
El rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, José María Leal Gutiérrez, no debería descartarse para aspirar a contender por una posición política en el proceso del próximo año, sobre todo cuando el gobernador Egidio Torre Cantú está en busca de sus hombres de confianza.
Si bien a “Chema” Leal le faltan todavía tres años de su segundo periodo, pensar en una diputación federal (por mayoría o plurimominal) o en una senaduría, no es una opción que debe descatar al primer hervor.
Cuando llegue el 2012 al rector de la Máxima Casa de Estudios le quedarán sólo dos años en su cargo, en el entendido que Torre Cantú no piense en cambios antes, como se rumoró al comienzo de la actual administración estatal.
Y mientras son peras o manzanas, las chances de “Chema” Leal de abanderar al PRI -o quizá al Panal en una casi segura alianza con el tricolor-, son mayores; en un escenario donde la gente de confianza de Torre Cantú es bastante escasa.
El ejecutivo estatal deberá pensar como los gabachos: “Para que arreglar algo que no está descompuesto”. Y la estabilidad y el crecimiento de la UAT con “Chema” Leal al frente es una realidad irrefutable.
La Máxima Casa de Estudios goza de buena salud y no hay signos de inconformidad en los directores de las unidades académicas.
Tampoco la UAT estaría exenta de que un cambio en el timón pudiera debilitarla y abrirle la puerta a la delincuencia organizada que busca nuevas trincheras. Así que Torre Cantú debe contar hasta diez si trae en mente cambio de rector.
En el México actual el ex rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Reyes Tamez Guerra, dejó su cargo en el octavo piso de rectoría y en el 2000 fue nombrado secretario de Educación por el entonces presidente de México, Vicente Fox Quesada.
Esa ocasión Tamez Guerra fue recomendado en bloque por rectores y directores de la Anuies (Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior), dejando a un lado al rector del prestigiado Tecnológico de Monterrey, Rafael Rangel Sostmann.
El ex rector de la UANL terminó el sexenio del primer presidente de la República emanado del Partido Acción Nacional. Luego ocupó la Secretaría de Educación de Nuevo León con gobierno del PRI, y desde el 2009 es diputado federal por el Partido Nueva Alianza (Panal). No le ha ido mal al chamacón.
En días pasados “Chema” Leal se reunió con comunicadores de Ciudad Victoria en donde se autodescartó para meterse de lleno a los menesteres de la polaca, argumentando que lo suyo es la educación superior.
Eso mismo decía Reyes Tamez antes de la nada despreciable invitación de Fox Quesada. Y ahora hasta curul tiene en el Congreso de la Unión… y goza de inmunidad.
Si en tiempos recientes el rector de la UAT no estaba seguro cuando llegaba un nuevo gobernador, es evidente que Torre Cantú respalda totalmente a “Chema” Leal para que termine su segundo ciclo sin sobresaltos.
Sin embargo “donde manda capitán no gobierna marinero”, aunque el trabajo realizado por “Chema” Leal en todas las unidades académicas de Nuevo Laredo a Tampico y de Matamoros a Ciudad Victoria, es la mejor carta de presentación.
En este tema rumbo a las elecciones del próximo año, quien espera los tiempos viendo a los Broncos de Reynosa en primera fila y junto al dog out en el Parque “Adolfo López Mateos”, es el ex alcalde Oscar Luebbert Gutiérrez.
El político del PRI con gran colmillo retorcido -ya fue diputado, senador, dos veces alcalde y dirigente estatal tricolor-, fue invitado en enero pasado para incorporarse al equipo que apoya las aspiraciones presidenciales del gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto. Pero pidió un tiempo para pensar el ofrecimiento.
Como ya se comentó en esta columna, Luebbert Gutiérrez tiene una amistad con el senador Manlio Fabio Beltrones, por lo cual no está apurado para decidirse.
Por cierto, fue muy notorio ver distanciados a Luebbert Gutiérrrez y a Felipe Solís Acero el domingo 20 de marzo pasado durante el juego inaugural de los Broncos ante cerca de diez mil aficionados en su parque.
El reynosense Solís Acero, quien ha sido secretario ejecutivo del IFE, diputado federal y consejero del CEN del PRI, estuvo sentado las nueve entradas del partido junto al alcalde Everardo Villarreal Salinas, lejos muy lejos de Luebbert Gutiérrez.
En esa misma fila estaba Ernesto Robinson Terán, secretario de Desarrollo Social del municipio, mientras que los ex funcionarios de la pasada administración vieron el juego al lado de su jefazo, entre ellos Moisés García, su fiel escudero.
Otro que que estuvo atento a las acciones fue Benito Sáenz Barella, ex regidor y actualmente secretario de Participación Ciudadana, así como el director jurídico, Heberardo González Garza. Puro cuarto bate.
Y quien se veía bastante solitario durante el partido del martes 22 fue el ex panista y actual regidor por el Partido Convergencia, Alfredo Juárez Maldonado, pues esa noche muy pocos funcionarios del ayuntamiento acudieron a apoyar a los Broncos ante los Acereros de Monclova.
Por segundo juego consecutivo asistieron Sáenz Barella y también Miguel Angel García Ahedo, secretario del Ayuntamiento con Luebbert Gutiérrez, quien no pudo faltar con su esposa María Esther Camargo. Seguramente el beisbol será la mejor terapia mientras soplan otros vientos en la política.
Semanas atrás el ex alcalde de Matamoros, Erick Silva Santos, cumplió años y se notó la ausencia en la pachanga de algunos de sus más cercanos colaboradores. No fue Raúl César González, ex secretario del ayuntamiento, quien se disculpó al estar despachando como Secretario del Trabajo a nivel estatal, entre otros.
Entre los asistentes estaba Mario Tapia Fernández, exsecretario de Administración y actual dirigente municipal del PRI, quien no podía faltar al llamado casi divino.
Dicen algunos que Tapia Fernández, en sólo tres años, se convirtió no solamente en uno de los ex funcionarios más odiados por sus compañeros de administración, sino que presume ser de los nuevos ricos de Matamoros.
Habrá que escarbar, pues abría y cerraba la caja de las galletas.