
Haber adelantado a julio pasado las elecciones en Tamaulipas para renovar la gubernatura, alcaldías y el Congreso del Estado, dejó un espacio bastante difícil de llenar, pues pasarían seis meses para que se realicen las tomas de protesta de los nuevos funcionarios programadas para fines de año.
Sin embargo, siempre hubo “gato encerrado” en esta medida, pues para Eugenio Hernández Flores iba a ser mas fácil tener el control de los alcaldes salientes en caso de que se hubiese gestado una sublevación cuando se designaron todos y cada uno de los aspirantes.
Porque en el viejo esquema cuando la elección de Hernández Flores tuvo lugar en octubre de 2004, su antecesor Tomás Yarrington Ruvalcaba tuvo apenas dos meses para conocer los resultados oficiales y entregar el trono. Como quien dice: el poder se le escurrió demasiado rápido.
Hernández Flores quiso que los comicios fueran en julio porque había más de un tirador para sucederlo, así que debía ser muy astuto que los alcaldes que, aunque en lo oscurito, siempre levantaron la mano.
Por eso mismo, acudir a las urnas a seis meses de la entrega de la estafeta, y con el Congreso local a su favor, Hernández Flores pudo mantener a raya, sobre todo, a Luebbert Gutiérrez; Ramón Garza Barrios, de Nuevo Laredo, y Arturo Díez Gutiérrez, quien desde Ciudad Victoria era el presidente municipal con menos posibilidades.
Y ante el primer brote de inconformidad pública y amenaza de ruptura con el PRI, seguramente las cuentas públicas de los alcaldes aprobadas por el Congreso no iban a resultar “cuentas alegres” antes de finalizar el sexenio. Así que la estrategia de adelantar la cita a las urnas fue un tiro a gol para Hernández Flores.
Mientras tanto los ganadores el 4 de julio pasado siguen practicando el deporte favorito de rascarse la panza hasta antes del primero de enero de 2011.
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LA RAPIÑA POR LAS INUNDACIONES
En los peores días de la alerta en Reynosa, Río Bravo, Valle Hermoso y Matamoros por culpa de un rosario de errores de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), a las autoridades municipales se les olvidó un pequeño detalle: realizar operativos policiacos para salvaguardar las propiedades que fueron abandonadas por el desbordamiento del río Bravo.
Cientos de familias damnificadas, tierras de cultivo inundadas, cosechas perdidas, casas dañadas, pertenencias inservibles y rapiña en ranchos abandonados, son algunos de los saldos de la crecida del río Bravo a más de un mes del azote del huracán “Alex” en el noreste de México.
Sobre el robo en despoblado, los casos se han multiplicado de dueños de ranchos en las márgenes del Bravo en Reynosa que tuvieron que dejar sus propiedades a la buena de Dios (a merced de los delincuentes), cuando el nivel del agua comenzó a inundar sus parcelas, bodegas y la casas grandes.
La verdad es que a Oscar Luebbert Gutiérrez, alcalde de Reynosa: Roberto Benet Ramos, de Río Bravo, Hamid Name Pineda, de Valle Hermoso, y Erick Silva Santos, de Matamoros, se le pasó de noche implementar operativos acuáticos para salvaguardar el patrimonio de las familias afectadas.
Aunque se menciona que por la crecida del río Bravo, la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos había recomendado a las autoridades mexicanas evitar navegar en sus aguas, no solamente por el peligro que aún prevalece, sino que cualquier lancha podía ser confundida con traficantes de drogas.
Durante las primeras tres semanas de la inundación, para los dueños era imposible acudir a cerciorarse del grado de daños en sus propiedades, con malos presentimientos de que hubieran sido víctimas de la rapiña.
La sorpresa que se llevaron algunos fue ver sus casas saqueadas por personas que llegaron en lanchas para llevarse televisores y equipos de audio, herramienta, muebles, elevadores hidráulicos, maquinaria ligera agrícola y hasta botellas de licor.
Al mismo tiempo que las autoridades municipales lanzaban una alerta por el desfogue de la presa Marte R. Gómez, que podría inundar las colonias cercanas al bordo del río Bravo, los alcaldes debieron implementar operativos de vigilancia acuática.
A veces por la lentitud de reacción de algunos mandos, unos cuantos desgracian la vida a otros sin distinción de clases sociales. Porque lo mismo es robarse una estufa de una familia de escasos recursos, a una mega televisión LCD de 42 pulgadas en un lujoso rancho.
No se vale. Y a la próxima hay que hacer algo efectivo a nivel oficial y policiaco.
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TAMAULIPAS, SALVADORA DE NUEVO LEON
Resulta que va viento en popa el proyecto de la Comisión Nacional del Agua de hacer un acueducto de más de 400 kilómetros para llevar agua del río Pánuco que desemboca en Tampico, hasta la presa Cerro Prieto, en Linares, Nuevo León, para asegurar el abasto de agua de la zona metropolitana de Monterrey.
Hay que recordar que el 92 por ciento del total de población de Nuevo León se concentra en la metrópoli de Monterrey, con más de 4.5 millones de habitantes.
La obra hidráulica tendría la capacidad de conducir entre 400 y 500 millones de metros cúbicos del líquido anualmente, para mitigar la sed de los nuevoleoneses y tendría un costo estimado de 17 mil millones de pesos.
Sin embargo, como toda magna obra, las voces en contra se empiezan a escuchar en Tamaulipas, pues se corre el riesgo de que al extraer el agua dulce del Pánuco por el acueducto, el agua salada impacte el sistema lagunario del río Tamesí con perjuicios en la salud para la población del sur del Estado.
Pero eso no es todo y la situación estaría peor, pues en Monterrey está asentada la principal empresa embotelladora (Coca Cola) de Latinoamérica y se cree que el agua del Pánuco sería tratada para después venderse en el mercado, generando ganancias millonarias a esa industria trasnacional.
José Luis de León Hurtado, ex presidente del Consejo Ciudadano de l Agua del Estuario del río Pánuco, no quita el dedo del renglón para sospechar que atrás de la construcción del acueducto hay intereses de miles de millones de dólares.
Para mayor información hay que buscar la revista Contralínea, donde aparece un detallado reportaje de Abraham Pineda.
En asuntos más agradables, este 20 de agosto la Liga Oriente de Nuevo Laredo tendrá su debut –representando a México– en la Serie Mundial de Williamsport, que reúne cada año a los mejores equipos de ligas pequeñas de beisbol (11-12 años) en busca del trono.
Por cuarto año consecutivo Tamaulipas llevará un equipo vistiendo los colores de la Selección Mexicana (antes fueron Matamoros y Reynosa), demostrando que por estos rincones del país también soplan fuertes vientos. ¡Buena suerte!