
Si alguien sabe muy bien que el corrupto Francisco García Cabeza de Vaca mal utilizó a su favor los recursos de las delegaciones federales en Tamaulipas para su beneficio electoral, tipificándose seguramente un delito penal, esa persona se llama Maki Ortiz, su compañera de fórmula al Senado de la República.
Porque la subsecretaria de Salud con licencia interpuso una denuncia ante el Tribunal Federal Electoral (Trife), cuando se dio cuenta de las artimañas que utilizó su compañero, para ganar la contienda interna del PAN y aparecer primero en la fórmula al Senado en las elecciones de este primero de julio.
Maki Ortiz presentó pruebas ante el máximo tribunal electoral en un intento de que ella fuera primera y descalificaran a Cabeza de Vaca, pero su lucha no fructificó.
Sin embargo la Procuraduría General de la República (PGR), a través de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), no debió desestimar las pruebas de la panista contra de su mismo compañero albiazul.
Porque no es un secreto que el corrupto ex alcalde entre 2005 y 2007 manejó a su antojo el dinero de las delegaciones federales de Desarrollo Social, Procuraduría del Consumidor, Gobernación y Comunicaciones y Transportes, entre otras, para resucitar dentro de su partido después de salir apestado de Reynosa.
Peor tantito, desde el mismo Comité Ejecutivo Nacional del PAN se hicieron ojo de hormiga con la idea de que Cabeza de Vaca sería el Mesías en estas elecciones. Pero los tamaulipecos tienen memoria y, según las encuestas, ni Josefina Vázquez Mota ni la fórmula del Senado ganarán en las urnas.
Claro que al PAN nacional, más preocupado por lo mala que fue Vázquez Mota como candidata a la presidencia, no le convenía destapar la cloaca sobre malos manejos del Programa Oportunidades de la Sedesol en Tamaulipas, por lo cual sus dirigentes se hicieron los desentendidos.
Y qué decir de los contratos de obras de la delegación estatal de Comunicaciones y Transportes (SCT), donde su titular Humberto Estrella resultó ser un objeto decorativo más de su oficina en Ciudad Victoria, pues quien realmente manda es José Manuel García Cabeza de Vaca, el ilustre hermano mayor del corrupto candidato al Senado.
Se sabe bien que las constructoras asignadas se palomean en el restaurante Ihop de McAllen o Mission, Texas, donde José Manuel acostumbra acudir para estar al pendiente de que todo marche bien en la delegación de la SCT, especialmente en cuanto a los depósitos en dólares de los constructores a manera de sobornos.
Una de las empresa beneficiadas se denomina Construcciones y Mantenimiento Roca S.A. de C.V., que durante la cuestionada gestión panista en Reynosa fue de las favoritas de Cabeza de Vaca y su clan, obvio, con sus respectivos moches.
Cambiando de tema y entrando al terreno de las estadísticas, la última encuesta de Hora Cero que aparece en esta edición refleja que el Partido Revolucionario Institucional metió el acelerador y podría ganar siete de las ocho diputaciones federales.
En el Distrito VIII de Tampico, donde el PAN lleva la delantera a la presidencia y al Senado, el candidato del PRI a legislador federal, Fernando Azcárraga, está a dos puntos de distancia del puntero blanquiazul, Germán Pacheco: 34.8 a 36.4 por ciento, respectivamente, es decir, existe un “empate técnico”.
Acción Nacional está fuerte en sus tres trincheras (presidencia, Senado y diputación federal) es en el Distrito VI con cabecera en Mante, ya que la candidata al Congreso de la Unión, Adela Virginia García supera con 40.8 a la tricolor Rosalba de la Cruz, que a 15 días de las elecciones tenía 25.2 por ciento de preferencias.
Cuando comenzó la campaña, la fórmula del PRI al Senado conformada por Manuel Cavazos Lerma y Guadalupe Flores tenían suficiente ventaja, sin embargo las semanas transcurrieron y la del PAN repuntó acortando terreno hasta ubicarse a cinco puntos de los líderes.
Pero a decir de los resultados de la encuesta de Hora Cero, no hay dudas que el PRI recuperará los dos escaños por mayoría en la Cámara Alta, garantizando que Cavazos Lerma será como un bulldog cuando se trate de defender a Tamaulipas de personajes como Cabeza de Vaca.
Si bien Cavazos Lerma estaba seguro en llegar al Senado por ir en primer lugar en la fórmula tricolor, la probable victoria del PRI levantará la moral a Guadalupe Flores, pues hace semanas el PAN les pisaba los talones. Ya se menciona que la matamorense sería una fuerte precandidata a la gubernatura en 2016. Aunque como dijo el célebre personaje de una película mexicana: “Primero es lo primero…”.
Pese a estar lejos de los reflectores estatales, quien anda dando buenos números por el occidente del país es otro exiliado, Baltazar Hinojosa Ochoa, responsable del PRI en la circunscripción que incluye a Jalisco, donde todo parece indicar que el tricolor recuperará la gubernatura, una de las joyas de la corona en México.
Al contario, medio cabizbajos andan los dirigentes del Partido Verde, pues aunque no tienen malos candidatos a senadores y diputados federales, el no contar con candidato único a la presidencia de México ese organismo político terminaría en última posición en el Estado.
Si bien les va a los verdes, que a la presidencia apoyan a Enrique Peña Nieto, la votación global en Tamaulipas rebasaría apenas el 5 por ciento, una cifra inferior a la esperada. Pero ellos mismos saben que cuando van en coalición con el PRI sus preferencias bajan considerablemente.
En los distritos donde habría mejores resultados para el Partido Verde son el II, IV, VI, VII y VIII con cabeceras en Reynosa, Matamoros, Mante, Madero y Tampico, en cuanto a las diputaciones. Claro, quedando por debajo del Panal.
Mientras que para el Senado, Humberto Rangel Vallejo, segundo en la fórmula, podría acabar siendo el candidato del Verde, sea para diputado o senador, con mayor votación en un distrito, en este caso el IV de Matamoros, al tiempo que Jesús González es víctima de la lucha que tanto PRI, PAN y la izquierda escenifican en el sur del Estado.
Cuando este ejemplar de Hora Cero ande circulando faltarán pocos días para que llegue la cita a las urnas y, con ello, termine el tormento de las campañas. Ojalá en un futuro el IFE reduzca aún más los tiempos para hacer proselitismo. ¡Por el amor de Dios!