Estaba un día El Apuntador preparando su bote salvavidas por aquello de que ya se acerca la temporada de lluvias y allá por su casa se inunda gacho, cuando le llegó un mensaje de WhatsApp que le avisaba del incómodo momento que vivió Carlos Tovar, quien es vocero de una dependencia estatal.
Resulta que desde hace varias semanas algunas personas estuvieron recorriendo las oficinas de empresarios locales buscando que le compraran publicidad a una empresa denominada Creatividad Impresa.
El problema es que estos individuos mostraban un documento, que parecía oficial y que estaba firmado por Tovar, donde se recomendaba a las empresas que adquirieran los servicios de esta compañía.
Cuando se enteró de los hechos, Tovar publicó en sus redes sociales una carta donde aclara que él no había firmado ningún documento de este tipo y que el mismo era, seguramente, falsificado.
En su carta señala a David Sánchez Almendariz y Mario Cabriales Vázquez como los presuntos responsables de un intento de “extorsión” (así lo puso).
Agrega que está considerando acudir ante las autoridades judiciales para interponer una demanda por la falsificación de su firma y documentos oficiales pues no quiere que su nombre sea relacionado con este tipo de hechos.
De inmediato la publicación tuvo eco en el medio periodístico donde muchas personas manifestaron su solidaridad con Tovar, a quien podemos recordar en su paso por El Mañana de Reynosa y Corpo Radio Gape.
Sin embargo, la reacción más relevante fue la de Mario Cabriales Vázquez, socio de Creatividad Impresa, quien en un documento manifestó que también se deslindaba del uso que le estaban dando a esa carta falsificada.
El empresario aseguró que ya ha aclarado el asunto con quienes tenía que hacerlo y rechazó que en lo personal o alguien de su compañía sean responsables de este bochornoso hecho que, demuestra, que en estos tiempos nadie está exento de ser utilizado por la delincuencia para intentar ganarse unos pesos.
RETAZOS
Pasando a otros asuntos vaya relajo que se armó en un sector de la prensa de Reynosa por la decisión del encargado de administrar el grupo de WhatsApp, donde se distribuía la agenda y los boletines de prensa, de eliminar a varios reporteros.
La versión que el columnista recibió es que, con el tiempo, el grupo se había hecho muy grande y poco a poco se fueron colando personas que no solo tienen muy poco que ver con la actividad periodística, sino que hacían uso del grupo de forma bastante irresponsable, compartiendo cadenitas, enlaces de notas y otras cosas que no venían al caso.
Y lo que es pior, que es peor que peor, hubo quienes llegaron a usar la agenda de las actividades de la alcaldesa, para avisar a grupos antagonistas en dónde iba a estar la edil, algo que sucedió hace unas semanas en una colonia popular donde tras una manifestación, varias personas resultaron golpeadas, entre ellas Seth Rojas Molina a quien le propinaron un zape de antología.
Que no se acabe la bonita costumbre de andar agarrando a Rojas Molina como costal de boxeo.
Pues bien, la decisión de borrar personas del grupo levantó todo tipo de reacciones, algunas bastante lamentables, como la de Yenni Gandiaga quien, recordarán, tuvo un breve, brevísimo paso en la titularidad de Comunicación Social del Ayuntamiento.
Antes, Gandiaga era la fan número uno de la alcaldesa pero ahora, que le dieron las gracias de la administración municipal por razones que luego les contaremos, escribe mensajes como el siguiente:
“Tenemos una alcaldesa que no es tolerante a la crítica, y no es tolerante con quien dice la verdad una verdad que está a la vista de todos. Se cree todo lo que le dicen. Es lamentable su actitud con los tantos años que lleva ‘ganando’ del erario público”.
Qué rápido cambian los cariños en los corazones de algunas personas ¿no creen?
En otros temas, donde se espera una batalla de proporciones épicas es en la cuna de Rigo Tovar, donde la compañera Rossy Jazmín Morales Ortiz acaba de interponer una demanda laboral en contra de su ex empresa, Medios Digitales Frontera, S.A. de C.V.
Aprovechando que se agenció los servicios de una abogada laboral que se las sabe de todas, todas, Rossy metió a la Junta Especial de Conciliación y Arbitraje Número Seis la citada demanda donde exige, entre otras cosas, el pago de la indemnización marcada por la ley, la devolución del material de video y fotográfico que se encontraba en el teléfono que le entregaron para realizar su trabajo, el pago de la prima de antigüedad, el pago de vacaciones y prima vacacional, aguinaldo y salarios caídos.
Además -si todo lo anterior fuera poco- exige que Medios Digitales Frontera, S.A. de C.V. cubra a Infonavit la cantidad de mil 500.06
pesos por concepto de cuotas de vivienda, 885.36 por Ahorro para el Retiro, lo que corresponde por concepto de cuotas obrero-patronales ante el IMSS; 31 mil 675 pesos por concepto de pago de horas extras, 5 mil 757.90 pesos por concepto de diferencias salariales entre lo que le pagaban y el Salario Mínimo marcado por la ley y 200 pesos por apoyo de transporte.
Lo interesante de la demanda es que en ella Rossy presenta como pruebas ante el juzgado las transcripciones de varios programas de radio producidos por Medios Digitales Frontera, S.A. de C.V. donde sus conductoras no sólo se dedican a difamar y dañar la reputación de Rossy, sino también reconocen que la despidieron y aseguran, falsamente, que la tenían registrada bajo todas las de la ley.
Con esas pruebas la empresa de comunicación va a tener que darle muchas explicaciones al juez y el dinero que puede perder por esta demanda se vislumbra que estará en los cientos de miles de pesos. Nunca como hoy que se siente tan preciso aquel conocido refrán que cita: el pez por su boca muere.
Y ahora va la gustada pregunta de la quincena: ¿Quién era la persona que filtraba a grupos antagónicos a la alcaldía la agenda de la presidenta municipal?
