Francisco García Cabeza de Vaca, cual Nerón de petate, se desquició por el resultado electoral del pasado 5 de junio y está incendiando Tamaulipas. Para ello siembra minas en lo administrativo, en las finanzas y en lo político, porque trata de heredar un caos en el que el afán es destruir y perseguir.
Las insanías empezaron en la anterior legislatura local (la 64), aprobando por mayoría el que lugartenientes de Francisco García Cabeza de Vaca permanezcan en cargos clave tanto dentro del Poder Judicial, como del Congreso del Estado y de la Fiscalía General de Tamaulipas.
Para ello legislaron que ahora será necesario que dos terceras partes de los diputados locales aprueben la remoción del Fiscal General, del Fiscal Anticorrupción y Magistrados, con la evidente intención de que ellos congelen cualquier intento de ajustar las nebulosas cuentas que va a dejar la pandilla azul.
Aunque habrá que decirlo, las anteriores reformas fueron antes de la elección para gobernador pues ya presentían que el Poder lo iban a perder, por lo que para neutralizar al próximo Ejecutivo realizaron reformas a la Constitución Política de Tamaulipas y a las leyes orgánicas de las dependencias estatales, con la obvia finalidad de que el nuevo gobernador no pudiese mover a los lugartenientes del Comandante Azul.
¿SE AMARRARÁN?
Se supone que sí, pues para eso fueron las reformas, sin embargo, la Pandilla Azul no contaba con que Américo Villarreal Anaya contrataría los servicios de Santiago Nieto Castillo, el temido ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera del gobierno federal, que es un experto en seguir pistas que conducen a dónde fue a parar el dinero público que aparentemente se gastó en obras materiales y sociales.
Pero en la actual legislatura, diputados panistas, priistas y morenistas chaqueteros, aprobaron que la Unidad de Inteligencia Financiera pasara a formar parte de la Fiscalía General de Tamaulipas, para impedir el arribo de extraños. Solo que, aun así no podrán impedir investigaciones sobre qué tan real fue el gasto de los recursos millonarios que envió la federación desde el 2016 a la fecha.
Las partidas federales será el talón de Aquiles de la Pandilla Azul y Santiago Nieto lo sabe, y por ello se convertirá en el Paris de esta historieta que no tiene nada de épica, pero sí está plagada de corrupción y cinismo.
En resumen, el Hybris no solamente afectó a Francisco García Cabeza de Vaca, sino también a sus pandilleros, que acatando instrucciones llevaron a cabo medidas perversas para impedir que Américo Villarreal Anaya pueda designar en cargos claves a gente de su confianza, y que éstos detecten algo que hasta el más ingenuo supone: desfalcos a las arcas de Tamaulipas.
Sin embargo, se puede anticipar que las “medidas precautorias” de la Pandilla Azul quedarán sin efecto, porque aparte de Santiago Nieto habrá otros que saben desenredar nudos gordianos y por tanto, el largo brazo de la justicia si bien tardará, finalmente los alcanzará, pues como reza viejo apotegma:”podrá esconderse la mano que roba, pero no la que gasta”.
OBSESIVOS VS CARLOS PEÑA ORTIZ
Ya es toda una obsesión repetir en Carlos Peña Ortiz, lo que pasó con Gerardo Higareda Adam, nomás que hoy es otra circunstancia ya que mientras Higareda estaba solo y su alma frente al poderío de Tomás Yarrington Ruvalcaba, Carlos cuenta con el respaldo de Américo Villarreal Anaya para afrontar el embate de los bovinos.
Le critican el que presida por vía zoom las sesiones de cabildo, pero no consideran que hay la instrucción de detenerlo porque en el medio judicial es muy popular la frase de que “una orden de aprehensión y un vaso de agua no se le niega a nadie”, y bajo ese principio el juez de San Fernando, Tamaulipas, la rubricó sin pestañear.
Porque con todo y que los jueces deben estar sometidos únicamente al imperio de la ley, a ver quién se los cree. Los antecedentes nos dicen que no es así, y los abogados del alcalde de Reynosa se supone lo saben.
Carlos Peña Ortiz no acude ante el juez de San Fernando porque sabe a lo que le tira con todo y que su asunto lo puede atender hasta con un pasante en Derecho. Por ello esperará a octubre en donde con nuevas autoridades reciba justicia justa.
La acusación de lavado de dinero fue cosa de perversos, por aquí todos saben que el alcalde de Reynosa proviene de una familia acaudalada y respetada, pero demostrar lo anterior lo hará ante un juez que ya no esté bajo presión.
Solo un soñador del Derecho o un bizoño del litigio recomendaría a su defendido presentarse ante el juez que lo reclama. Los abogados mecateados no harían tal cosa aún con una suspensión concedida por un juez de amparo, y menos cuando el asunto es político.
Y si no que le pregunten a Rodrigo Medina, el ex gobernador de N.L., que llegó a la audiencia inicial con un amparo en la mano y pa’ dentro. O a Rosario Robles, que se presentó ante el juez confiando en que por imputarle un delito clasificado como no grave saldría bajo fianza, y hasta la fecha permanece en una celda.
Entonces, como el asunto de Carlos Peña Ortiz es político y los jueces de Tamaulipas tienen fama de ser muy obsecuentes con el gobernador, nadie en su sano juicio va a ingresar a la sala de un juzgado por su voluntad, pues bien sabe que ahí con todo y la presunción de inocencia lo recibirán en calidad de probable responsable.
Por lo que con esos criterios se llevará un año para que le apliquen al imputado el principio de presunto inocente, o sea, hasta que le dicten sentencia.
Por ende, tiene sobrados motivos el alcalde de Reynosa en soplarle al jocoque.
¿PERO, SE VA O NO SE VA?
Como a partir de octubre soplarán otros vientos por el gobierno de Tamaulipas, cesarán las persecuciones políticas por medio del Código Penal, por tanto, los lugartenientes del “Emperadorcito” van a tener que actuar bajo nuevas reglas.
Muy limpios tendrán que estar como para desobedecer y exponerse a investigaciones de las que ni sus contlapaches en el Congreso del Estado los podrán salvar. Por ello la lógica indica que se alinearán ante el nuevo Poder Ejecutivo por muy autónomos que sean o limpios crean estar.
Y por lo anterior, es de presumirse que Carlos Peña Ortiz salvará el problema que lo persigue, ya bien porque el Fiscal General de Tamaulipas cancela la abusiva orden de aprehensión, o porque le concederán una libertad bajo fianza para afrontar el proceso penal.
Así es la praxis política, en donde muerto el Rey, viva el nuevo Rey.
En consecuencia, Carlos Peña Ortiz, concluirá su período.
LOS CONSEJEROS DEL MORENA
Hay un rejuego soterrado por la designación de los consejeros del Morena en los 300 distritos electorales en que está circunscrito electoralmente el país. En Reynosa pugnan por las 5 posiciones Maki Ortiz, José Ramón Gómez Leal y el grupo denominado Avanzada Tamaulipas.
Este grupo está compuesto por auténticos militantes guindos que se fajaron bien y bonito por el territorio en la elección del pasado 5 de junio, aunque arribistas del PRI intentaron desplazarlos.
Habrá que estar al pendiente de quienes van a formar parte de esos consejos pues serán factor de influencia en las elección del 2024.
Y hasta la próxima.