Durante la reciente visita por Tamaulipas del presidente Andrés Manuel López Obrador, no pasaron inadvertidos los malabares verbales del Comandante Azul, quien primero le echó porras al “preciso” elogiando la forma tan decidida cuando, en su gestión como jefe de gobierno, exigió se destinaran más recursos para el Distrito Federal, para luego exigir más dinero a su administración.
A muchos sorprendió que tras el evidente reclamo, el presidente ni se inmutara y solamente esbozara una leve sonrisa con la que suele esconder sus reacciones o sentimientos.
No agradó a la colectividad que AMLO expresara que la violencia ha disminuido en Tamaulipas, cuando es público y notorio que las balaceras en Nuevo Laredo, Ribereña, Reynosa, Matamoros y San Fernando dicen todo lo contrario.
Estos enfrentamientos podrían ser la señal de que se acabó el tiempo de las prédicas dulces y viene el de los fogonazos que dejarán solamente dolor y llanto, pues cuando los delincuentes no hacen caso ni a sus mamacitas, sobreviene el sometimiento al imperio de la ley, sobre todo cuando los anti sociales andan “enfierrados” y con las venas hirviendo.
En suma parece que se terminaron en relaciones cordiales entre el gobernador y el presidente López Obrador, quien aún deja en claro qué tanto le disgustaron las palabras del mandatario tamaulipeco, quien ya anda en la tarea de convertirse en el líder de los panistas, una chamba nada sencilla pues primero tiene que arreglar varios problemas internos, que quedaron evidenciados con los abucheos que recibió en el evento de Tula.
SERÁ GOBERNADOR DE DOS AÑOS
Con la idea de que las elecciones para gobernador de Tamaulipas sean concurrentes con las de presidente de México en junio o julio del 2024, el periodo del próximo gobernador será del primero de octubre del 2022 al 30 de septiembre del 2024, o sea, solo dos añitos.
Este tiempo será más que suficiente para que el afortunado resuelva el futuro económico de hasta su descendencia en primer grado.
Sin embargo, el verdadero trabajo de este gobernador será asegurarse que su partido gane en las elecciones siguientes.
¿Y QUIÉN POR EL PAN?
La respuesta del oráculo no deja lugar para la interpretación, visualiza a Gerardo Peña Flores como el candidato a gobernador pero también recomienda prudencia y no darlo por hecho en virtud de que el dios destino no da a conocer su inatacable sentencia hasta el último momento, y cuando se decide ni el mismísimo Zeus la hace modificar.
Ante ello el próximo presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado tendrá que andarse con pies de plomo pues sobran quienes saben cómo recurrir a los trucos para hundir prospectos.
Si esto sucediera, no todo estaría perdido para el diputado, quien podría obtener la candidatura para presidente municipal de Reynosa en el año 2021.
El horizonte es muy halagueño para Peña Flores, quien hasta perdiendo ganaría.
¿PERO ENTONCES QUÉ PASA CON ISMAEL?
El mensaje del Olimpo con respecto al futuro de ese carnalillo del Comandante Azul también es claro: será marginado de la candidatura a gobernador en el 2022 por el proyecto de la candidatura presidencial en el 2024, pues el gobernador sabe bien que una decisión nepótica estorba a sus planes, considerando los antecedentes que se han dado en Coahuila, Puebla y Veracruz.
Entonces, Ismael García Cabeza de Vaca tendrá que esperar al 2024, nomás que tendrá enfrente nada menos que a Mariana Gómez Leal, con quien no oculta su desprecio.
Y es que ahí las relaciones familiares están convertidas en una versión actualizada de la telenovela Cuna de Lobos. El gobernador detestando a su cuñado José Ramón Gómez Leal y Mariana a sus cuñados José Manuel e Ismael García Cabeza de Vaca.
El quid es que la vicisitud del Comandante Azul será detectar quién es el que tiene más herramientas para ganar las elecciones, ya que a partir de octubre del 2022 Mariana Gómez Leal saldrá de la presidencia del DIF estatal en donde por cierto ha realizado un excelente trabajo, pero quedará sin exposición y por tanto perderá posicionamiento para abril o mayo del 2024 en que se tomará la decisión de quién será el candidato a gobernador.
Mientras que Ismael, por su cargo de senador que concluye hasta el 31 de agosto del 2024 estará todavía en el candelero político, pero por otro lado, en el CEN del PAN ya han visto que ni con el sol pegándole de frente logra brillar.
Por lo tanto la circunstancia de la vigencia no parece ser decisiva, y menos cuando no hay certeza de que un panista sea gobernador en el 2022, porque donde sea un morenista, y con elecciones concurrentes con las de presidente de México, es casi seguro que los guindos se llevarán en un solo plato el tuétano, el chamberete, la papa y el elote del cocido.
En resumen: no parece haber espacio para la duda que una decisión nepótica está fuera de los planes -lo que aplica tanto para Ismael como Mariana-, quienes tendrían que esperar al 2024, pero con AMLO como presidente y en el supuesto de que gobierne Tamaulipas un morenista, pocas, por no decir que nulas posibilidades habría de que el PAN recuperara la gubernatura
¿Y QUIÉN SERÍA ESE GOBERNADOR GUINDO?
Saldría de entre el senador Américo Villarreal Anaya; el oficial mayor de la SEP Héctor Garza González; el director de Cine Radio y Televisión, Rodolfo González Valderrama; y el súper delegado del gobierno federal, José Ramón Gómez Leal, ya se verá cuál de los 4 pide afanosamente la oportunidad de arrebatarle Tamaulipas a los azules, para que en el 2024 fuera pan comido retener la gubernatura.
A este pókar hay que sumar a los alcaldes morenistas: Mario López Hernández de Matamoros y Adrián Oceguera Kernion de Ciudad Madero.
A propósito de alcaldes, los panistas Jesús Nader de Tampico y Maki Ortiz de Reynosa son incuestionablemente prospectos de relieve para la candidatura a gobernador, y lo mismo se puede decir de Servando López de Miguel Alemán, que es quien mantiene prendidita la antorcha priista por Tamaulipas.
Donde la cosa está más sencilla es en el Congreso del Estado, donde las cabezas más visibles del morenismo: Rigoberto Ramos y Carmen Lilia Canturosas han logrado un acuerdo para convivir en paz.
La idea será rotar la coordinación de la bancada para que así nadie quede fuera de la jugada.
Un ejemplo de civilidad política.
¿AUSTERIDAD O CERRADERO
DE LLAVES?
Parece que hay confusión con respecto a la política económica del presidente AMLO, hay quienes la tildan de pichicatería extrema, otros de austericidio, pero más bien es una estrategia para acabar con los despilfarros que propician corrupción por doquier, algo que se zanja cerrando llaves, como lo aconseja el sentido común.
Como dice el presidente, para hacer mañas no se necesita haber estudiado en el extranjero puesto que al no haber fugas o mermas, las necesidades del servicio dirán cuánta marmaja realmente se requiere.
Cierto es que el crecimiento cero trae al punto del chillido tanto a los ciudadanos como al SAT, sin embargo, los empresarios ya están en sintonía con el presidente y, entre ellos y el gasto del gobierno, van a comenzar a fluir los billetes lo que hace pensar que en diciembre se podrá recibir la Navidad y Año Nuevo con optimismo.
El presidente merece paciencia y confianza pues es un hombre de buena fe.
Hasta la próxima.