
Cuando vemos a la Madre Teresa, Gandhi o el padre Solalinde abrazando a niños enfermos o ancianos abandonados, nos inspiran, porque sabemos que es el amor fraternal y su compasión genuina la que los mueve y por ello son símbolos de esperanza, la esperanza en el futuro, en la humanidad.
Pero cuando vemos a los políticos haciendo lo mismo debemos desconfiar. El uso de la manipulación de las emociones y el sentimiento del pueblo es una táctica a la que recurren los políticos porque les ayuda a contar con su aceptación y aval para luego estafarlo con mayor facilidad.
Por ello, en algunos países ya es ilegal el uso de niños en el proselitismo político debido a que es una herramienta de fácil uso para la manipulación por su fuerte contenido emocional y por lo tanto, un arma poderosa para los demagogos y estafadores.
Cuando advertimos que Enrique Rivas se promovía en un video donde aparece con menores escolares, sabíamos que estaba recurriendo a esta misma estrategia, a lo que Pauline Micelli, la comisionada para la Niñez en América llamó “el uso explotador de los niños para la manipulación”.
Por ello nos dimos a la tarea de buscar el uso de estas tácticas de proselitismo político en México y encontramos que los más corruptos lo hicieron en su momento. Javier Duarte, quien hoy es sinónimo de la corrupcion, recurrió a la misma estrategia.
Pero tambien a Fidel Herrera, Granier, Borges, Moreira, César Duarte, Tomás Yarrington o ex alcaldes como José Suárez y ahora también Enrique Rivas, quien aparece como hombre sensible, abrazando a los niños para “tocar” el corazón del pueblo mientras a sus espaldas lo traicionan al desfalcar al erario.
De hecho, a mayor énfasis en la estrategia manipuladora mayor es el botín de los recursos públicos extraídos, es decir a mayor “bondad” en el contenido del mensaje, mayor la voluntad de estafar por parte del gobernante. Por ello, después de este video donde Rivas aparece como un ser sensible y conmovido, hace sonar las alarmas ciudadanas y la apremiante urgencia de cuidarle las manos.
En algunos países se ha legislado al respecto y se ha prohibido el uso de los menores porque es una forma de explotación con fines políticos y porque es evidente que se usan para beneficio de los adultos, cuando los niños son incapaces de discernir y cuestionar. Esta es una práctica ampliamente utilizada en Mexico y donde pasamos por alto a pesar de ser a todas luces éticamente inaceptable.