien en el evento principal sería testigo del “aplausómetro” a favor de ex legislador y ex dirigente municipal del PAN.
De ser “Chuma” Moreno Ibarra el elegido, el principal afectado sería Saramento Garza, porque la verdad al “delfín” de Cabeza de Vaca desconoce el 99 por ciento de la población. Contrario a García Vivián que daría mucha batalla al priista Everardo Villarreal Salinas, al que ya derrotó en las elecciones federales de 2006.
Pero eso no es todo. El doctor Torre Cantú deberá mandar buenas señales a los empresarios fuera de Ciudad Victoria, que creen que estarán relegados otros seis años en hacer obras públicas, mismos que están viendo con muy buenos ojos a Sacramento Garza.
Regresando a Matamoros, Ramón Antonio Sampayo Ortiz asistió a un desayuno por el Día Internacional de la Mujer denominado “Vivan las mujeres, que se atreven a decir la verdad” para destaparse como aspirante del PAN a la presidencia municipal.
El titular con licencia de la delegación de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en Tamaulipas, dijo al micrófono: “Los partidos políticos son para hacer proselitismo, y si aquí alguna de ustedes tiene la impresión de que estamos haciendo propaganda política, no está equivocada”.
Desafortunadamente en el evento organizado por el PAN para festejar a las mujeres periodistas, ninguna fémina estuvo en la mesa de honor ni tomó el micrófono.
Belem Rosales y Sara González, panistas que entregaron papelería al Comité Estatal de Acción Nacional para ser consideradas a algún puesto de político, no tuvieron ni voz ni voto en el convivio donde supuestamente las mujeres se atreven a decir la verdad.
Mientras que Cristina Patiño Cruz, organizadora de la reunión, aseguró que el objetivo era conmemorar el Día Internacional de la Mujer y brindar honores a las comunicadoras por su contribución al cambio social.
“No se contempló que en el evento los hombres panistas tuvieran la intención directa de promover sus aspiraciones políticas”, dijo.
