E l transporte público, o “peseras” como son conocidad a lo largo de la frontera tamaulipeca es un desorden, las unidades están en malas condiciones y regularmente son camiones de deshecho del transporte escolar de los Estados Unidos. Por si fuera poco, la tarifa es de las más caras de todo México.
Los camiones o “hummers amarillas” son compradas en precios ridículos y tan pronto son cruzadas a México, le borran las leyenda de “school bus” y las repintan con el nombre de la nueva ruta o colonia a donde tendrá la parada final.
Siempre predominara el color amarillo, porque a los concesionarios no les alcanza ni siquiera para pintarlos de otro color. Sería un pecado pensar en dotarlos de aire acondicionado cuando en el verano la temperatura dentro de esas unidades llega hasta los 48 grados centígrados.
En Monterrey, por ejemplo, casi todas las unidades que salen a circular tienen que ser del año, deben de traer aire acondicionado y algunas cuentan hasta con televisión integrada, para ir viendo tu canal favorito.
En Monterrey hay diferentes precios, por allá tienen metro, metrobús y no sé que otros servicios, el boleto cuesta 10 pesos, el metro te sale en 5 pesos siempre y cuando adquieras una tarjeta Feria porque de lo contrario el boleto sin esa tarjetita te sale en 12.50 por un pasaje.
En Guadalajara no cantan mal las rancheras, un transporte urbano con servicio de televisión y aire acondicionado te cuesta 15 pesos, pero todas son unidades nuevecitas impecablemente limpias y por si fuera poco también tienen sistema de metro, muy económico por cierto.
El paraíso para los de a pie, definitivamente es la Ciudad de México, allá un viaje cuenta 5 pesos ese mismo precio tiene el trolebús, si tomas el metro serán 5.50, el boleto más caro de transporte urbano allá en el Distrito Federal te cuesta 6 pesos un servicio barato, pero algunos no tienen aire acondicionado.
En cambio en Reynosa al igual que Matamoros el precio de las “peseras” es único todo cuenta 8 pesos, no incluye ni televisión y mucho menos aire acondicionado, a lo único que puedes aspirar es que su chofer traiga música colombiana, banda o tribalera, eso sí, a todo volumen para que nadie se duerma.
El modelo de esas unidades conocidas como las “Hummer Amarillas” algunas son de los 70´s, las más nuevas son apenas de los 80´s, regularmente no sirve la salida de emergencia, las ventas no abren o no cierran.
Viajar en una “pesera” en temporada invernal, en Reynosa o Matamoros puede resultar un verdadero tormento y más cuando las temperaturas llegan apenas a un digito, el frío se cuela por todos lados y debido al viento hace más frío a dentro que afuera, sería algo parecido a viajar a bordo de una nevera.
En el verano las cosas se complican y subirse a una “pesera” es como comprar un boleto al mismísimo infierno, ningún chilango, regio o tapatío aguantaría 10 minutos trepado en ese horno rodante.
En Monterrey o Guadalajara los operativos son de verdad, allá detectan un camión chatarra y va para afuera, directo al corralón y ni pagando mil multas lo sacas, la exigencia es camiones nuevos para circular sin problemas y con aire acondicionado.
Aquí en la frontera comenzaron con los operativos, la delegación de Transporte perteneciente al gobierno del Estado, se puso a revisar las unidades y detectaron infinidad de fallas, tanto así que los peseros o concesionarios del transporte urbano se negaron a salir ante el temor de perder sus unidades.
Por ejemplo en Matamoros dejaron a los obreros y al estudiantado a pie, ambos sectores tuvieron que ejercitarse por la mañana al caminar largas distancias, el paro duro 6 horas y convirtieron a la ciudad en un caos.
Mano dura, así es como debe de actuar la Delegación de Transporte, pero los problemas seguirán en la frontera y el transporte público seguirá siendo deficiente de tercera categoría y subirse a una “pesera” en Matamoros o Reynosa con aire acondicionado y modelo reciente sería como soñar despierto, porque el transporte público en estas ciudades es una terrible pesadilla.
