
Amenos de dos meses del relevo en el Gobierno de Tamaulipas, la margarita ya la empieza a deshojar Egidio Torre Cantú para desechar a unos y escoger a otros que serán los integrantes del gabinete, en especial sus más cercanos colaboradores en secretarías estratégicas, además de la Procuraduría de Justicia. Y en este ejercicio de tachar y escribir nombres hay personajes que llevan la delantera.
Uno de ellos es Pedro Luis Valdez, quien fue secretario técnico de Eugenio Hernández Flores y estaría por amarrar un buen hueso sexenal a partir del primero de enero de 2011. El susodicho ya empieza a ser víctima del fuego amigo por medio de algunas columnas que, sin pruebas, lo relacionan con ilegales ventas de terrenos en Ciudad Victoria.
Pedro Luis, mientras son peras o manzanas, ya mandó su currículum a su amigo Egidio, la única ventanilla que decidirá en cuanto a la formación de su equipo de trabajo.
Otro que espera escuchar el canto de las sirenas y aventarle el arpa a su actual jefe es Homero de la Garza Tamez, actual director general del Instituto Tamaulipeco de Vivienda y Urbanización (Itavu), funcionario que podría protagonizar una telenovela de amor y odio: por un lado lo acusan de enriquecerse con la venta de viviendas y, por otro lado, casi es como un Mesías para las clases populares beneficiadas con un techo y escrituras, obvio priistas.
De la Garza Tamez no quiere repetir en el mismo cargo con Egidio, y no le haría el feo a otra cartera donde pudiera aprovechar y sacarle jugo a los baños de pueblo que se dio como patriarca del Itavu, por si es requerido cuando el Partido Revolucionario Institucional (PRI) piense en candidatos para las elecciones de 2012.
Homero no ha tenido un año de quinceañera, pues durante 2010 le han tundido bien y bonito: protestas en Altamira y otros municipios y amenazas de huelgas de hambre en Ciudad Victoria.
Pero bueno, Homero puede presumir que está vivo y está en el ánimo del mero mero petatero, no como otros que están no con un pie, sino con el cuerpo entero fuera de cualquier posibilidad de repetir dentro de la nómina gubernamental.
Quien está bien parado con el próximo gobernador de Tamaulipas es Enrique Cárdenas del Avellano, ex alcalde de la capital, ex diputado federal y ex precandidato a la gubernatura, calentando el brazo para sentarse y reinar seis años en la Secretaría de Gobierno, un cargo que -bien desempeñado- podría catapultarlo para encomiendas futuras.
Y si ese puesto no está separado para él, seguramente estará dentro del círculo cercano e invitado en la mesa principal donde se sentará Egidio cuando empiece su administración.
El hijo del ex gobernador, Enrique Cárdenas González, tiene dos cualidades: ha sabido ser paciente y se ha alineado al Revolucionario Institucional cuando en su momento pensó que podría ser el sustituto de Hernández Flores.
Del cielo no hubo una luz que lo iluminara y Enrique siempre se alineó a Rodolfo Torre Cantú (QEPD) cuando Eugenio escogió como candidato al entonces secretario de Salud. Y cuando el encargo recayó en Egidio, teniendo posibilidades y relaciones en el CEN del tricolor, fue de los primeros en respaldarlo.
Egidio además es muy amigo de los Cárdenas del Avellano, en especial de Pepe, hermano de Enrique.
Otro del actual gabinete que se come lo poco que le quedan de uñas para repetir con hueso es Alfredo González de la Garza, titular de la Secretaría de Desarrollo Económico, quien está convertido en una especie de empresa mensajera, pues como es cercano al gobernador entrante, dicen que carga en su camioneta una caja repleta de currículums.
Sin embargo, el currículum que más le interesa colocar es el suyo, porque en tiempos de crisis quedarse sin chamba y sin los privilegios que tienen los secretarios estatales, es un papel que Alfredo no piensa protagonizar, y ante los medios de comunicación no tiene freno para presumir sus logros.
Y cuando se trata de posibles aspirantes para ocupar la silla caliente de la Procuraduría de Justicia de Tamaulipas, el primero en apuntarse es Ramón Durón Ruiz, anunciado en las marquesinas como “El filósofo de Güémez”.
El matamorense ya fue titular de esa cartera y fue coordinador general de asesores y comunicación social de Eugenio Hernández Flores.
Y si hay un alto funcionario ya casi seguro, ese es el doctor Donato Saldívar, originario de Ciudad Mante y actual director del Hospital Universitario de la Universidad Autónoma de Nuevo León, quien ya empezó a despedirse de su puesto en Monterrey.
En el próximo gabinete estatal no hay que descartar que algún alcalde en funciones tenga una secretaría de relevancia. Uno de los más cercanos a esa posibilidad es Ramón Garza Barrios, de Nuevo Laredo, precandidato a la gubernatura y que apechugó cuando no fue tomado en cuenta.
Ya sabe lo que es vivir en Ciudad Victoria, pues fue líder en el Congreso del Estado, pero en otros tiempos, cuando ir y venir a la capital no significaba mucho peligro. Ramón sería uno de tantos compromisos que hizo su hermano Rodolfo y que Egidio deberá cumplir.
También Erick Silva Santos levanta la mano desde Matamoros, siendo la mejor carta de presentación que no heredará a Alfonso Sánchez Garza verdaderos dolores de cabeza con proveedores del Ayuntamiento.
En otro orden, resulta que el gobernador Hernández Flores fue colocado entre los mejores seis del país en el rubro de Eficiencia, según una calificación realizada por la Escuela de Graduados en Administración Pública (EGAP) del prestigiado Tecnológico de Monterrey, casualmente de donde se tituló de ingeniero.
Esta evaluación viene a levantar el ánimo del Ejecutivo estatal en su etapa de despedidas, sobre todo, en meses donde las buenas noticias son bastante escasas.
El EGAP reportó que el gobierno de Hernández Flores ocupó la primera posición, entre 32 entidades federativas, en el rubro de Eficiencia Gubernamental; quinto lugar en Desempeño Económico; décimo séptimo en Eficiencia de Negocios, y décimo octavo en Infraestructura. Seguramente en Palacio de Gobierno, el miércoles 27 de octubre pasado, hubo más de uno que saltó de gusto.
Y en el mundo de la farándula, por fin se estrenó en algunas salas de Reynosa la película “El infierno”, cuando algunas sospechas indicaban que estaba vetada y nunca se proyectaría por su contenido violento.
Va una recomendación del crítico de cine: si no es suficiente para sus nervios la realidad que atraviesa México, compre su boleto y disfrute la función.
Parece que el alcalde de Tampico, Oscar Pérez Inguanzo, tiene bastante tiempo libre y ya abandonó el barco antes de tiempo, pues entre semana es visto jugando golf en El Cimarrón, en Mission, Texas. Quién fuera él, tan despreocupado y sus gobernados con el alma en un hilo.