
Las recientes encuestas realizadas en Estado de México hacen presagiar que el cierre en la urnas será de “foto-finish” entre los candidatos del PRI y Morena, Alfredo del Mazo y Delfina Gómez, respectivamente.
Tiempo atrás, una o dos décadas atrás, habría sido impensable siquiera que el PRI estuviese en una situación tan comprometida y con la posibilidad de triunfo en riesgo.
No en Estado de México.
Para el tricolor, Estado de México es la joya de la corona. Perder ahí el 4 de junio la gubernatura sería el preludio de una derrota presidencial; la crónica de una muerte anunciada, políticamente hablando.
Por eso usted puede ver los esfuerzos desesperados de estrategias montadas como el ocurrido con la diputada Eva Cadena, recibiendo medio millón de pesos de supuestos apoyos para Andrés Manuel López Obrador.
Al PRI le interesa no sólo derribar a Delfina sino, de paso, desactivar cualquier posibilidad de que el tabasqueño les arrebate la presidencia el año próximo.
Está por verse que lo logren.
El tórrido amasiato que sostienen PRI y PAN es evidente para intentar pegarle a López Obrador y que Delfina no capitalice el hartazgo de la población mexiquense.
Perder Estado de México significaría un severo impacto en la estructura priista. De los poco más de 83 millones de votantes en listas nominales del INE, 11.5 millones votan en Edomex, el Estado con más votantes de la República y con más habitantes que una decena de países; como Uruguay, que tiene casi cinco veces menos población que el Estado de México.
El segundo es la Ciudad de México con un padrón de más de 7 millones de votantes y lo gobierna el PRD con Miguel Mancera; le sigue Veracruz, que acaban de perder con el PAN; en Nuevo León está un independiente, Jaime Rodríguez Calderón; en Chihuahua otro panista, Javier Corral; Tamaulipas que también pasó a manos albiazules y están a nada de perder en Coahuila, la tierra de los Moreira.
En otras palabras, el PRI se cae a pedazos…
Estado de México tiene 125 municipios, muchos de ellos con población de origen mazahua, nahua, otomí y matlazinca, gente perfectamente manipulable a través de programas “sociales” que la maquinaria oficial del gobierno federal ha intentado comprar en estas semanas preelectorales con dinero, electrodomésticos, despensas, lonches, medicinas, computadoras, “apoyos” y becas que no les llegan en otra época del año o del sexenio.
Para Morena, de obtener el triunfo, sería la antesala de una victoria en la presidencial.
Es como jugar una semifinal de futbol, si la libran, la “final” sería en 2018 y con posibilidades de pegarle al PRI y al PAN, que una vez más se aliaron ante la fuerza de un rival que no ha hecho más que –como hizo “El Bronco” Jaime Rodríguez Calderón en Nuevo León– capitalizar el hartazgo de una población dolida, agredida, mancillada por gobiernos ineficientes de todos los niveles, y del mismo partido de donde han emanado más una decena de gobernadores investigados, tras las rejas o prófugos.
Alfredo del Mazo Maza, primo de Enrique Peña Nieto trae cargando un lastre pesadísimo sobre su espalda.
No solo el parentesco con el presidente, (una roca suficientemente pesada para hunidirlo en el fondo de un turbulento río de aguas negras) sino el hecho de haber entregado cientos de millones de pesos a empresas ligadas a miembros y amigos del Grupo Atlacomulco cuando fue director de Banobras.
Contratos y obras con adjudicación directa, sin licitación de por medio, sería un tema asequible para que una Auditoría Superior de la Federación, por ejemplo, –suponiendo que funcionara como tal– le fincara una investigación penal… pero estamos hablando de un pais imaginario. No en México.
Por eso, cuando existe una plataforma como el debate celebrado entre los candidatos a la gubernatura el pasado martes 25 de abril, los argumentos de cómo hacer para atender la problemática de un Estado tan conflictivo y tan lleno de cerencias de todo tipo, donde la inseguridad es la prioridad, Del Mazo traía en su discurso para debatir una foto de Delfina con un supuesto acusado de secuestro y el ofrecimiento de un “salario rosa” para las amas de casa mexiquenses.
¿Qué es eso?
Bueno… que las señoras, jefas de familia, los millones que existen en esa entidad, no tengan que dejar a sus hijos e ir a trabajar y reciban un sueldo que jamas explicó de dónde sacaría el candidato tricolor.
¿Es en serio, Alfredo?
Las encuestas, las “oficiales”, esas que le dicen al que la paga lo que quiere escuchar, apuntan a que aquello será muy reñido, pero que el PRI lleva ligera ventaja.
En la imaginación, de los arquitectos de esas encuestas, por supuesto que Del Mazo aventaja, ligeramente, pero aventaja (nadie correrá el riesgo de decirle la verdad, so pena de no recibir el pago por hacer las encuestas), pero la realidad es que está en la antesala de cuidados intensivos, no sólo el abanderado tricolor, el partido mismo.
El 4 de junio van a tener que conectarlo a un respirador artificial y si resucita, será mediante maniobras extremas.
La maquinaria oficial, es decir, los alquimistas tricolores, apoyados con otros organismos oficiales que en teoría deben vigilar el proceso y penalizar a quienes incurran en delitos electorales, puede hacer eso y mucho más.
Sería una tragedia, pero puede suceder.
El dinosaurio aún patalea…