
Las ambiciones personales del corrupto ex alcalde de Reynosa, Francisco García Cabeza de Vaca, están poniendo en grave riesgo a su partido Acción Nacional ante la proximidad de las elecciones de 2012, al ordenar tomar con violencia las instalaciones del comité directivo estatal en Ciudad Victoria.
Los hechos registrados el martes 9, inmediatamente llegaron a los oídos del líder nacional albiazul, Gustavo Madero Muñoz, a través de una llamada que le hizo el presidente estatal, Francisco Javier Garza de Coss, el principal agraviado por las acciones violentas cuyo autor intelectual es Cabeza de Vaca.
En la irrupción a la sede del PAN en Tamaulipas no hay gato encerrado, sino todo lo contrario: el corrupto ex alcalde tiene todas las intenciones de que uno de sus peleles gane la asamblea del 3 de septiembre próximo, donde se elegirá o reelegirá al nuevo dirigente estatal del organismo político, que pudiera ser Garza de Coss.
Pero cuando Cabeza de Vaca hizo las cuentas en su lujosa oficina de la Comisión Reguladora para la Tenencia de la Tierra (Corett) en el Distrito Federal, se dio cuenta que está apestado entre los panistas de Tamaulipas y que simplemente los números no están a su favor.
Por eso organizó la toma violenta de las instalaciones del comité directivo del PAN para que la asamblea del 3 de septiembre no se realice, donde 81 de los 85 consejeros estatales con derecho a voto decidirán si Garza de Coss se queda otro periódo o voltean la página al nombrar a un nuevo dirigente.
Y no hay que ser un adivino o mago de Las Vegas para ver que el corrupto, ahora funcionario federal, sigue con la desquiciada idea de retomar las riendas de su partido, simple y sencillamente porque quiere ser candidato a senador el próximo año, en caso de que se lleve a cabo una elección interna entre los panistas.
Cabeza de Vaca no quiere sudar ni despeinarse para llegar al Senado, pues con las reglas electorales estrenadas en 2006, aún perdiendo el PAN los comicios, recibe un premio de consolación, pues el candidato que vaya primero en la fórmula ganaría un escaño.
Hace cinco años, en esa elección enrarecida por la campaña del odio en contra de Andrés Manuel López Obrador, el PAN ganó las elecciones en Tamaulipas para el Senado, como pasó en otras entidades del país.
José Julián Sacramento y Alejandro Galván Garza (QEPD) integraban la fórmula del PAN y ambos llegaron al Senado, mientras que por el PRI -que quedó en segundo lugar-, la reynosense Amira Gómez Tueme iba primero en la fórmula y hoy ocupa una curul, dejando silbando en la loma a su compañero Manuel Assad Montelongo.
Por eso el corrupto coordinador de la Corett quiere reconquistar el poder del PAN, para de esa forma intentar asegurar ocupar la silla de la senadora Gómez Tueme siendo primero en la fórmula, pues a como está el horno en México, sería muy difícil que los albiazules ganen otra vez en Tamaulipas, por mayoría, los dos escaños del Senado.
Regresando al tema de la toma violenta de la sede albiazul en Ciudad Victoria, Garza de Coss interpondría una denuncia penal ante las instancias locales por esas acciones, identificando al autor intelectual con nombre y apelldo: “Francisco García Cabeza de Vaca”.
El espectáculo fue mayor en los minutos subsecuentes cuando elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional hicieron acto de presencia, pero nada pudieron hacer los soldados, pues confirmaron que ese acto estaba fuera de su jurisdicción y era “fuego cruzado” lanzado entre los mismos panistas.
“Fue un ordenamiento desde México del coordinador nacional de Corett, Francisco García Cabeza de Vaca. Por medio de la dependencia comenzaron a pedirles a sus coordinadores en los municipios que acudieran a las instalaciones (del partido). Rentaron autobuses, que es algo que cuesta muchos recursos”, declaró Garza de Coss.
Y reiteró: “Son actos de vandalismo, rompieron puertas, ventanas, dañaron al personal de oficina; es reprobable lo que hicieron”, remató el presidente estatal de Acción Nacional, el principal enemigo de Cabeza de Vaca en los últimos tres años, desde que un nuevo grupo asumió el liderazgo de ese partido.
Garza de Coss identificó a personajes muy cercanos a Cabeza de Vaca como algunos de los encargados de organizar y movilizar a la turba, entre ellos, Héctor Pérez Ibarra, ex titular de Sedesol en Reynosa; Jesús María Moreno Ibarra, ex candidato a la alcaldía de esa ciudad; Silvano Flores, regidor en Ciudad Victoria, y Ruth Vázquez Ruiz, también regidora.
Inclusive hay fotografías que ya fueron enviadas al CEN del PAN, donde Pérez Ibarra y “Chuma” Moreno Ibarra supervisan a unos metros de distancia el operativo de la toma con violencia de la sede panista, donde no sólo hubo destrozos sino empleados lesionados por los pandilleros de Cabeza de Vaca.
Mientras tanto, en la Ciudad de México se fortalece la posible fórmula de Maki Ortiz y Angel Sierra Ramírez, para ser candidatos del PAN al Senado, mientras que Cabeza de Vaca al frente de la Corett tiene las horas contadas.
Por cierto, la senadora Lázara Nelly González Aguilar ya pintó su raya del enloquecido coordinador de la Corett, y ante los hechos dijo que este sujeto “es de los que tiran la piedra y esconden la mano”.
Y quienes no estarán muy felices son el presidente Felipe Calderón Hinojosa, y el líder nacional Gustavo Madero Muñoz, de que un corrupto ex alcalde haya puesto en la vitrina del escándalo a su partido, menos cuando los pronósticos para 2012 son demasiado adversos.
Tampoco hay que olvidar que los padrinos y los dueños de la correa de Cabeza de Vaca están dentro de los Pinos: uno de ellos es Robert Gil Zuarth, secretario particular de Calderón Hinojosa, y el otro es Jorge Manzanera Quintana, principal operador político del mandatario nacional.
Los tres forman parte del verdadero crimen organizado que llegó a gobernar este país cuando Vicente Fox Quesada ganó las elecciones, en el año 2000, pero que se fortalecieron cuando Calderón Hinojosa retuvo la presidencia.
Madero Muñoz los conoce muy bien, por lo cual estarán marginados ahora que se aproxima la designación de candidatos a diputados federales y senadores.
Por cierto, quienes están viendo este espectáculo panista muy tranquilos desde la barrera son los dirigentes del PRI, que no tienen prisa y esperan que se oficialice la designación de Enrique Peña Nieto como su candidato a la presidencia de la República.
“El miedo no anda en burro”, reza una frase popular.