
No hay reversa: en Tamaulipas los alcaldes emanados del Partido Revolucionario Institucional llevarán mano para designar a los candidatos a diputados federales de sus respectivos distritos electorales, así como la responsabilidad de ganar los comicios del próximo año cuando, según los pronósticos, el PAN abandonará Los Pinos después de doce años de gobierno.
Ante la falta de control del territorio por parte de la nueva dirigencia estatal del PRI, tanto el gobernador Egidio Torre Cantú, como el nuevo patriarca nacional tricolor, Humberto Moreira Valdés, confiarán en los presidentes municipales para sacar el barco a flote, con la meta de ganar la mayoría de los distritos.
Por lo pronto Alfonso Sánchez Garza, de Matamoros; Everardo Villarreal Salinas, de Reynosa, y Benjamín Galván Gómez, de Nuevo Laredo, entre otros, empezarán a deshojar la margarita entre sus principales colaboradores para ver quién reúne el perfil que se necesita para ser candidato.
Aunque la lógica indica que los diputados locales llevarían mano, nada es seguro. Por los distritos de Reynosa la disputa estaría entre Reynaldo Garza, Carlos Solís y Amelia Vitales, mientras que en Matamoros la disputa para la candidatura se dará entre los legisladores Daniel Sampayo y Carlos Valenzuela.
Sin embargo en la tierra de Rigo Tovar no hay que dejar de ver al gabinete estatal, donde el secretario del Trabajo, Raúl César González García, bien podría recibir el “okey” del alcalde y, sobre todo, de Torre Cantú.
Para quien fue secretario del ayuntamiento con Erick Silva Santos, no sería nada despreciable aspirar a ser diputado federal en una legislatura que se antoja como histórica, por las posibilidades del PRI de regresar a la presidencia de México.
Pero sobre todo, con una buena campaña González García se bañaría de pueblo, que es uno de los requisitos (no obligatorio), para poder aspirar a ser candidato a alcalde de Matamoros en 2013.
Si así sucede y quiere, el secretario del Trabajo no debe descartar “catafixiar” esa cartera en el gabinete de Torre Cantú, por ocupar un escaño en el Congreso de la Unión.
Acá en Reynosa, seguramente Villarreal Salinas está viendo a su gallo dentro de su administración, pues él no designó a ninguno de los tres actuales legisladores locales, aunque sea amigo de uno de ellos.
Y quién sea el candidato por el distrito II, tendría amplias posibilidades de entrar a la carrera por la sucesión en la alcaldía.
¿Pero qué pasaría si el PAN castiga y le pide al corruptísimo ex alcalde, Francisco García Cabeza de Vaca, ser candidato de mayoría? Seguro sacarían de la banca a Oscar Luebbert Gutiérrez para ponerlo en la otra esquina del PRI.
En fin, pura política ficción por el momento. Una pregunta: ¿sabe usted quién es la actual diputada federal por Reynosa? Respuesta: Laura Felicitas García Dávila.
“Mucho gusto”, dirían los electores que votaron por Villarreal Salinas en 2009, y por ella como suplente.
Cambiando de aires, a estas alturas del juego, dentro del Partido Acción Nacional en Tamaulipas están de la greña sacándose los trapitos al sol, en una batalla encarnizada por el poder donde los dos grupos antagónicos no dejan dudas que se odian con odio jarocho.
Resulta que la elección del nuevo presidente estatal que se llevaría a cabo en Ciudad Victoria el pasado 11 de junio, se tuvo que suspender por intervención directa del Comité Ejecutivo Nacional del PAN.
¿Cómo esta el abarrote? Pues sucede que en los comicios federales del 2009 los nuevos amos albiazules cometieron un error administrativo, al entregar cheques a nombre de los presidentes del PAN en varios municipios, cuando lo correcto debió ser que esos documentos bancarios se entregaran a proveedores.
Al entonces y actual líder de Acción Nacional, Francisco Javier Garza de Coss, se le olvidó que ese dinero, que era para cubrir gastos de comida y gasolina para los representantes de casilla, debía ser entregado en cheque y respaldado con una factura del negocio que brindó el servicio.
Por el retraso en la llegada de los recursos por parte del CEN y con las elecciones encima, Garza de Coss y sus apóstoles de confianza, entre ellos Silvia Cacho Tamez y Rolando González Tejeda, creyeron que estaban en lo correcto al entregar los cheques a personas físicas y no morales, pero en realidad estaban fuera de la norma que marca su organismo político en ese rubro.
Ese asunto interno fue guardado dos años por los sirvientes del corrupto Cabeza de Vaca, quienes buscan regresar a tener el control del PAN en Tamaulipas y, como bomba, explotó ante la luz pública.
Ante ese turbio ambiente, horas antes del sábado 11 de junio, desde México se dio la orden de aplazar tres meses la renovación de la dirigencia estatal albiazul para investigar las denuncias, pero sobre todo para que Garza de Coss, quien busca la reelección, presente las pruebas de su inocencia junto a otros coacusados.
A Garza de Coss -quien pidió licencia para ser candidato- se le acusa de omisión, es decir, de incurrir en un error de procedimiento administrativo. Amén de que sus enemigos buscan colgarle otros milagritos, entre ellos el destino del dinero de una supuesta rifa de autos que el comité estatal nunca realizó.
La neta del planeta es que Cabeza de Vaca quiere tener de nuevo el control del PAN, deshaciéndose de Garza de Coss para poner a la actual y gris senadora, Lázara Nelly González, con rumbo a la designación de las candidaturas al Senado (2) y de ocho diputaciones federales.
Con un nuevo comité del PAN a sus completas órdenes, Cabeza de Vaca amarraría la primera posición en la fórmula al Senado, garantizando una curul aún cuando el PAN perdiera las elecciones del 2012.
Porque el riesgo que corre el susodicho, quien en sólo tres años como alcalde de Reynosa amasó una fortuna incalculable, es que no obtenga ninguna candidatura como está en sus planes y, con el PAN fuera de Los Pinos, deje de succionar de la ubre oficial como lo hace desde hace 12 años, cuando fue diputado federal.
Hay que recordar cuando el difunto Alejandro Sáenz Garza, el antecesor de Garza de Coss en el PAN de Tamaulipas, estuvo al servicio del corruptísimo ex alcalde de Reynosa, hasta que se cerró ese negro capítulo al perder la presidencia municipal en 2007 cuando se evidenció su corrupta administración.
Hay que ver cómo termina esta confrontación por tener el control del partido que, a decir verdad, no pasa por sus mejores momentos, no sólo a nivel local, sino estatal y nacional.
Y para los que no sepan, cuando Garza de Coss ganó las elecciones de su partido en abril de 2008, había una deuda de más de dos millones de pesos.
Por lo pronto los candidatos siguen siendo Lázara Nelly González, Rolando González Tejeda, Francisco Javier Garza de Coss, María Eugenia de León Pérez y Silvia Cacho Tamez.
Para terminar, la nueva revelación de que hay otras 600 personas enterradas en fosas de San Fernando, Tamaulipas, estremece, indigna y preocupa. No se vale tanto salvajismo en un México que ya no tiene ni pies ni cabeza.
No bastó la muerte de 72 migrantes centro y sudamericanos de agosto de 2010; ni los 183 cuerpos encontrados enterrados en marzo pasado en más de 40 fosas clandestinas, sino que ahora se habla de una nueva cifra escalofriante en ese municipio del horror de Tamaulipas.
Hace días Ramón Eduardo Pequeño, jefe de la División de Antidrogas de la Policía Federal, anunció la captura del cabecilla de un grupo del crimen organizado que opera en el noreste del país, quien en sus primeras declaraciones dijo que podía haber más de 600 muertos en fosas por descubrirse.
¿Qué falta por verse en México? Porque ya nos acostumbramos a las noticias de cuerpos colgando de puentes peatonales; de personas decapitadas y sus cabezas tiradas en vías públicas, y de miembros de bandas rivales hechos picadillo.
Por extraño que parezca, la guerra entre grupos rivales se escenifica en el asfalto de la zona metropolitana de Monterrey y en municipios rurales, mientras que en Tamaulipas los eventos violentos han venido a menos.
El gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina de la Cruz, no encuentra la puerta para salir del pantano, donde hace días se impuso un nuevo récord de 33 ejecuciones en 24 horas, entre ellas dos de sus escoltas, mientras sus habitantes están con el alma en un hilo y rezándole a 20 mil santos.
Y ante esa impotencia, Felipe Calderón Hinojosa usa sus giras internacionales para defender las acciones de gobierno del PAN y se le fue a la yugular al PRI, afirmando en California que durante 70 años del tricolor en Los Pinos hubo matanzas y desapariciones.
¿Y por qué no habló de los 40 mil muertos en su sexenio –muchos civiles inocentes– por la guerra entre cárteles?, ¿Y de miles y miles de desaparecidos o ejecutados ajenos a esta situación?